Capitulo 2 💗

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La compra de la mañana del sábado siempre ha sido una tradición en mi casa. Algunos
niños veían los dibujos, otros salían a jugar y otros simplemente dormían. En mi caso,
me despertaban terriblemente temprano para ir al supermercado. Sin embargo, cuando
mis padres se divorciaron, hace dos años, todo se esfumó, igual que la presencia de mi
padre en casa. Y como Yeonjun es demasiado perezoso para salir de debajo de las
sábanas un sábado por la mañana, únicamente yo he querido mantener la tradición.
Claro que, cuando eres una adolescente sin coche, hacer la compra resulta mucho
más pesado, así que cambié el supermercado por una pequeña tienda de comestibles
que hay unas calles más abajo.

Cada uno hace lo que puede, ¿no?

Fue así como empecé a fijarme en Kim Namjoon. La tienda pertenece a sus padres,
una bonita pareja formada por una mujer coreana y un hombre inglés. Durante muchos
años estuvieron viviendo en Londres, así que Namjoon es una perfecta combinación de
caballero inglés, con su acento incluido, con rasgos suavizados por su genética
coreana.

No era nada complicado que te gustara...

—Buenos días, Tae —me saludó con su sonrisa risueña y sus ojos oscuros ligeramente curvados hacia arriba además de esos lindos hoyuelos que acompañaban sus mejillas cada que sonreía —. Hoy has madrugado más que de costumbre.

Coloqué en la caja los pocos productos que había tomado de los estantes y le devolví
el saludo.

—Tenía prisa por hacer la compra... Pero, ¡oye!, estoy seguro de que tú has
madrugado todavía más.

—Ahí me has pillado.

Aproveché el momento en el que buscaba el monedero para sacudir la cabeza y
esconder mis ojos con el pelo. Nam no tenía que saber la verdadera razón de mi
madrugón, ni por qué me negaba a hablar de ello con él.

Mamá había salido por la noche y, cuando regresó por la mañana, me despertó. Ya
había salido el sol y ella continuaba bastante ebria. Tuve que salir corriendo de la cama
antes de que despertara a Yeonjunie y llevarla a su cuarto. Hacía mucho tiempo que eso no
pasaba. Quiero decir, cuando ella y papá se separaron pasaba continuamente. Mamá
salía de noche, regresaba tarde, bebía más de lo debido y descuidaba la casa. Pero con el paso del tiempo parecía que el problema se había solucionado, y pensé que no
volvería a pasar... Hasta hoy.

Solo esperaba que no volviese a convertirse en una costumbre.

—Serán doce con ochenta —anunció Nam mientras colocaba la compra en dos bolsas
de papel—. Oye, ¿estás seguro de que vas a poder con todo esto?

Las dos botellas de zumo de naranja que mamá bebía durante la resaca pesaban
bastante, pero no podía decirle eso. Sonreí forzadamente y le pagué.

—Claro, no soy ningún blandengue, ¿sabes?

—Por supuesto que no, toro.

Me entregó el cambio y acomodó mejor el contenido en las bolsas antes de
colocarlas sobre mis brazos. Había algunos clientes madrugadores como yo en la
tienda, sobre todo ancianos que compraban leche desnatada y madres apuradas que se
habían quedado sin galletas para el desayuno, pero Nam se tomó la molestia de
abandonar la caja durante unos segundos para abrirme la puerta de salida.

La mejor opción~ kooktae-vmin ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora