Capítulo 3 💗

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Balanceé un pie de un lado a otro sobre el felpudo de la entrada de casa. Mi cuerpo
temblaba de frío y trataba en vano de darme calor con los brazos alrededor de la
cintura. Cualquiera podría aconsejarme que entrara en casa y me pusiera una chaqueta,
pero esa no era una opción. Me había peleado con mi madre y me negaba a volver.

Incluso dejé el desayuno a medias y no me molesté en despertar a yeonjun. Seguro que
con nuestros chillidos había bastado.
No es que discutiera a menudo con ella, al menos no creo que discutiera más que el
resto de familias. Para ser sincera, esta vez la culpa había sido mía. Había perdido una
lista y no la encontraba por ningún lado, por lo que tenía los nervios a flor de piel.

Mi madre, que no sabía nada al respecto, había empezado bromeando conmigo,
preguntándome si ya había hecho la lista de menús semanal. Cuando contesté con un
gruñido, añadió que quizá debería organizar también mis estados de ánimo y no ser tan
quisquilloso. De ahí pasamos a los gritos y mi madre acabó diciendo que era una
exagerada porque lo magnificaba todo.

El caso era que no se trataba de una lista cualquiera, y por eso tenía derecho a
magnificar lo que me diese la gana.

Quiero decir que podría haber sido la lista de quéropa iba a ponerme durante esa semana, la de los menús, la de las series de televisión
que había que grabar... Pero no, tuve que perder LA lista, la de los cuatro chicos que
me gustaban. Y, como todas y cada una de mis listas, estaba firmada con mi nombre.

Únicamente Dios sabe qué podía pasar si esa lista acababa en malas manos... Como,
por ejemplo, las de Lee Sunmi y su grupo de arpías.

Había repasado mentalmente todos los lugares en los que podría haberla perdido y,
desafortunadamente, el único que se me ocurría era el instituto, frente a mi taquilla, el
viernes por la tarde.

Solamente esperaba que Jimin no tardase mucho en pasar a buscarme y pudiese llegar a clase antes de que cualquier alumno la encontrase y decidiese cotillear a ver qué era.

En la casa de al lado sonó un portazo. Apreté los párpados y crucé los dedos rogando. «Por favor, él no... Él no...»

—¡Señorito frígido! ¿Te han dejado plantado?

Mi mandíbula chirrió. Mierda. Me di la vuelta y puse mi mejor cara de simpatía. Por
supuesto, era imposible ocultar la falsedad cuando se trataba de Jeon Jungkook .

Incluso mi sonrisa estaba envenenada.

—No es de tu incumbencia, Mr. Salido.

En realidad, yo había salido demasiado pronto y se suponía que Jimin no pasaría
por casa hasta pasados diez minutos, pero confiaba en el sentido de la prepuntualidad
de mi amigo.

Con suerte, estaría aquí en menos de cinco.

Pero todo eso era información extra que no iba a darle a Jungkook . Odiaba a Jeon Jungkook por una sencilla razón: la broma.

En cada clase hay un payaso, eso es un hecho.

Algunos tienen al simpático y divertido; otros, al que solo quiere dar la nota, y nosotros teníamos a Jungkook. Sus bromas tenían poco de divertidas, y en cuanto a dar la nota...

La mejor opción~ kooktae-vmin ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora