MI QUERIDO FANTASMA.

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En algún momento empecé a disfrutar de su compañía,
De la tranquilidad que me concedía.

Cada noche dormía abrazando aquel objeto
Que me recordaba a él.

Pensé que probablemente
Algún día desaparecería.

Tenía miedo de perderlo...

De no volver a verlo.

Perderme en ese profundo silencio.

Cobarde, huyó de este dolor y me refugio entre las sábanas,
Como una niña asustada escondida de los fantasmas.

La chica de los Girasoles.

LA POESÍA DE LA CHICA GIRASOL. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora