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Sienna y Olive intentaron mover los escombros para liberar la puerta, pero era demasiado pesado. Los otros estudiantes estaban gritando y llorando mientras intentaban encontrar una salida. Sienna buscó su teléfono para llamar a los servicios de emergencia, pero descubrió que no tenía señal.

"¿Qué hacemos ahora?", preguntó Olive, temblando.

"No lo sé", respondió Sienna, sintiendo una sensación de pánico crecer en su interior. "Tenemos que encontrar otra salida".

Las chicas comenzaron a buscar una manera de escapar, pero todo estaba bloqueado por los escombros. Mientras tanto, el tiempo pasaba y el aire se volvía cada vez más denso y difícil de respirar.

De repente, Sienna recordó algo. "¡Hay una ventana en la parte trasera de la habitación! ¡Podemos salir por ahí!"

Olive asintió y juntas comenzaron a hacer su camino hacia la ventana. Los otros estudiantes estaban en pánico y se empujaban entre sí, pero Sienna y Olive lograron abrir la ventana y salir por ella.

Una vez afuera, se dieron cuenta de que la ciudad estaba en caos. Edificios enteros habían sido destruidos y la gente corría por las calles, tratando de escapar del desastre.

"Tenemos que encontrar un lugar seguro", dijo Sienna, tomando la mano de Olive.

Caminaron por las calles, esquivando los escombros y los coches volcados. Después de un rato, encontraron un refugio temporal donde otras personas se habían congregado.

"Gracias a Dios que estamos a salvo", dijo Olive, sollozando.

Sienna la abrazó. "Todo va a estar bien", dijo ella.

Pero, en su corazón, Sienna sabía que esto era solo el comienzo de algo mucho peor. Y no podía evitar pensar en el profesor Richie y en lo extraño que había sido su comportamiento antes del terremoto.