Miguel, un joven camarero con una sonrisa amable y una pasión por el arte del café, comenzaba su día temprano en el acogedor café "El Rincón del Aroma". Cada mañana, como un ritual, preparaba con esmero las tazas de café recién hecho, listo para recibir a los clientes habituales.
Entre la rutina diaria, había un cliente especial que siempre llegaba puntualmente a las 7:30 a.m. Era Jaime, el basurero del vecindario. Aunque sus ropas a menudo estaban desgastadas y manchadas por su trabajo, su sonrisa era genuina y radiante. Miguel siempre notaba la forma en que Jaime iluminaba la sala con su presencia.
Jaime se acercaba al mostrador, saludando a Miguel con un "¡Buenos días, Miguel!" mientras se quitaba el sombrero para revelar su cabello rizado y castaño.
"Buenos días, Jaime", respondía Miguel con calidez. "El de siempre, ¿verdad?"
Jaime asentía, y Miguel comenzaba a preparar el café. Mientras vertía el líquido oscuro en la taza, sus manos se rozaron brevemente, y Miguel sintió una chispa de conexión. Aunque solo era un breve momento, dejó una impresión en ambos.
"Gracias, Miguel", decía Jaime mientras tomaba la taza humeante. "Tu café siempre me anima el día".
Miguel sonreía, agradecido por las palabras amables de Jaime. "Es un placer, Jaime. Siempre es bueno verte por aquí".
A lo largo de las semanas y los meses, la relación entre Miguel y Jaime fue creciendo. Cada día, compartían pequeñas conversaciones y risas en esos breves momentos en el café. Descubrieron que tenían más en común de lo que pensaban: ambos eran amantes de la música y disfrutaban de paseos por el parque en su tiempo libre.
Un día, Miguel decidió tomar la iniciativa y escribir una nota en el reverso de una servilleta. "Jaime, me gustaría invitarte a tomar un café fuera de aquí. ¿Qué te parece un paseo por el parque este sábado por la tarde? Si estás interesado, déjame saber".
Cuando Miguel entregó la servilleta a Jaime al final de su visita matutina, sintió un nudo de nervios en el estómago, pero también una emoción palpable.
Jaime leyó la nota y miró a Miguel con una sonrisa llena de anticipación. "Me encantaría, Miguel. Será un gusto pasar tiempo contigo fuera del café".
Y así, el camino hacia una historia de amor inusual pero hermosa entre el camarero Miguel y el basurero Jaime comenzaba a desplegarse en el horizonte de sus vidas, uniendo sus mundos en un café y llevándolos a explorar nuevos horizontes juntos.
FIN del capítulo 1
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Del pasado no se vive
RomanceEsta es la apasionante historia de ciertas personas cuyas vidas se ven entrelazadas tras ser disparados por las flechas de cupido.