𝐋𝐢𝐠𝐡𝐭𝐧𝐢𝐧𝐠. -Jasper Hale. [1]

-IX: nine.

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" 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐞𝐝 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐭𝐡𝐞 𝐫𝐨𝐨𝐦 𝐲𝐨𝐮 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐚𝐝𝐞 𝐦𝐲 𝐞𝐲𝐞𝐬 𝐛𝐮𝐫𝐧."

|𝐎𝐡 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐭𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞.| Jade

Teniendo en consideración que Jasper fácilmente era 10 centímetros más alto que yo... actualmente me encontraba mirando su pecho y respirando irregularmente. Llevábamos así como unos 10 minutos si es que no más.

—Jade...—susurró. Su voz era calmada, suave y algo ronca. Cada vello de mi cuerpo se erizó al escucharla.

—No.—no sabía exactamente a que le estaba diciendo que no, posiblemente solo era mi instinto de supervivencia, pero de todas formas lo dije otra vez.—no...—este salió casi como un susurro, demasiado bajo

—En cualquier otra circunstancia prometo respetar tu respuesta... pero ahora de verdad necesito que hablemos.—sigue usando ese tono de voz tan calmado. No estoy del todo segura sobre si causa la reacción que debería.

—Entonces hagámoslo, habla.— mi mirada no deja su pecho ni por un microsegundo.

—Jade... —dice como en tono de duda.

—¿Mhm?

—Necesito que me mires.—pide suavemente y yo cierro mis ojos con fuerza. —por favor...—suplica.

De alguna forma logro juntar todo el valor que se encuentra en mi cuerpo y mente, abro los ojos y lentamente alzo mi vista para dejar de mirar el pecho de Jasper y finalmente ver sus ojos... sus completamente dorados ojos.

—Asumo que ahora si hay una explicación p-para el color de tus ojos.—algunas palabras se me traban en la boca antes de soltarlas. Estoy nerviosa.

Él rubio asiente.—La hay...—se me queda mirando por bastantes segundos. Como si estuviera analizando cada parte de mi cara, cada centímetro de esta.

Nos quedamos en silencio mientras yo espero a que él me responda, que siga hablando, pero no lo hace.

—Jasper...—llamo su atención otra vez y me vuelve a mirar a los ojos.—estoy... esperando tu respuesta.—le digo pausadamente. Es como si estuviera encantado al verme, casi como hechizado.

—Ven conmigo y responderé todas tus dudas.—me ofrece su mano y yo no puedo controlar la carcajada que se escapa de mi boca.

—Lo siento, rubio, pero no hay forma de que salga del territorio de esta escuela contigo. No después de lo que se. —me cruzo de brazos y me apoyo más en la pared para hacerle saber que no estoy por moverme ni un centímetro con él.