Prólogo

156 6 4
                                    

"El amor es imprudente, pero el efecto es sutil."

Bajo la penumbra y la iluminación tenue de la luna que entraba por la ventana, Chris se encontraba firmando un sinfín de documentos de la BSAA; con el fin de que lo trasladarán algunos meses a Europa. Observó vehemente el baúl que tenía por ahí arrumbado en su despacho, frunció el seño algo indeciso, aún así, decidió abrirlo porque no sabía con exactitud cuál era su contenido; solo que le causaba cierta melancolía y nostalgia.

Al abrir aquel baúl empolvado y viejo, encontró diversos cartuchos de armas por doquier los cuales el coleccionaba cuando era un novato en la Fuerza Aérea, infundió un gesto dubitativo cuando vió una Magnum plateada con cachas de oro. La tomó con cuidado, sabía perfectamente a quien le pertenecía, a su compañero en los STARS: Barry Burton.

Debido a la curiosidad, se vió obligado a hurgar en el baúl, encontrando todo tipo de recuerdos, fotos con su hermana menor en navidad, con amigos de aquellos tiempos. ¿Y por qué no? También fotos de él siendo tan solo un novato regañado.

Ligeramente, soltó una carcajada con una leve sonrisa en su rostro. Llegando casi al final de todos esos objetos olvidados por tantos años, modesto, cogió una fotografía que revolvió su estómago, dándole una puñalada severa a su corazón.

Una hermosa mujer de cabello castaño, buena figura, ojos grandes y celestes se veía proyectada en esa imágen; que captaba su belleza, tan pura y tierna.

Un destello de luz pasó por su mente cuando miró fotografía de aquella soldado aguerrida y eficaz, recordando aquellos años de oro dónde los dos eran simples novatos en busca de nuevas aventuras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Un destello de luz pasó por su mente cuando miró fotografía de aquella soldado aguerrida y eficaz, recordando aquellos años de oro dónde los dos eran simples novatos en busca de nuevas aventuras. Su mente se iluminaba en una completa turbación cuando recordaba que él, le había desgraciado la vida a la mujer que tanto amaba.

Un torrente de lágrimas amenazó con descender de sus ojos sin piedad, con los ojos cristalizados, tomó la fotografía dejándola sobre la mesa; aquellos sentimientos encontrados despertaron lo más grande de su ser y abrieron paso a un mar de dudas fugaces que despertaron sus más grandes interrogativas. ¿Ella lo perdonaría por no haber sido lo suficientemente fuerte para derrotar a Wesker en la mansión Spencer?

Cuál fuera la respuesta de algo podía estar seguro, su amor hacia ella era incondicional. Quedó cautivado por aquellos ojos celestes que lo miraban con cariño y confianza, ese hermoso cabello castaño que se volvió rubio, esos labios tan pomposos y exquisitos a plena vista.

Jill Valentine, un ángel que llegó a su vida hace muchos años y que permanecía en un fuerte pedestal para Chris Redfield.

Comentario.

Jill y Chris, por excelencia, mi pareja favorita de Resident Evil.

Siento que me he esmerado en escribir este prólogo, y tengo muchas ideas para esta historia que quedarán geniales.

Muchas gracias por leer, un abrazo a todos.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Reflejo [Jill & Chris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora