Sentía sobre sí las miradas morbosas y burlonas de los transeuntes, más de las mujeres que vestían de una forma recatada y con pudor, y al verla a ella, su exuberante belleza y despampanante figura soltaban uno que otro respingo o rezongo como de "válgame dios." Vestía un pequeño vestido color dorado que apenas lograba cubrir su trasero, y que, constantemente tenía que estirar hacía abajo para cubrir más allá de su entrepierna. Lucia como toda una modelo sacada de una revista, caminando con distinción por las arenosas calles con unos zapatos de tacón que iban a juego con su vestido, su cabello se mecía sutilmente con el aire que corría a plena luz del día.
"Y es que a Nadia no se le pudo ocurrir un mejor atuendo, parece que voy a un carnaval." Se dijo a sí misma.
Fue interrumpida cuando escuchó el pitido en su oído derecho, correspondiente al diminuto intercomunicador que tenía, discreto, del tamaño de un chícharo. La voz de Sheva se hizo presente tan solo unos segundos después.
~Jill, ¿me copias?~ Informó la morena dubitativa.
Tocando el lóbulo de su oreja derecha respondió sin acortar el paso.
~Si, estoy a unas cuantas calles de llegar.
~Vale, ten cuidado, te comunicas cuando hayas logrado entrar.
~Recibido, lo tendré.~ Afirmó y cortó la comunicación por su parte.
DC y Chris vigilaban desde la azotea del edificio, eludiendo el ambiente sofocante desde el cuál, permanecían expuestos.
Tumbado a la orilla del edificio, Chris engrasó y preparó la mira telescópica de su rifle S75: arma que le gustaba mucho utilizar y que era un completo experto en ella, al igual que Jill.
Haciendo un zoom calculado, observó el perímetro del burdel, el cuál estaba repleto de personas, tanto cortesanas como dignatarios acreditados salían y entraban por doquier. Y por supuesto, coches de lujo, algunos más sofisticados y otros con un estilo un tanto rústico.
Por más que buscaba, no podía encontrar por ningún lado a Jill, hacía minutos que salió rumbo al burdel.Hizo un ademán a DC, para que se acercará, ya que el vigilaba con los binoculares desde la otra punta del edificio.
~¿Se han podido comunicar con Jill?~ Inquirió sereno, sin despegar su vista del francotirador.
~Afirmativo, pero su nombre de ahora en adelante es Margaret.~ Evocó igualmente con su labor.
Una sonrisa de oreja a oreja se hizo presente en el rostro del capitán, quien continuó con su labor a la espera de alguna novedad. No tardaría mucho en llamar a Sheva y Nadia para que se preparen para la infiltración.
Un bullicio molesto se manifestó en la avenida, la cual estaba decorada con banderines de colores y alguno que otro cartel de bienvenida, la gente de ahí ponía en un pedestal a los dignatarios y mercaderes ricos que visitaban el pueblo.
Caminó discretamente recibiendo empujones de las personas que bailaban o permanecían fuera del recinto. Y observó más de cerca la edificación con recelo, estaba pensando en colarse por la cornisa, pero pensándolo bien. ¿Por qué no mejor tratar con el enemigo de frente?
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Reflejo [Jill & Chris]
RomanceChristopher Redfield vive con los nervios a flor de piel, una loca fijación hacía su amiga y compañera Jill Valentine.