Guilty

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-Mención de intento de suicidio.

-Manipulación.

-Relación toxica.

-Dependencia.


*Basado en un manga de Harada que no recuero el nombre xD


...

Lo ve caer una y otra vez en sus sueños. Pero es Katsuki quien se sumerge en la más sórdida oscuridad. 

...


La imagen de Izuku cayendo desde lo alto se repite constantemente ante los ojos de Katsuki cada que pasa por su antigua escuela. El cuerpo liviano del menor descendiendo como la ligereza de la hoja de un árbol que es llevada por el viento. Las extremidades hacia arriba, sumergiéndose en el vacío. Es un recuerdo en cámara lenta... aunque aquello haya sucedido en cuestión de segundos.

La caída.

El golpe.

Los gritos.

Pero, sobre todo, la culpa. Katsuki recuerda vívidamente el momento y el hielo que le recorrió la espalda, los vellos incrustándose en su piel escarapelada. Fue él quien le insinuó que, talvez, si saltaba, nacería con un quirk en su próxima vida. Fue él quien repitió hasta el cansancio lo inútil que era. Fue él quien le golpeó día tras día sin razón alguna. Y es él quien ahora, se siente como un asesino cada que pasa frente a su antigua escuela de camino a su empleo.

Hay veces que esa memoria le fuerza a tomar rutas alternas. Alargar la caminata deja de ser tedioso con tal de no vislumbrar aquella edificación. Otras, para enteramente concentrado en su móvil, intentando creer que el edificio no existe más. Lo cierto es que ninguna de esas acciones logra triunfar. El edificio continúa existiendo imponente y pareciera llamarle incluso cuando no le ve. Susurrarle lo idiota que se ve caminando con ese uniforme de dependiente de tienda y no un traje de héroe. Lo bien que le sienta esa patética vida, porque la merece. Se la ha ganado.

Izuku salto, pero fueron sus palabras las que lo empujaron.

Fue él quien le orillo a ello.

Sus manos están teñidas de sangre, su boca llena de puñales.

Es poco menos que un asesino. Tan solo una milésima, porque Izuku está vivo. Él renació de sus cenizas para matarlo en vida. Convertirlo en una marioneta que es movida por los hilos de la culpa. Es ese el castigo a su pecado. No puede victimizarse cuando la única víctima ha sido Izuku, que, por casi quince años, soportó silente sus abusos; y que por otros cinco más, ha vivido una existencia más patética que la suya.

Si es que se le puede llamar vida a estar postrado en una silla.

Katsuki no puede con la culpa que azora su mente cada que lo ve sonriendo sentando ahí, incapaz de mover las piernas. Incapaz de ser un héroe. Katsuki le dijo que un inútil quirkless como él no podría ser uno nunca, pero no era así como imaginó que terminaría. Jamás pensó que obedecería sus palabras.

—Llegas tarde, Bakugou.

Ignora las palabras de su jefe, camina de largo a su casillero. Cuelga su chaqueta mientras oye al hombre enumerar las veces que lleva llegando tarde en lo que va del mes. Oye en silencio sin darle mayor importancia. Sabe que tarde o temprano va a terminar por despedirlo, como ha sucedido en sus últimos diez empleos.

De todo y nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora