Sunny Y Basil cogiendo como conejos

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La vida es monótona.
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Eso es lo que pensaba Sunny. Desde pequeño la vida de Sunny a sido una rutina, todo estaba pensado, desde lo que comería y vestiría asta lo que haría en el día...
Pero... ¿Porque esto era así?.
Simple, solo porque a él le gustaba ser así. Le gustaba el orden y le desagradaban las sorpresas, le gustaba tener todo planificado y odiaba que algo no saliera como el lo tenía planificado.
Ese era Sunny.
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O al menos lo que la gente pensaba.

Eran las 5:30 a. m. Exactamente cuando la alarma sono como ya era costumbre en la casa de los Tsuki, familia conformada por dos hermanos y sus padres.
Mari la hermana siendo mayor por cuatro años, Sunny el hermano menor y por supuesto su padre y madre.

Un pequeño niño de 12 años, cabello azabache y tez pálida apagó su reloj para luego estirarse y así comenzar su día como ya era costumbre. Se sentó en la orilla de su cama y se puso sus pantuflas para salir directo hacia el baño. Ya dentro de este se dispuso a hacer su primera rutina del día, primero hizo sus necesidades para luego ir a lavarse los dientes, seguido de eso se dispuso a darse su ducha matutina.
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Ya a las 6:00 a. m. Había terminado de ducharse para seguidamente ir a cambiarse de ropa. Se puso su usual camisa de manga corta de color blanco para así poder ponerse su preciado suéter negro, luego de tener todo listo exactamente a las 6:15 a. m. Su hermana lo llamo para bajar a desayunar como ya era costumbre.

¡Sunny!. - escucho el pequeño que lo llamaban desde el piso de abajo, era su hermana cómo siempre - el desayuno está listo, baja antes de que se enfríe.

Sunny sin decir una palabra hizo caso instantáneamente y salió de su cuarto para bajar las escaleras y ir directo hacia la cocina como si de un robot se tratará, al llegar al piso de abajo el aroma a huevos, tostadas, salchichas y café no se hizo esperar, Sunny inhalo profundamente llenando sus fosas nasales de ese dulce aroma familiar que tanto amaba.

Su hermana volteo y le sonrió - valla, asta que decides aparecer. - Dijo con una de sus características sonrisas mientras servía café en una de las tazas - ¿que esperas SunSun?.- SunSun, ese era el apodo con el que era llamado frecuentemente por su hermana. - vamos siéntate que parecer un mueble ahí parado - dijo mientras soltaba una pequeña risa.

Sunny nuevamente hizo caso instantáneo y se dispuso a sentarse como le había dicho su hermana.
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Mamá y papá llamaron.-informo su hermana mientras lavaba los platos y Sunny los secaba.- dijeron que lamentan tener que estar fuera tanto tiempo y que en poco ya terminan el trabajo que les asignaron y podrán regresar.- Sunny ni se inmutó ante tales revelaciones, la verdad no le importaba ni lo más mínimo. Nunca fue de tener una relación cariñosa por así decirlo con sus progenitores, no se confundan, no es que sean malos padres pero simplemente al no estar la mayoría del tiempo Sunny no pudo forjar ese "lazo especial" de padre e hijo. Así que solamente se dispuso a terminar de secar los últimos platos.

Al ser verano Sunny no tenía mucho que hacer sin sus clases así que se limitaba a practicar violín o leer la mayor parte del tiempo.

Exactamente eran las 11:57 a. m. Y Sunny estaba terminando de leer aquel libro que había comenzado hace ya tres días. Asta que el reloj marco las 12:00 p. m.
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Era hora de su siesta de media hora así que se dispuso a dejar el libro en su mesita de luz y poner una alarma exactamente para las 12:30 p. m. Y se acostó para así finalmente poder descansar.
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Alta paja seguir escribiendo.