Capítulo 5

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Si me seguís por mis videos de TikTok y veis que algunas escenas no tienen nada que ver con los vídeos es que he cambiado algunas cositas jejeje al fin y al cabo los vídeos me salen de manera super espontánea y esto lo estoy planificando más

Gracias por el apoyo :)

***

Me senté en el asiento del avión al mismo tiempo que Mikhail Lewonski se dejaba caer en el de al lado, parecía cansado ¿Cuánto tiempo había estado acechando? Tenía muchas preguntas y no estaba segura de que el ruso que había a mi lado fuera a contestarme alguna.

Pero quizás... Vi a la azafata acercarse a nosotros y ofrecerme cacahuetes y unas bebidas, qué nivel Maribel hasta azafatas privadas tenía esta peña. Le miré intentando darle señales de que me ayudara, de que estaba allí secuestrada pero fue en vano.

-Olvidate- Susurró Lewonsky- Trabaja para nosotros no te va ayudar a escapar.

-¿Qué escapar?- Le miré- Solo quiero comer- Que a ver si me ayudaba a escapar, mejor.

-Ahora mismo señorita, Mara.

-¡Y otra cosa!

-Digame- Me sonrió la azafata.

-¿No me pueden adjudicar otro ruso? Creo que este esta defectuoso.

La azafata se sobresaltó y miró hacia Lewonski mientras le dirigía una sonrisa.

-A Giussepe le va a caer tan sumamente bien.

-Demasiado- Suspiró Lewonski.

¿Quién coño era Giussepe? ¿Y por qué yo le iba a caer bien? Si era la mitad que Lewonski pues seguro que estaba tremendo pero esperaba que fuera más simpático.

-¿Cuánto vamos a tardar? Solo por preguntar ¿Allí voy a poder cambiarme de ropa interior? Es importante, además de que no puedo dormir con este vestido y no pienso hacerlo. Estamos a menos siete grados ¿Vamos a Canadá? Porque si vamos a Canadá allí hace mucho más frío.

-No vas a pasar frío Ramirez, te lo aseguro.

-¿Y qué cosas horribles me vais a hacer en el proceso?- Pregunté interesada, a ver era secuestrada por la mafia así que esperaba que no me trataran como una princesa- ¿Encerrarme en una fosa? ¿Arrancarme las uñas? ¿Azotarme hasta que os diga la información que queréis saber? Cuéntame, cuéntame...

-Primero que todo, no vamos a hacerte daño. No queremos información, queremos el dinero, hacerte daño no hará que Ramirez nos dé todo el dinero que nos debe y Katia nos mataría y Mara- ¿Me estaba sonriendo?- Yo solo azoto a una chica si me lo pide.

-Seguro que no es por tú humor por lo que las conquistas- Me sonrojé.

-No, te aseguro que no es por eso.

-Normal, eres un sieso Lewonski.

Aterrizamos aproximadamente unas pocas horas más tarde, el vuelo se me había hecho ameno aunque desde luego no por la estupenda conversación que Lewonski me daba, si no porque era realmente fácil fastidiarle y fue básicamente mi entretenimiento hasta que llegamos a una isla en la que había una enorme mansión, oye al menos podría pasar tiempo en la playa ¿No? No tenía peligro de escaparme, no iba a lanzarme al mar sin saber dónde narices iría y mi padre estaba forrado, probable en dos días estaría en casa.

-Bienvenida al paraíso- Mikhail se levantó de su asiento y me hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera.

No me lo pensé mucho y así lo hice, total tampoco tenía nada mejor que hacer al fin y al cabo, la azafata se despidió de nosotros con una bonita sonrisa y empezamos a bajar las escaleras del avión. Un hombre de pelo castaño y sonrisa encantadora nos esperaba, llevaba un pantalón corto y una camisa blanca que para nada se le adhería al cuerpo, llevaba tres botones desatados y parecía contento de vernos.

-¿Una misión emocionante?- Sonrió el chico hacia Lewonski.

-¿Te has aburrido sin mi Giussepe?- Dijo mi secuestrador ¿Se le acababa de suavizar la mirada?

-¿Aburrirme? Para nada, he tenido a Katia detrás de mí toda la semana, aún se piensa que puede convencerme de que le descargué sus videojuegos.

-Yo creo que lo conseguirá- Sonrió Mikhail- ¿Apostamos?

El tal Giussepe elevó una ceja.

-¿Crees que voy a descargarle un videojuego cuando va en contra de mis principios?

-Has hackeado las páginas de los gobiernos más importantes, así que perdóname si pienso que serías capaz de descargar un juego para que Katia nos deje en paz.

-Sigue sin parecerme bien ¿Sabes la cantidad de gente que ha trabajado en ese juego? Me niego a hacerlo- Rodó los ojos.

-¿Y tener a Katia entretenida en su cuarto no vale la pena?

-No. Que se espere a que salga el videojuego como el resto de mortales.

Les observaba mientras hablaban de la tal Katia, debía ser insufrible pero bueno sabía como podían ser las niñas pequeñas que siempre lo habían tenido todo. Ni me imaginaba la rabieta que tendría aquella pequeña que deduje que sería la hija del jefe de aquellos dos chicos que parecían ser amigos desde hacía tiempo.

-Bueno...- Dije por primera vez haciendo que los dos chicos se giraran a verme- ¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? Id llamando a mi padre, no es que tenga una agenda muy ajetreada pero como te he dicho. Dejé una muy interesante escena para que recuperes tus millones de dólares.

-Giussepe- Dijo Mikhail- Nuestra invitada, Mara Ramirez.

-¿No soy una prisionera?

-Como te dije no vamos a tratarte mal- Bufó Lewonski- Como te he dicho, si Katia se entera de que te hacemos algo se hará insoportable.

-Le temeis a urna niña pequeña- Ambos me miraron con una ceja elevada.

-A ver... Es bajita- Dijo Giussepe con una sonrisa- Pero creo que nadie podría con Katia.

-Ella no...- Empezó Mikhail pero por alguna razón pensó que era mejor callarse.

-Bueno- Junté mis manos para mirar a mi secuestrador- ¿Cuando empezamos las lecciones?

-¿Lecciones?- Preguntó curioso Giussepe.

-Me ganó una apuesta...- Susurró Mikhail.

-¿Qué?- Giussepe soltó una carcajada- ¿Te ha ganado en algo la hija de Ramirez? ¿A la que tenía escondida y que nadie conocía su rostro hasta hace unas pocas horas?

Sonreí al chico que parecía divertido con la situación.

-Nunca dejes que una cara bonita te engañe Giussepe, ya deberías saberlo.

-Si, bueno- El castaño me miró- Parece que no soy yo el que lo ha olvidado. Será un placer tenerte aquí Mara.

La chica del Dark RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora