-¿Cuanto crees que tarda una persona en conseguir esa cantidad de dinero?
Estaba en la habitación de Katia. Miré hacia mi amiga que parecía entretenida mirando ropa por Internet, habiamos comprado varias prendas que serían para mí pero estaba totalmente segura de que la joven se había pedido algo para ella misma.
-¿Cuánto le debe tu padre al mío?- Preguntó la rusa distraída añadiendo unos pantalones a la cesta.
-Cuarenta millones- Susurré, hasta para una niña pija con padres millonarios era una burrada.
-¿Solo?- Preguntó la chica- Pensaba que era más.
-¿¡Solo!? ¡Es mucho dinero Katia!
La rubia se encogió de hombros, a ver que tenía un estudio de danza, una pista de hielo y probablemente un cine en su casa tendría muchísimo más dinero que mi familia ¿Pero cómo le iban a parecer poco 40 millones de dólares?
-A ver si, pero yo que sé- Se encogió de hombros- Tu padre sale en la lista de los 50 millonarios más ricos del mundo no debería serle complicado conseguir esa cantidad en poco tiempo. Estoy segura de que alguno de sus coches o aviones privados cuestan eso o más. Si no tiene el dinero que venda eso, yo que sé. De pequeña me secuestraron también ¿Sabes?
-¿Y tu padre pagó el rescate?- Pregunté curiosa.
-¿Qué?- Se rio- No, mi padre los encontró y los descuartizó uno por uno.
-¿Él solo?
-Oh si- Sonaba orgullosa, la verdad es que si yo supiera que mi padre era capaz de aquello probablemente no lo gritaría a los cuatro vientos pero si que se podía ver que el amor que tenía el padre de Katia por su hija era tremendamente inmenso ¿Mi padre estaría tan desesperado como lo estuvo aquel hombre por encontrar a su hija?
-Bueno, quizás a mi padre le cueste un poco... Ya sabes tiene negocios y...
Katia elevó una ceja mirándome y sabía muy bien lo que estaba pensando mi amiga. Tu deberías ser mucho más importante que sus negocios, pero la realidad es que el único interesante para sus negocios era mi hermano y por lo tanto Abril y yo siempre quedábamos en segundo plano. Quizás deberían haber secuestrado a Roberto, ya tendría el dinero.
-Mara no quiero decírtelo pero...- Empezó Katia.
-Sinceramente es mucho mejor que no estés en esa casa- Escuchamos la voz de Mikhail, entró junto a Giussepe que parecía igual de serio lo cual quería decir que lo que iba a decir Lewonski no me haría gracia- Tu padre ha vuelto a llamar.
-¿Mi padre te ha vuelto a llamar?- Dije emocionada, quizás si había vendido alguno de sus aviones o coches para pagar mi rescate- ¿Qué te ha dicho?
-Que te devolvamos, que tienes una boda a la que ir.
-¿Boda?- Dije con el ceño fruncido- No recuerdo ninguna boda, que yo sepa no se casa nadie.
-Mara, eso es porque...- Se aclaró la voz Giussepe- La que se casa eres tú.
-¿Qué? ¿¡Qué yo me caso!? ¿¡Con quien!?
-Tu padre llamó, ha conseguido el dinero- Continuó Lewonski, no estaba contento- Porque te ha vendido a Carl Lewis. Así ha conseguido el dinero.
-¿¡A ese tío!?- Katia se levantó de golpe- ¿¡No tiene como 150 años!?
-¿No es el hombre que ha estado acusado por malos tratos?- Dije con un nudo en la garganta- Su anterior mujer desapareció y nunca la encontraron...
-84 años y si, si ha estado acusado por malos tratos- Dijo Giussepe- Él salda su deuda y casa a su hija mayor con uno de los magnates más importantes de toda Canadá. Le sale redondo.
-Pero... ¿Me saca de aquí para meterme en otro sitio? No comprendo, él.
-Así salda su deuda.
-Pero yo no...- Me giré hacia Katia y le agarré de las manos con los ojoso llorosos- Por favor, Katia no me hagais ir allí puedo, puedo... Puedo hacer lo que sea aquí pero por favor, convence a tu padre de que no me lleven allí.
-Le he dicho que no- Dijo Lewonski haciendo que se me pusiera la carne de gallina con esas palabras- Le he dicho que ya puede cavar con sus propias manos en Hawaii buscando diamantes pero que si se atreve venderte a ti o a tu hermana para saldar sus deudas, esta aumentara y sabe lo que significa.
-¿Y que significa?- Dije tragando saliva.
-Que todo su trabajo se irá a la mierda- Miró hacia Giussepe y este sonrió.
-Adiós dinero- Dijo el hacker- Adiós a todo.
***
Estaba en la piscina climatizada junto a Katia, si alguna vez había pensado que yo había sido una niña mimada al conocer a la rusa descubrí que para nada era así. Literal ser una princesa de la mafia era otro royo. La rubia solo tenía que poner ojitos y su padre le daba lo que quería.
-¿Crees que conseguiré que Lewonski me enseñe a disparar?
Katia se giró hacia mi y me miró de arriba abajo para observarme en aquel bikini que me había comprado hacia unas pocas horas.
-Intenta pedírselo mientras vistes eso, a lo mejor así te dice que sí. Puede ser muy serio pero es un hombre. Puede funcionar.
No iba a mentir, después de que Mikhail Lewonski le hubiera amenazado a mi padre con que si me vendía a aquel viejo le hundiría el negocio me había hecho emocionarme. No debería ¿No? Estaba amenazando a mi padre pero joder, al mismo tiempo mi padre me iba a vender para saldar su deuda con la mafia rusa.
-Por cierto, tengo un regalo para ti- Miré hacia la rusa y sonreí al ver que me daba un libro y un móvil- Bueno no es solo mío, el libro es de parte de Mikhail lo ha elegido el personalmente, el móvil si que es de mi parte. No tienes conexión a Internet, perdón.
-Está bien- Observé el libro con una sonrisa- Con esto por ahora me basta.
Abrí la primera página y vi que Mikhail me había dejado algo escrito "Lo he encontrado, un libro de un tío que está en la mafia y que no es jugador profesional pero parece que le gusta el hockey sobre hielo ¿Quizás deberían escribir un libro sobre mí? Mikhail" Sonreí como si fuera tonta y Katia me observó con una ceja alzada.
-Ah y por cierto.
-Dime- Cerré el libro para observar a mi amiga.
-Eso ha sido porque Giussepe ha querido pero...- Sonrió picara- ¿Por qué te ha metido en el móvil que te he regalado vídeos de Lewonski cuando estaba en la selección de hockey?
ESTÁS LEYENDO
La chica del Dark Romance
RomanceElla vive obsesionada con los libros con tramas de mafiosos, no se esperaba que fuera a ser la protagonista de una de ellas.