El día pintaba que iba a ser poco movido para el personal del hospital, sin embargo, una llamada corto con la racha positiva de tres días sin emergencias de gravedad; la llamada exigía la preparación del quirófano y equipo médico en la azotea. Un helicóptero perteneciente al departamento de policía trasladaba hacia el hospital a dos poli traumatizados producto de un accidente vial.
La muchacha estaba mal, internamente la chica había perdido mucha sangre. En el proceso de la operación las cosas no marcharon bien, su cuerpo no reacciono de la mejor manera y su situación empeoró progresivamente; pese al excelente trabajo del personal médico, su pulso se detuvo. Su corazón dejó de latir.
Luego de un instante el quirófano quedó semivacío, el equipo y sus distintos integrantes fueron solicitados de inmediato en emergencias; solo uno de los doctores se quedó, pues su presencia no era requerida en otras áreas y además, tenía cierta curiosidad por la difunta.
El doctor se dirigió hacia el cuerpo, miró su rostro y lo contempló por un extenso lapso de tiempo, sintió pena por ella. En aquella cara algo le era familiar, durante la operación su mente daba vueltas tratando de recordar en qué o cuál lugar la había visto.
Una enfermera se acercó a los restos de la muchacha y se dispuso a quitarle las bolsas de transferencias, bolsas que ya no le serían necesarias.
- El otro paciente del accidente también falleció - mencionó la enfermera con tono triste.
El silencio dominó por un largo instante.
- ¿La has visto en algún lugar? -preguntó el doctor. - Su cara me es familiar.
- Sí -afirmo con tono melancólico la enfermera. - Era doctora del universitario.
El semblante del experimentado doctor mostró sorpresa, la enfermera no lo noto pues su vista estaba enfocada en el carrito de utensilios quirúrgicos.
Ahora la recordaba, en varias ocasiones se encontró con ella en los pasillos; aunque le parecía muy engreída para la labor de pediatra, conservaba de ella una buena impresión.
Observando el cuerpo inerte muchas preguntas surgían: ¿Por qué la policía le perseguía hasta el punto de ir tras ella con un helicóptero? ¿Bajo qué circunstancias se encontraba? ¿Qué crímenes había cometido? ¿Motocicletas?, la doctora no tenía ese perfil, en sus ojos no se miraba las ansias de correr hacia el peligro. Tal vez su don de leer a las personas empezaba a fallar o tal vez ella escondía muy bien sus mentiras. El doctor permanecía mirando su rostro y seguía sin encontrar rastro de criminalidad.
La enfermera se disponía a quitar los cables que monitoreaban sus signos vitales, cuando de repente torna su vista hacia el monitor y observa una pequeña muestra de vida alzándose.
<< ¡No! >>
El rostro de la enfermera se contrae y adquiere un tono pálido.
<< De seguro es un error >>, pensó la enfermera.
Pero entonces, el error se duplicó y se convirtió en una constante.
La enfermera gritó al verificar que no era un espejismo y que de verdad la máquina emitía señales de vida.
El doctor, quien para entonces se dirigía hacia la puerta se apresuró por volver, el mismo volvió a canalizar las venas y el mismo volvió a poner suero en ellas; la transfusión de sangre aún no se le había quitado y por ello el trabajo se facilitó; para cuando volvieron a revisar el monitor este mostraba estabilidad, sus latidos mejoraron milagrosamente; aquel momento era difícil de creer.
La enfermera mostró sorpresa, estaba impactada; aquel shock cardiogénico parecía ser definitivo para la paciente, ella fue testigo ocular de aquella situación y le parecía increíble, no lo creía, le costaba asimilarlo; el electroshock no fue suficiente, su pulso estaba inerte y muy a pesar de las grandes cantidades de adrenalina que le habían suministrado, su corazón no regreso, pero ahora luego de un par de minutos la joven doctora volvía a la vida.
Su confusión fue mayor cuando una de las doctoras que había estado en la cirugía de la chica, entro en el quirófano y exclamó:
- ¡No puede ser, el joven del accidente también volvió a la vida!
La enfermera estuvo por unos instantes en modo automático, de un momento a otro sintió náuseas, se agarró de lo que pudo y evitó chocar de golpe contra el suelo, el mareo se suavizó cuando logró sentarse en el piso; la doctora fue corriendo a atenderla, pidió ayuda en el pasillo y consiguieron una silla de ruedas. Al cabo de unos minutos la enfermera se sentía bien, la llevaron a comer algo e hidratarse, pues la pobre no había comido nada y aquella situación hizo que se derrumbase; mientras iban por los pasillos la doctora comentaba sobre aquel suceso.
El reporte fue el mismo para ambos, los dos habían muerto por un shock cardiogénico a las 10:08 y ambos habían resucitado a las 10:13.

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Contravia. (Una Historia De Amor En Contra Vía)
Fiksi RemajaUna novela de acción que te atrapara desde el principio Tamara y sus amigos, se embarcan en una investigación que les llevará a descubrir un secreto que cambiará sus vidas para siempre. Todo comienza cuando una tormenta se avecina al pueblo. Tamara...