Martina, es una mina que está teniendo problemas con su vida, su familia se da cuenta de esto, y deciden mandarla con su hermana Antonella, todo estaba muy bien hasta que lo conocío. Martina se enamora de el compañero de el esposo de su hermana, per...
Estaba pasando por al puerta de Martina, la cuñada de Leo, esa piba me causa curiosidad. Vi la puerta medio abierta y estaba ella, no lo negaré, me parecía linda, muy linda. Estaba poniendo algo en sus brazos, raro.
—Que haces—Hablé y vi cómo se tensaba.
—Nada—Dijo ella para voltearse y ponerse a guardar maquillaje.
—Puedo pasar—Dije mientras veía como ella me miraba fijo, ella solo asintió.
—¿Maquillaje?—Dije mientras agarraba la esponjita y pasársela.
—Si—Dijo para levantarse y poner en estuche en la mesita que estaba alado de la cama.
—Que va a hacer—Pregunté mientras la ojeaba de arriba a abajo. Que linda era.
—Voy a la pileta con Mateo-Respondió mirándome—Y vos—Pregunto.
—Estaba pensando en ir a la pileta justo—Yo buscaba juntar nuestras miradas.
—A mira que coincidencia—Estaba pensando en que decirle—Vamos—Ella ofreció, le entendí perfecto pero hice una cara como si no entendiera—A la pileta boludo—Que grosera, me agarraron unas ganas de romperle la boca y no a piñas.
—Banca y me cambio—Me levante y tome rumbo a mi habitación.
Llegue a mi habitación y me encontré a Camila, mi mujer.
—Donde estabas amor—Pregunto la rubia acercándose y dándome beso en la mandíbula.
—Iba a jugar al truco con Rodri—Le respondí devolviéndole en abrazo.
—Anda, yo estoy cansada y me voy a quedar con Gio—Dijo la rubia y me dejo un beso en los labios para irse a acostar, yo solo asentí.
Me sentía culpable, se supone que ella me ama y yo a ella y por eso me casé con ella, pero desde hace unos años vengo gorreándola, algunas me las descubrió otras no, creo que el amor que sentía por ella cuando era más chico se desvaneció. Unos minutos después escuché a la rubia con su respiración tranquila, estaba dormida. Rebusque en mi valija y busque un short playero y me fui en cuero. Cuando llegue estaba la rubia relajada en el agua, entre mi piel se erizo, estaba fría.
—Pensé que no venías—Dijo la rubia.
—Te dije que venía rubia—Solté una sonrisa de medio lado y me acomode a su lado.
La veía rara como si quisiera decir algo, mejor dicho, decirme algo.
—Habla—Dije y ella puso una carita de confusión—Queres decir algo, decime—Dije y ella me miró se volteo para quedar frente ami.
—Quien era la rubia con quien discutías en 𝐌𝐚𝐝𝐫𝐢𝐝—Ella bajo la mirada—Si te incomoda no respondas todo bien—Aclaro.
—Es Camila, es mi mujer—Ella solo sintió.
—Le gritaste—Me apenaba que ella hubiese escuchado eso.
—Estábamos discutiendo, ambos estábamos estresados—La rubia levantó su mirada y se encontró con la mía.
—También ella salió llorando—Dijo con un poco de sentimiento.
—Cami es muy sentimental—Dije mirándola, ella rio,—¿Que?—Dije soltando una sonrisa de medio lado.
—Yo también soy muy sentimental, bobo—Me salpicó con un poco de agua.
Le devolví la salpicada, una cosa llevo a otra, levantó sus piernas y agarre sus pies, vi algo unas marcas negras alrededor de su tobillo le puse un poco de agua y rasgue con mi uña, y luego masajee para terminar de sacar el maquillaje que tenía su piel, me sorprendí, ella al darse cuenta de esto bajo sus piernas.
—Aver, enséñame—Ella estaba dudosa y su mirada penetraba la mía—No voy a decir nada—Ella volvió a levantar sus pies y mostrarme, y si era lo que yo había visto: Un tatuaje, no cualquier tatuaje, no para mi tenía un significado muy especial.
—¿Que?—Dijo ella al ver mi ración por la marca.
Salí de mi transe y le agarre la mano.
—Veni—Ella se dejó llevar.
Salí de la pileta y me posé en una esquina estando sentado en el suelo, palme alado mío en señal de que saliera. Salió y observaba cada movimiento que hacía. Saque mi pierna del agua, estaba un poco oscuro.
—Tenes tu celular—Pregunté ella asintió—Prende la linterna.
Ella obedece, ilumina y le señalo con mi dedo, su reacción, se sorprendió al ver que teníamos el mismo tatuaje en el mismo lugar, era increíble.
—Boludo no se me ve mucho pero es igual—Yo solo sonreí, ella pensaba en algo—Deja te enseño—Dijo metiendo sus pies en el agua y mover sus dedos en su teléfono.
Se metió en la carpeta que decía "𝐎𝐜𝐮𝐥𝐭𝐨" y tecleo un pin: 𝟐𝟎𝟏𝟑𝟐𝟑. Se volteo un poco y rebusco.
—Mira—Me enseño volteando el aparato.
Era una foto de su pie y el tatuaje que se mostraba más.
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Definitivamente era el mismo tatuaje.
—Son idénticos rubia—Ella sonrió para después apago el aparato ponerlo a un lado, tapando su nariz volvió al agua, me sumergí con ella.
Duramos unas horas más hablando y contándonos cosas, yo era el que mas hablaba y le contaba de mi carrera, Mar era un poco...cerrada y muy buena oyente.
—Son las 𝟏𝟐:𝟐𝟕—Dijo ella.
—Tenes sueño—Dije sumergiéndome hasta que el agua llegó a mi cuello.
Mar solo asintió, me salí y busqué dos toallas, ella temblaba del frío, habíamos pasado mucho rato en el agua. Se veía tan linda, parecía una rata blanca mojada.
—Pareces una rata blanca mojada—Dije y solté una carcajada.
Ella rio conmigo.
—La rata más linda viste en tu vida, bobo— Dijo y me empujó levemente el hombro.
—De verdad que si—Dije y me volteé alfrente de ella—Vamos, te llevo a tu habitación—Ella solo asintió.
Caminamos por la casa hasta llegar a su habitación que estaba un poco retirada de la mía.
—Que descanses rubia, nos vemos más tarde—Dije y la mire.
Ella sonrió, Dios mío que linda risa tiene, se acercó y se puso de puntillas me agarro de las mejillas y me dejo un pequeño beso en los labios. Cuando se separó conectaron el azul de nuestras miradas.
—Buenas noches Lean—Dijo para después cerrar la puerta.
Que tenía esta mina, me estaba volviendo loco.
Me fui a mi habitación pensando en lo que había pasado. Llegue me saque la ropa mojada, me metí a la ducha, puse el agua fría. Tenía que sacarme a esta mina de la cabeza. Me cambie mi me acorte boca arriba y puse mis brazo por detrás de mi cuello. Unos minutos más tarde,ya estaba dormido.
