Capítulo 42

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Salí corriendo lo más rápido de allí, no podía estar más tiempo con ella y empecé a reprocharme cada palabra dirigida a ella y sobre todo el olvidar mis gafas, si las hubiese traído, jamás habría tenido que verla otra vez, ni fantasear con ella ni absolutamente nada...

Continuará...
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No sé en qué momento llegue a mi casa, mientras manejaba la moto solo podía recordar una y otra vez la vergüenza que acababa de pasar, soy consciente que Valeria me encanta demasiado y que aún le quiero muchísimo, pero más allá de todo ello lo que acaba de pasar es un error -¡Dios! ¿Por qué me pones pruebas tan difíciles a mi? Un ser humano común y corriente-.
Las horas pasaron, el día de hoy no tenía más clases en la universidad por lo que me dedique a hacerme algo decente de almuerzo y después de ello ver series en la cama todo el rato, ya entrada la noche me estaba duchando cuando sentí que tocaron el timbre de mi apto
-Que extraño, no pedí delivery y tampoco estoy esperando a alguien.
No sé por qué razón me dio un poco me miedo abrir la puerta contando con el hecho de que... estoy en toalla de baño
Me armé de lo primero que encontré y fue la esponja con manija- Si, soy patética- y salí.
Caminé sigilosa y como odié no tener esos huequitos en la puerta con forma ovalada para mirar por fuera.
Al abrir mi sorpresa fue inmensa.
-Hola...
-Hola, ¿qué...qué haces aquí?
¡Valeria estaba en toda la puerta de mi casa con bolsas de compra!
-Bueno... me preocupé hoy que te vi un poco desorientada y me comentaste que tenías fiebre así que... tal vez si no haz cenado, cenaríamos esto
-Ehh...
-Tranquila, perdón, no sé qué hago aquí yo... no quiero molestar solo me preocupé y bueno... a veces sigo mis instintos.-Y me hacen hacer estupideces-.
Eso último lo dijo más para ella que para mi y la verdad me derritió el corazón, por un momento en todo mi día dejé de pensar en si tenía pareja o no, o si eso me molestaba, solo el ver su cara y su acción y saber que vino por mi, pudo mas que todo.
-Pasa
Su cara se mostró sorprendida, al parecer no esperaba que la invitara a pasar pero, por un momento en mi vida solo quería vivir el momento sin pensar en el mañana- aunque me doliera después-.
-Disculpa que esté en toalla, no esperaba a nadie.
-Tranquila, no hay nada que no haya visto ya antes.
Si, creo que mañana dolerá.
-Ubícate en la mesa, yo me voy a cambiar y ya regreso ¿va?
-Va-me giñó el ojo y... ¡es que no puedo con ella!
Caminé lo más rápido a la habitación a buscar una ropa decente que ponerme y verme guapa-¿por qué quería verle guapa?- empecé mi búsqueda y nada me gustaba o era poco a mucho hasta que al parecer encontré lo que buscaba
-Ese vestido siempre me gustó como se te veía
Voltee casi por instinto al escuchar la voz de Valeria, ella se hallaba recostada en el umbral de la puerta desde quien sabe cuánto...
-¿Cuánto tiempo llevas allí?
-El suficiente para saber que ese es mejor que toda la ropa que sacaste
-¿Cómo es que no te escuché venir?- me pregunté más para mi que para ella misma
-Pues... al parecer estabas un poco abrumada por lucir linda que jamás te percataste que te pregunté por unos platos y... bueno decidí subir y te vi, y me quedé.
Su voz sonaba tan sensual en este momento y su mirada recorría toda mi figura aún desnuda ¡Si, estaba desnuda!
-Wow, espera estoy desnuda vete, vete
-Isa, ¿En serio? Ya redescubrí en varias ocasiones tu perfecta y divina figura... no es nada que no haya visto ya -tenía razón-.
-Lo sé, pero éramos pareja, ya tú y yo no somos nada y además... (aquí si recordé) tú tienes novio.
-Debo darte una explicación de ello pero a lo otro... ¿qué me impide que ahora NO pueda verte?
-¿Explicación de qué?
-Ya hablaremos, respóndeme.
Su tono sonó entre molesto y autoritario y me estaba pudiendo...
-Yo te lo impido
-¿Ah si?- su cuerpo fue moviéndose del umbral hacia mi forma estática casi arraigada a aquella baldosa que era lo único que me tenía de pie (y la gravedad) ver su figura, sus ojos, sus gestos y toda ella acercándose a mi, me dejó congelada y extasiada, aunque en mi mente algo gritaba peligro poco o nada decidí hacerle caso
-¿Qué pasó che? ¿Te comió la lengua el ratón?- Su voz seductora, aterciopelada y ronca, sus ojos juguetones y su sonrisa ladeada, su aura, tan puramente roja y sensual, tan atrayente
-No...no me la ha comido nadie. Esto no está bien Valeria y lo sabes, tú estás con él y yo...
-¿Tú qué? -su marcha paró en seco, y de repente volvió a sentirse un poco el aire en la habitación- ¿Estás saliendo con alguien Isabel?

Margaritas en el balcón (Chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora