Heaven [ inso's law x oc ]

[72] El otro lado de la moneda (II)

On another love, another love
All my tears have been used up, up

And if somebody hurts you,
I wanna fight
But my hand's been broken
one too many times

So I'll use my voice,
I'll be so fucking rude

Words, they always win,
but I know I'll lose

─ Another love [ Tom Odell ]

Desde entonces la vida de Mathius fue un infierno por los abusos enmascarados en educación, hasta el día en que, obligado, se comprometió con una amiga de su edad al que él apreciaba.

El joven de cabello oscuro no volvió a saber nada más de Dylan desde aquel suceso.

Bueno, hasta el día justo de su boda, donde su ya casi esposa, quien fue su apoyó para seguir adelante, le entregó entre lágrimas una carta procedente de Londres, Inglaterra.

Dylan se había quitado la vida tras su fracaso en Londres, confesando en la carta sus miserias tras ser traicionado por el bufete al que pertenecía. Lo habían dejado a su suerte con una deuda impagable al acusar a un político, como representante de una joven violada.

Carta donde también escribió que lo peor que pudo haber hecho, fue huir y no defenderlo. Al parecer de algún modo se enteró del abuso que sufrió por parte de su progenitor tras su partida.

Todo eran lamentos hasta que llegó al último párrafo, donde le confesó que él también lo había amado en su momento. Pero que por favor lo olvidara, que él había sido un tonto y que ahora era un hombre roto y endeudado.

Le deseaba felicidad y prosperidad, pero sobretodo felicidad. Y que sabía que Ellen (su futura esposa) lo haría feliz puesto que para él fue su primer amor, y luego una querida consejera. Y que por favor no la culpase por pensar que ellos se habían mantenido en contacto a sus espaldas ya que no había sido así, Ellen sólo le mandó cartas pidiéndole que vuelva, así como él lo había hecho, pero que en ambos casos, jamás, respondió a ninguno. Únicamente se limitó a leer el contenido antes de guardarlas en su mesita. La cual ya estaba repleta, comentó el joven con cierto punto de gracia.

Y de ese modo con un último deseo por su felicidad... se despidió con un te amo en cursiva. Siendo evidente que al terminar la carta, él estuvo llorando, la tinta se había corrido justo en aquella sincera declaración.

Tantos años de conocerse y su relación había terminado de una forma tan desastrosa.

Esa noche, Mathius bebió y bebió, siendo acompañado por el consuelo de su esposa recién casada. A quién, le suplicó romper el acuerdo de no consumar la primera noche pues, realmente, necesitaba sentirse abrazado en aquella fría madrugada.