Capítulo 6.

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William tomó a Elizabeth en sus brazos a la vez que la joven se desplomó. Alzó su vista hacia la puerta donde aún se encontraba el jardinero, el cual tenía una discreta sonrisa en sus labios. Esto no hizo más que molestar al príncipe, era algo cínico y que no entendía, es decir, Elizabeth no era más que una joven noble que no le hacía ni haría algo malo a nadie. Ese hombre parecía odiarla de alguna que otra manera, eso debía de admitir lo, el enojo burbujeando en el interior del príncipe no hizo más que florecer en secas palabras.

—¿Tú qué haces aquí en palacio y riéndote del estado de tu futura princesa y reina? —los ojos negros del hombre se posaron sobre los del príncipe. —Ve a hacer tus deberes en los jardines.

Una vez el príncipe terminó de hablar el hombre mostró sumo respeto con su Alteza, hizo una reverencia y luego salió de donde se encontraba volviendo hacia sus deberes a con las plantas. Al verlo partir el duro rostro de William cambió repentinamente hacia uno de suma preocupación, abrazó contra si el cuerpo inconsciente de Elizabeth para luego pasar uno de sus manos por su espalda y el otro por la parte trasera de sus piernas y cargarla para llevarla a su cama.

Él era consciente que no podría llevarla a su habitación ya que en su estado de debilidad no sería capaz de caminar tanto. Luego de unos pasos llegó a su cama y acostó a la joven sobre esta, la serenidad en el rostro de ella William la tomaba como una buena señal de que nada malo le sucedió. Sus cabellos castaños desperdigados sobre la cama estaban, él pasó uno de sus dedos en el contorno del rostro de su prometida y se sentó a su lado, con una de sus manos tomó la suya.

—No sé que haría si te sucede algo, Elizabeth. —dijo con melancolía. —Eres lo mejor que me ha llegado en esta vida desde hace mucho tiempo, y te quiero mucho como para permitirme perderte.

Una lágrima se deslizó desde los ojos del príncipe y aterrizó de lleno en el rostro de la joven inconsciente. Él dejó su cabeza descansar sobre la de ella mientras acariciaba su cabello. William no supo cuánto tiempo pasó exactamente, solamente se quedó dormido al lado de la chica que reposaba en la cama. Abrió sus ojos con pereza cuando sintió que ella comenzaba a moverse, Elizabeth estaba arrugando su nariz y mirando detalladamente donde se encontraba. Los ojos de la chica se abrieron de más cuando comprendió que se encontraba en la habitación de su prometido y que este además se encontraba a su lado.

Las mejillas de ella se tiñeron de color rosa mientras que él la miró y dejó escapar una pequeña risita, es decir, era demasiado extraño encontrar a esa joven en esa situación. El príncipe se salió de la cama dándole su espacio a su prometida, la cual seguía con el palpable miedo en sus hermosos ojos verdes. Ella se enderezó completamente sobre la cama y miró con enojo al chico. Elizabeth iba a hablar y a reclamarle por encontrarse ambos en la habitación pero se vio interrumpida por una joven de cabellos dorados muy bien peinados. Los ojos de la chica abiertos de par en par al ver a los dos chicos a solas en la recámara del joven.

La sirvienta se da la vuelta y sale del lugar a una gran velocidad, Elizabeth lleva sus manos a su cabeza y lleva sus cabellos castaños hacia atrás, por su parte William entiende lo que significaba esto y su expresión de horror no hacía más que hacerle entender que se encontraban en graves problemas.

—Maldición. —dice él.

—No puedo creer que esto nos esté sucediendo, y más ahora. —menciona la chica.

William se pone en marcha al salir de su espasmo en busca de la sirvienta que los había encontrado en esa situación. Miró a ambos lados del pasillo hasta verle salir de la habitación de su hermana, Olivia. Él suspiró aliviado y se acercó a grandes zancadas a dónde se encontraba, tomó del brazo a la joven y esta se dio la vuelta asustadas por esto. Los negros ojos de la chica se encontraron con los verdes del príncipe, ella bajó su mirada, pues no estaba permitido que la servidumbre mirase a los ojos a ningún miembro de la nobleza, y menos si se trataba de la familia real.

Renacer #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora