El chico veía como salía el alfa del mar, ante los ojos correctos diría que se veía sexy, tan alto y musculoso. Llegó con el menor y se puso su playera que instantáneamente se adhirió a su cuerpo.
- ¿Cuanto tiempo estaremos aquí?.- pregunto mientras lo veía a los ojos.
- Tal vez, ocho... Diez o veinte días. ¿porque?.- tomó al joven de la barbilla mientras lo miraba de forma seria.
- Solo preguntaba, para ver si tengo buen tiempo para perderle el miedo al mar... Siento que es como tu.- suspiro mientras veía las olas desaparecer a la orilla de la arena.
- ¿Como yo?, ¿fuerte y bello?.- exclamó.
- Grande, fuerte, profundo y violento... Más que respeto, le tengo miedo.-
El alfa lo tomó del brazo con fuerza y lo levantó de la silla con enojo. Tomó las cosas y azotó unos cuantos billetes sobre la mesa. Comenzó a caminar con ímpetu con el brazo del chico en la mano.
- Fuck, Changbin... Sueltame.- dijo mientras era forzado a caminar pero fue ignorado.
- Te eh dicho que me sueltes, ¡me lastimas!.- puso fuerza al soltarse de su agarre para después abrazarse a si mismo.-
- ¡Escuchame una cosa!, intente ser bueno contigo y darte tiempo. Ya te divertiste lo suficiente con el marica de Bangchan, ahora te toca regresar con, ¡TU ALFA!.- Gritó mientras golpeaba su pecho con su dedo índice.
- Ahora se buen omega, y vámonos.- lo tomó de la mano pero fue inutil, este se abrazo más fuerte y se hizo a un lado.
- ¡No quiero! , ¡quiero regresar con mi alfa!, ¡A MI CASA!.- gritó mientras sus lágrimas caían y se mezclaban con su sudor, se sentía estúpidamente débil.
- ¡VAMONOS!.- alzó la voz para luego enredarla en los cabellos del castaño, arrastrandolo por la arena de la playa.
Todos los demás turistas vieron la escena con impotencia, nadie estaba entendiendo nada pero tampoco querían hacer algo al respecto.
Hasta que llegó un alfa junto a otros 3 más que lo detuvieron.
- Hey amigo, no tienes que tratarlo así.- preocupado se puso enfrente de el.
- Muévete idiota, metete en tus asuntos.- lo empujó con fuerza tirandolo a la arena mientras seguía arrastrando al otro.
Dos de los alfas que acompañaban al otro lo tomaron del brazo para quitarle al omega. Este mismo se levantó corriendo hasta que su cuerpo chocó con otro, casi tirandolo al suelo.
Este por reflejo lo abrazo y comenzó a llorar en su pecho, tenía tanto pánico que no le interesaba si un desconocido lo empujaba o si un omega le hacia bronca. Eso pensó hasta que sintio un olor familiar, alzó la cara encontrándose con sus ojos,sus labios y su nariz. No pudo evitar volver a berrear al verlo.
El alfa de un metro con noventa salió corriendo de la playa encontrándose con el otro varón que resguardaba al omega en un fuerte y cálido abrazo.
- Sueltalo, ¡es mio!.- gritó mientras lo señalaba con su dedo.
El peli negro miro al chico de cabellos rojizos, sonrio y negó con la cabeza mientras se movía con el menor en brazos, intentando que el asunto quedará ahí, evitando conflicto.
El contrario se acercó y arrebató al omega de sus brazos tomándolo de nuevo del cabello y empujando a quien le abrazaba.
No pudo más, el chico delgado de cabello oscuro se abalanzó contra el dejando caer su puño cerrado sobre la barbilla.
Se engasto sobre su cuerpo y comenzó a golpearlo con molestia, los golpes repetidos junto a los forcejeos hicieron nuevamente que la atención se enfocará en ellos, el omega corrió a tomar de la cintura al alfa, intentando alzarlo pero su fuerza era demasiada. Asustaba pensar que ni contra Chris podría hacer algo.
Como pudo los separó, este miro a su amor, tenía una mirada fría, tan fría que quemaba la piel, Seungmin se quedó helado, lo primero que pensó fue que no reconocía a ese hombre frente de el que mordía su labio inferior con fuerza hasta sangrar.
Volteo a ver al alto en el suelo, lleno de sangre y moretes que se marcaron segundos después de los golpes, era irreal. El menor tapó sus oídos, la situación lo estaba sobre pasando, sintió una mano en su ante brazo que lo jalo, comenzó a caminar junto a él mientras escuchaba unos gritos.
- ¡SEUNGMIN!, ¡¡SEUNGMIN!!.- Una voz de degarraba a sus espaldas.- ¡SEUNGMIN!, ¡NO ME DEJES, CORAZÓN!... ¡NO ME DEJES!- alargaba la suplica mientras gritaba con dolor.
El menor se detuvo al escuchar al alfa. Se abrazo a si mismo y volteo a verlo, veía como estaba berreando sobre el piso con la nariz goteando de sangre, su cuerpo quería acercase, abrazarlo con fuerza y decirle que estaba ahí para cuidarlo hasta que una voz triste le interrumpió.
- Si quieres ir, ve... Estas en tu derecho.- dijo mientras se acercaba a la Jeep que estaba estacionada sobre la carretera.
Volteo sobre sus talones viendo como abría la camioneta, sonrió ligeramente y corrió hacia el chico que balbuceaba su nombre. Se arrodilló frente a él, lo abrazo y le dio un beso en el cachete.
- Sabia que regresarías... Nos amamos tanto, somos destinados... Nuestros lobos se reclaman mutuamente.- decía adormilado por el dolor mientras sentía la mano de su contrario pasar por su cabellera.
- No Seo, solo vengo a decirte que ya me voy. Se acabo, cuidate, no me vuelvas a buscar. Disculpame por dejarte aquí, pero el amor de mi vida me espera.- se levantó corriendo no sin antes regalarle una sonrisa y un fugaz beso en los labios él cual dejó él sabor metalico de su sangre.
Corrió lo más rápido que pudo, viendo como el alfa prendía la Jeep, a punto de acelerar cuando vio al omega regresar. Cuando llegó a la camioneta, abrió con emoción la puerta y se montó. Se inclinó al hombre detrás del volante dejando un beso en sus labios, que fue correspondido, escaló a un beso romántico y pasional.
El menor se detuvo, se separó y le regaló una sonrisa tierna dejando ver sus dientes.
- Vamonos... Vamonos a tu casa.- hizo un puchero para después reír.
El alfa asintió y aceleró la camioneta. El menor puso su cara sobre la ventana, viendo el atardecer mientras se alejaba de la playa, tomó el celular del alfa y tomó una foto. Ese atardecer le hizo creer que todo había válido la pena.
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