13. Días

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- Llegas justo a tiempo- murmuró Freen con ironía abriendo la puerta de su casa y recibiendo a una Becky ahora confundida por su comentario. La castaña alzó una ceja y se adentró siguiendo los pasos de la morena-

- ¡Becky! - la saludó Naiby emocionada y dejándole un beso en cada mejilla- Te estábamos esperando. Vengan, síganme- incitó la mujer y Becky la siguió escaleras arriba-

- ¿Qué sucede? - le preguntó a Freen en un susurro, quien caminaba a su lado enredada en su brazo-

- ¿Tú que crees? - le respondió señalando al final del pasillo a June igual de emocionada que Naiby y de pie frente a una puerta-

- Les va a encantar todo esto, lo hicimos con el mayor de nuestro amor hacia ustedes y para nuestros nietos- aseguró Naiby con los ojos cargados de brillo y Freen sonrió de manera divertida-

Becky se acercó a paso lento hasta la puerta donde June ya abría y revelaba a la vista todo ese misterio. Abrió la boca sorprendida y los ojos por igual y le dio un vistazo general con el corazón latiéndole fuertemente. Freen se pegó a su espalda y le rodeó la cintura para observar tras ella también.

Y sus reacciones fueron idénticas.

Freen se despegó lentamente de la castaña y Becky invadió la habitación frente a ella de manera abrumadora. Y ambas registraron todo con calma.

El piso de la habitación estaba totalmente cubierto por una alfombra de distintos colores con dibujos infantiles y en forma de círculos. Freen distinguió dos pequeños corderos y volteó a ver a Naiby para sonreírle sinceramente.

Becky extendió su brazo izquierdo y acarició al pasar la primera cuna, de color blanco pero sus sábanas color celeste y un gigante peluche de Mickey dentro. Se detuvo un momento frente a ella y Freen volvió a pegarse a su espalda:

- Es hermoso- le susurró la morena contra su oído y ella asintió levemente. Por supuesto que lo era-

Caminaron en esa posición apenas tres pasos y frente a ambas estaba la cuna de la niña. Del mismo color, pero con sábanas color rosa y un peluche algo más grande en forma de conejo.

Las dos rieron nerviosas y continuaron avanzando. En contra de la pared, derecho al apenas abrir la puerta, había un caballo mecedor de madera color azul y al lado una silla pequeña con otro peluche gigante. Pero un oso panda.

Y del lado derecho de la habitación, Freen entrelazó su mano con la de Becky y observaron un mueble lleno de juguetes. Desde animales de gomas y plástico, hasta coches de auto y más peluches.

Finalmente, al lado de esa estantería de juguetes que Becky pensó aún sus hijos no usarían, estaba un flamante placard con tres grandes cajones. Freen abrió sus dos puertas principales y soltó una risa emocionada y sus ojos se llenaron de agua:

- Hay cierta ropa que aún no podrán usar, pero era tan hermosa que no pudimos evitarlo- dijo Naiby aún desde la puerta y Freen giró a verla para dedicarle una sonrisa-

En cambio, Becky estiró sus brazos y tomó una pequeña prenda color celeste que correspondía a un suéter de lana e invadió dos de sus dedos con un par de zapatillas rojas también tejidas. Movió su mano imitando una caminata y Freen a su lado le dejó un beso en la mejilla:

- No hagas eso que más deseo tenerlos-

- Es que Freen...mira esto. Es perfecto- susurró la castaña con un nudo en la garganta y Freen la abrazó. Para ocultar su propia emoción de las mujeres que las observaban-

- Si algo no les gusta pueden...-

- Todo está más que perfecto- interrumpieron ambas a Naiby y la mujer asintió sonrojada-

La Causa Perfecta Vr. FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora