Viejas amigas

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   Las puertas de las celdas se abrieron, arrojando algo más de luz sobre las prisioneras. Cuatro sombras, con sus respectivas caras, las esperaban. Estas eran, a saber: Kate y John, responsables de la captura, Gilbert, líder del equipo de socorro, y Oliver, líder del equipo de investigación. Se mostraban impasibles, pero podía adivinarse una leve tristeza en cada uno.

   En silencio, las sacaron y guiaron por los oscuros pasillos. El antiguo edificio de los portadores de estrellas, que estaba encima de los calabozos, llegaba a dar miedo. Aunque claro, las historias no daban ubicaciones de fantasmas, un área abandonada da mucho miedo.

   A Rosemary le incomodaba la cantidad de muñecas sin cara que vigilaban los pasillos. ¿Sería una medida de seguridad? Probablemente. Se sentía emocionada y nerviosa. El plan... ¿Qué pasaría si fallaba? No, todo iba a salir bien. Sólo debía ser positiva.

   El salón de la Gloria se aproximaba. El "fin" del problema se aproximaba. Allí, esperando, se veía un muñeco viviente de cabellos grisáceos y ojos lilas. Parecía estar supervisando a las muñecas sin cara que estaban de guardia, paradas frente a los majestuosos vidrios, y más imponentes que las viejas armaduras.

   –¡Edward! –. Exclamó John. Oliver y Gilbert se sorprendieron, pero no Kate, ni las prisioneras.

   –¿Ninguno de ustedes es portador de estrellas, verdad? – Empezó el hombre, sin afirmar ni negar el comentario –. Ah, es difícil encontrar a alguien adecuado para ese puesto. Pero uno debe llevar a las disidentes hasta el límite. ¿Qué tal tú, Kate?

   Sin embargo, Gilbert se ofreció a tomar el lugar. Así se resolvió, y la marcha fue tranquila hasta que ambas fueron entregadas. Apenas estuvieron en sus manos, Edward se inclinó sobre Maryrose, con aires de superioridad, y le habló:

   –Maryrose... Parece que, después de todo, eras una disidente. Tendré que escuchar con mucha atención lo que tienes más tarde. Qué inesperado. Pensar que has estado ocultando tu poder... Manipulando el hollín de otros para crear "fantasmas"... – Soltó una risa leve –. ¿Fantasmas? La historia que Christopher inventó para hacer que los niños limpiaran... ¡Y terminas arruinando el edificio de niños con tal farsa!

   Para este punto, Gilbert ya se iba. El trío comenzó a caminar. "Caminar hacia nuestro destino" pensó Maryrose.

   "¿Uh?"

   –Maryrose... Cuando ese chico me llamó accidentalmente "Edward", no reaccionaste. ¿Por qué? Si para los niños esta forma es la de "Ed".

   Ambas hicieron un esfuerzo por callar.

   –Ya está decidido –. Continuó el adulto, regodeándose –. Se ha filtrado información sobre la unificación. Eso significa que alguien nos traicionó. Te haré escupir quién es, para poder capturarlo, así que prepárate.

   Entonces, Maryrose articuló palabras por primera vez.

   – Una vez que hayamos cruzado el punto medio del salón de la Gloria, estamos en el edificio del bisabuelo, ¿No? – Ante el asentimiento esperado, susurró: –Entonces, ya no hay vuelta atrás.

   De incógnito, deslizó un poco de hollín por las altísimas ventanas. Este mismo viajó hasta quedar bajo el puente, en el que había varias bolsas de lona, las cuales fueron rotas por los kobiritsukis que allí estaban. Las pequeñas criaturas se acumularon, formando una gran abominación que entró al salón, rompiendo la pared y causando desconcierto a todos.

   –¡¿Qué es esto?! Esta gran cantidad de hollín... ¿De dónde viene?!

   El monstruo, dominado completamente por la chica, se abalanzó sobre Edward. Aunque nadie lo notó, una de las muñecas sin cara se había roto, revelando un saco de hollín. La otra, al parecer, tenía reflejos, pues había logrado salvarse de la arrolladora fuerza.

   "¿Qué?"

   –¡Jaja! ¡Un adulto sin sentido del peligro! –Se carcajeó Maryrose. Curiosamente, su cara se mostraba muy seria. Ese era uno de sus grandes sueños; no verse obligada a utilizarla para expresarse. –. ¡Este ya es dominio de los adultos! ¡Si yo causo una conmoción, es tu responsabilidad! ¿O no, Edward?

   Los niños gritaron:

   –¡Que alguien la pare! – Pero era imposible. Si no eran portadores de estrellas, no podían pasar. De hecho, se suponía que Ed o Edward "abogaría" por Gilbert, explicando que tuvo que romper esa regla al entregarlas.

   –Guh.. – Gimió adolorido el mayor, presa de una mano gigante.

   –No hay forma de que me haya olvidado de Ed! – Rugió la atacante –. ¡Tomar el control y vivir dentro de su cuerpo! ¡Realmente no piensas en nada de eso!

   –Provocar la perturbación fantasma, ir en contra de un adulto, destrozar el salón de la Gloria... No tienes fe en el bisabuelo, y eso es INACEPTABLE –. Tétricamente, el rostro del apresado fue engullido por una sombra –. ¿No fue suficiente la acumulación de café?

   Una detrás de otra, Maryrose y Rosemary cayeron tapándose los oídos y gritando. El adulto se abrió paso.

   –¿Es.. el poder de hollín de Edward? – Preguntó la sombra.

   –El poder de Edward tiene la capacidad de hacer vibrar el aire y manipular el sonido con hollín. El hollín que ha entrado en sus oídos... Realmente no es en un sonido agradable. ¿No creen? Ah, mis disculpas, no pueden oírme.

   "¿Por qué?"

   Esta es la diferencia entre nuestros poderes –. Dijo mirando cómo el fantasma se desintegraba,  nuevamente en un montón de asustadizos kobiritsukis –. Cuando te conviertes en adulto, tu poder de hollín se vuelve más fuerte de lo que era. ¿Es nuestro mundo como lo anhelaban?

   La tormenta sonora, al cesar un poco, permitió a Maryrose escuchar.

   –¡¿Ha?! ¡¿El mundo adulto que anhelábamos?! ¡No le tengo envidia!

   La pareja se levantó, débilmente y temblando. Edward adivinó lo que iban a hacer, pero dudó en llamar a las muñecas. Después de todo, era una locura.

   "Quiero gritar. ¡No lo hagan!"

   –¡¿Cuál es el valor de algo ganado al sacrificar lo que más amas?!

   Ya no tuvo dudas. Pero no gastaría los sacos en una orden inútil.

   Maryrose y Rosemary saltaron. Se veían felices, y para nada preocupadas por el abismo sobre el que caían.

   "No. No no no no. Debo... Debo buscarlas. Sí. Seguramente sobrevivirán."

   La muñeca con velo abandonó la habitación, casi corriendo. Podía escuchar voces endilgarle la culpa al adulto. Aún no sabía bien por qué hacía eso...

   Pero recordaba a las fugitivas. Recordaba a sus viejas amigas.

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   Palabras utilizadas, (sin contar N/A): 1006.

   ¡Bienvenidos, bienvenidas y bienvenides a mi más larga historia! Hasta ahora. Puede que los diálogos no sean muy parecidos a la traducción del manga, pero me cansaba de escribir.

~Hora de despertar, vieja amiga~ - Two shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora