Es lunes por la tarde y he obligado a mi cerebro a saturarse de trabajo para no pensar en lo que ocurrió el fin de semana, todo ha sido tan confuso respecto a Nicholas y simplemente he decidido actuar como si eso jamas hubiera pasado pese a lo bien que me hizo sentir. Esta mañana me he levantado temprano y me arregle lo mejor que pude para la entrevista, todo pareció ir bien o al menos eso creo, mi madre solía decir que la esperanza es lo último que muere solo espero no morir junto a ella. Quedaron de hablarme en la semana y no veo la hora de irme de aquí.
Dan dos golpes a la puerta y para cuando quiero responder ya tengo a Andre frente a mi.
— ¿Que haces aquí?— pregunto con cierto reproche.
— Siento que me porte como un idiota y quería disculparme.
Encarnó una ceja.
— ¿Ah si?
— Si— dice con tono seductor y lo veo atravesar la habitación emanando sensualidad, gira la silla en la que estoy sentada y se inclina sobre mi— ¿Alguna vez te han follado contra tu escritorio?
Trago grueso, nueva fantasía desbloqueada.
Me limito a encogerme de hombros.— Tomare eso cómo un no— tira de mi brazo obligándome a ponerme de pie. Como si mis piernas cobraran vida propia me subo al escritorio abriéndome de piernas para él— Siempre disponible para mi— susurra.
Le dedico una mirada coqueta y esboza una sonrisa lascivia.
Va directo a mi boca hundiendo su lengua en mi con vehemencia, baja a mi cuello repartiendo besos húmedos y de un tirón me saca ambos pechos, su lengua juguetea con ellos y echo la cabeza hacia atrás en busca de aire.
El teléfono suena avisándome que Andrea me necesita, alargo la mano y contesto mientras Andre sigue entretenido con mis pechos.
— Dime— trató de soñar tranquila pero la realidad es que quiero gemir como posesa.
Una de las manos de Andre baja por mis muslos para afrentarse a mi entrepierna mientras que la otra estruja un pezon, me muerdo el labio para no gritar.
— Señorita Monroe, solicito permiso para que él señor Monroe pueda pasar.
Mierda, mierda, aparto a Andre rápidamente acomodándome el traje de falda, él me mira con el cejo fruncido.
— Dame cinco minutos y hazlo pasar.
—De acuerdo.
Cuelgo.
— ¿Qué pasa?
— Derek está afuera, actúa normal— digo encaminándome a la puerta.
La puerta se abre de golpe dándole paso al causante de mis desgracias.
—¡Andre que milagro tenerte por acá!— saluda sonriente.
— Solo pasaba a saludar— se dan un abrazo y procuro no poner los ojos en blanco— tenía tres años sin ver a Caroline y aproveché para venir a saludarla.
Eso no se lo cree ni él.
—¿Seguro?— inquiere Derek achinando los ojos.
Andre suelta una carcajada nerviosa y rebusca algo en el bolsillo de su americana.
— También vine a entregarte esto—le entrega una invitación blanca con detalles dorados.
Derek abre exageradamente los ojos y una sonrisa se dibuja en su rostro, desde mi posición no alcanzo a ver lo que dice en el papel e intento echar un vistazo disimuladamente pero es en vano.
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Todos los caminos conducen a Caroline.
RomanceSoy Caroline Monroe, una chica de Virginia que tiene ganas de comerse el mundo, independiente, profesional y una adicta a las compras. Siempre obtengo lo que quiero pero mis planes se ven frustrados con la llegada del nuevo socio mayoritario, Nichol...