°|CAPITULO 3 - VIDA NORMAL|°

105 13 0
                                    

El frío de la noche pega en mi espalda que aún está adolorida. Sin darme cuenta había caído dormido y justo cuando abrí los ojos el ya no estaba.

Suspiro un momento y volteo hacia la ventana a un lado de la cama, por primera vez me dan ganas de asomarme y ver qué hay más allá, que es lo que está detrás de esta pared de concreto que me impide el salir.

—¿Por qué te fuiste?

Pienso en voz alta y sonrió, aunque se haya ido me siento feliz, me sentí amado después de mucho tiempo, me sentí tan querido y la felicidad incrementa justo cuando miro al buró a un lado de la cama, hay una caja roja y unas rosas azules justo ahí junto a un pedazo de papel amarillo totalmente arrugado.

"No sabes cuánto te extrañe, te amo más que nada en el mundo, Norman"

Aprieto la nota con mi mano y abraza mis piernas mientras rio como un niño emocionado de recibir su regalo después de haberse portado bien, me siento muy feliz, muy amado y muy contento, muy esperanzado de poder recordar poco a poco más cosas y todo gracias a ese chico.

Mi mirada se desvía a los regalos, vuelvo a sonreír ya que esos colores tan llamativos cambian el entorno aburrido y seco de todos los días del cuarto blanco. Las rosas combinan con la puerta y eso me hace recordar nuevamente la ventana. Ver ese marco azul me da ganas de levantarme, tomarla y ver qué hay afuera, ver qué me espera, porque es obvio que no me quedaré aquí por siempre, en algún momento saldré y solo con el.

¿Ray?

Antes de levantarme de la cama, la puerta suena, siempre tocan dos veces antes de entrar y emocionado, me levanto y abro la puerta antes de que quien esté afuera la abra.

—¿Anna?

La miro y ella se ve extrañada, se ve algo confundida, no sé si es por qué ve los regalos del buró o por qué está es la primera vez que me acerco tanto a la puerta desde que estoy aquí, miro al pasillo completamente vacío, solo suspiro y vuelvo a la cama sentándome a un lado de las rosas.

—¿No son bonitas?

—¿Las trajo Emma?—  yo solo niego —¿Es de alguien...? Oh, perdona mis modales, primero debería de preguntarte cómo estás este día, ¿Estás listo para desayunar?

Solo miro como la pequeña mesa con ruedas que ella trae consigo cada mañana se acerca hasta mi, no quiero ni ver qué hay debajo de la bandeja.

Se que estos tres meses han sido algo molestos, siempre con esa rigurosa dieta sin sabor ni color— sus manos se acercan a la bandeja, se ve más emocionada que yo —Asi que hable con varias personas y conseguí cambiar tu dieta por comida más... Especial para ti.

La bandeja es alzada y puedo ver en el plato una rica chuleta de cerdo junto a arroz y varias verduras con una salsa que le queda muy bien, también hay varios dulces, un agua de sabor para acompañar y una sopa de verduras con pedazos de carne en forma de flores en ella.

—No me gusta verte con una cara larga, por eso trate de hacer un desayuno que te agradará— mis ojos brillan al ver toda esa comida junta, las verduras desaparecieron en su mayoría y ahora puedo comer algo con sabor al igual que con un poco de azúcar —Y por si preguntas, si, fui yo quien lo cocino especialmente para ti.

—Anna... ¡Mil gracias!— por primera vez la abrazo despues de mucho tiempo, aún no tengo recuerdos de ella, la olvide por completo y se que es duro para ella también, por eso quiero esforzarme en conocerla nuevamente, si no puedo recordarla, al menos quiero hacer nuevas memorias a su lado —Te prometo que me comeré hasta el último bocado.

Ella sonrie y una lágrima sale de su ojo izquierdo mientras me ve comer, puedo sentir sus ojos encima mío y después vuelve a ver al buró viendo los regalos.

¿Emma trajo las flores?— mi boca está llena por la comida así que no puedo responderle —¿O alguien más te visito?

Su tono de voz cambia, es como si hubiera hecho algo malo, como si alguien además de ella y Emma no pudiesen poner un pie en este cuarto.

No sé que responder, solo trago la comida y dejo el plato en la mesa mirando directo a la puerta.

—¿Es malo... Si alguien además de ustedes entran aquí?

Anna solo suspira y toma mi hombro, tengo miedo de lo que dirá ahora, no quiero que esta sea la última vez que lo vea.

—No es malo— ella se la venta y va hasta la puerta, se asoma por el pasillo y cuando no ve a nadie cierra la puerta con seguro —Tu sabes que Emma solo busca cuidarte— Yo asiento ante esa pregunta —Y sabes que no importa que, puedes confiar en mi— vuelvo a asentir, pero ahora me siento más asustado y confundido —Y yo se que puedo confiar en ti.

—¿Que es lo que tratas de decir?

—Norman, lo que stoy apunto de contarte debe quedar ente nosotros, ni Emma ni nadie más debe de saber que lo sabes, ¿De acuerdo? Se que puedo confiar en ti— ella estira su meñique frente a mi, no se que hacer pero un pequeño recuerdo pasa por mi cabeza, soy yo con ella de pequeños haciendo la misma acción, esto es algo importante para ambos, algo que no se puede romper.

Confia en mi.

Mi meñique se junta con el de ella y después damos un beso en nuestras manos mientras siguen unidas.

La razón por la que sigues aquí, apesar de ya haberte recuperado desde hace un tiempo... Es por qué eres un testigo clave para una investigación de un cartel de drogas— No entiendo —Por alguna razón te viste involucrado en todo el tiroteo, una bala pego en tu cabeza pero alguien te salvó, no moriste pero después de eso te apuñalaron cerca del corazón. Pasaron unas cosas más, hay detalles que no te puedo revelar de golpe ya que el shock sería muy grande, pero no creo que sea justo que tengas que seguir aquí sin saber la verdad.

Por eso el menciono que había sido un caos pasar por toda la multitud, que había policías, que era como si hubiera una celebridad.

—Entonces hasta que recuerde que ocurrió.

Pero no era una celebridad, si no un testigo.

No podrás salir hasta testificar y solo después de eso, posiblemente puedas volver a tener tu vida normal.

SOLO CONTIGO | TPN • NORRAY• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora