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Victor se encontraba en los pasillos cuando notó a lo lejos a Mayo, con una tierna sonrisa se dirigió hacía él.

-Ya déjame en paz, no es gracioso- el castaño se alteró al escuchar estás palabras, ¿Su Mayito ya lo había descubierto?, ¿Sabía que era Hacker?.

No sabía si el peli morado era conciente de su presencia así que se escondió tras la puerta de su casillero, divisó como Mayo se cruzaba de brazos y soltaba un largo suspiró.

-Thomas, agotas mi paciencia-.

-¿Enserio?, Pero lindo, solo te estoy pidiendo entrar al cuarto de limpieza, no planeó hacer nada raro...¿Si?-.

-¿Nada raro?, Entonces házlo aquí- el de cabellera morada miraba con molestia al más alto, esté repentinamente lo tomó de la muñeca.

-Vamos, no te cuesta nada-.

-Dije que no, suéltame- ordenó, para luego intentar soltarse.

-No, primero entra al cuarto-.

-¡NO QUIERO!, déjame-.

El castaño observó como Mayo estaba siendo arrastrado hacía el cuarto de limpieza, ¿Debía intervenir?, Mayo lo odiaba, su presencia lo podía irritar más, pero, el de cabellera morada parecía estar en peligro.
Tomó aire y con pasó firme se dirigió hacía los dos chicos, ambos notaron su presencia de inmediato. Victor empujó al chico de cabellera negra, haciéndolo perder el equilibrio y caer contra el suelo.

-Te dijo que no-.

Se encontraba preocupado y enojado, no iba desquitar su ira con su otro compañero, no era lo adecuado, pero si pudiera no dudaría en hacerlo.

-¿Estás bien?- de devolvió a mirar al más bajó, este solo asintió.

¿Aquí todo se termina?, ¿No tengo que llevarme a Mayo lejos de Thomas?, Al parecer el pelinegro no se va defender, sería lo adecuado.
Ofreció su mano a Mayo, este lo miró curioso, con delicadeza pasó las yemas de sus dedos por la muñeca roja del más bajó, apretó suavemente la mano del pelimorado, para entonces llevarlo consigo.

Mientras se dirigía a quién sabe dónde pudo notar pequeñas cosas que le gustaron de Mayo; sus manos eran suaves, aunque mantuviera su distancia un exquisito aroma provenía del más bajó y también pudo notar que los ojos de Mayo no eran azules como el siempre creyó, eran grises.
Se detuvo en la puerta de su salón, ambos mantuvieron el silencio durante unos segundos.

-Eh...bueno...-.

-Gracias- Mayo miró fijamente al de cabellera castaña -Gracias por ayudarme-.

Con delicadeza se soltó de la mano de Víctor, este estaba encantado, la voz de Mayo era tan hermosa.

-Que lindo- se escapó de sus labios -Y-yo, no quise decir que eres lindo...osea, eres lindo, muy lindo, lo siento, no se que estoy diciendo-.

-Bueno, gracias, no das tanto asco- tras decir eso una sonrisa surgió de su lindo rostro, hipnotizando al castaño.

¡Por Dios!, Mayo no lo estaba insultando, definitivamente, hoy era el mejor día de todos.




🏳️‍🌈: Me da miedo actualizar obras que no son libertad o dulce aroma a miel porque no tienen tanto apoyo 😿

INCÓGNITO © MayictorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora