Capitulo 7

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Desde el punto de vista del chico.

"Cuando veo a esa hermosa chica acercarse a mí me desasgo de las que me rodean y comienzo a acercarme a ella igualmente, actuó coqueto mientras voy caminando y acercándome más a ella".

Cuando la vi bajar de ese Porsche 911 rojo que hace juego con su vestuario de "Reina Roja" no pude apartar mi mirada deseosa de ella.

Cada movimiento de ella reflejaba elegancia e hipnotismo, ella tenía la belleza de derrocar imperios y reinados. Cuando ella termina de bajar y colocarse un antifaz rojo que le añade misterio sentí mi cuerpo encenderse. Me olvidé por completo de que tenía chicas a mi lado y la seguí con la mirada en cada movimiento que hacía, como sonreía, como miraba, como evaluaba el mundo, parecía una diosa evaluando a los mundanos.

Cuando su mirada cayó en mí sentí que mi corazón se saltó unos latidos. Ella tiene un cabello rojo intenso natural, unos ojos grises como la tormenta en el cual podías observar toques de pureza en ellos, tenía una piel blanca lechosa sin ninguna imperfección, sus rasgos son delicados con toques coquetos y puros. Tiene unos labios ahora rojo intenso los cuales te incitan a querer devorarlos para descubrir su sabor, un cuerpo curvilíneo y abultado, es perfecta.

Solo ver su cuerpo te hace querer arrancarle la ropa para descubrir los atributos que esconden esas ropas sin importar el lugar, pero su hermosa cara te hace querer protegerla y que nadie la dañé, como dije anteriormente, es una belleza que puede derrocar imperios y reinados.

Llegamos a medio camino, yo la observé detenidamente con miedo a perderme algo de ella, quede embobado y perdido por un momento hasta que me recupere y carraspee. Comenzamos una conversación trivial hasta que... comenzó a manosearme y me puse caliente, toco cada parte de mi cuerpo y cuando... cuando estaba bajando por mi abdomen a punto de llegar a mi entrepierna... de repente le comenzó a hablar al aire, a la nada.

La miré extrañado y le dije que con quien hablaba. Me miro con ojos furiosos, o eso creí haber visto, pues luego cambio a una mirada coqueta y me susurro al oído — ¿Quieres ir a un sitio más privado? — yo obviamente le dije que sí, ¿Como podía rechazar a tremenda mujer?

Aunque hubiese preferido hacerlo.

Bethia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora