01.

2.3K 272 63
                                    

El día en que Yeonjun conoció a Beomgyu, el menor no lo había mirando, ni escuchado, ni siquiera un segundo, por más que el mayor lo había saludado con suavidad, Beomgyu no se encontraba conectado al mundo ese día.

— Oh, él es mi hermano, del medio— había dicho Soobin, él tenía otro hermano además de Beomgyu, Taehyun, pero no se encontraba en la casa en ese momento—. Tiene autismo, no te va a hacer caso.

Ese día, Yeonjun tenía dieciséis años, y Beomgyu tenía catorce, su estado aún estaba en un autismo severo, estaba en su mundo la mayoría del tiempo, y la única persona que reconocía completamente era a su padre, y otras veces a Soobin y a Taehyun, aunque también los ignoraba de vez en cuando.

Algo que Soobin le explicó después es que Beomgyu era adoptado, tenía el apellido de otra familia y había sido abandonado una y otra vez, primero por sus padres biológicos y después por sus otros hogares, nadie sabía cómo tratarlo y Beomgyu cada vez se había vuelto más cerrado en sí mismo, cada vez confiaba menos en las personas y cada vez su autismo empeoraba un poco más.

Con el paso del tiempo, y con las visitas a la casa de su mejor amigo, Yeonjun comenzó a observar a Beomgyu con mayor y mayor curiosidad.

Debía de admitir que el menor era muy tierno.

Tenía el cabello castaño oscuro, y lo llevaba bastante largo, era difícil cortarlo porque no le gustaba, así que solo esperaban a que él no lo aguantara y dijera que lo quería distinto.

Le gustaban las estrellas, tenía pósters de constelaciones por todo su dormitorio, junto con libros de astronomía.

También le gustaban las cosas con brillos, porque para él parecían estrellas también.

Su color favorito era el azul y solía coleccionar cosas de ese color, y su programa favorito era "El Universo" que pasaban en un canal de ciencias, también le gustaban algunas películas de ciencia ficción pero que no tuvieran mucha violencia, Beomgyu odiaba la violencia.

Casi nunca hablaba, incluso cuando parecía hablar solo, no hacía ni un ruido, era prácticamente mudo.

Yeonjun había conocido a Beomgyu en muchos aspectos, sin que Soobin le dijera nada, y sin que Beomgyu lo hubiera notado a su lado siquiera una vez.

Soobin no era de pasar mucho tiempo con Beomgyu, no lo odiaba, no le caía mal, no era malo con él, es sólo que nunca había logrado conectar con el menor del todo, así que intentaba pasar poco tiempo, y enfocarse en otras cosas, solía evitarlo también, principalmente en los momentos dónde sentía no tener paciencia para nadie o cuando se molestaba.

Y fue un día donde Soobin estaba especialmente molesto, porque su celular nuevo había desaparecido, Yeonjun estaba con él y negaba haberlo escondido en forma de broma, ese fue el día en que Beomgyu conoció a Yeonjun finalmente.

Fue cerca de dos años después de que Yeonjun conociera a Beomgyu, el mayor tenía dieciocho y el menor dieciséis.

Mientras el moreno buscaba por toda la casa con cara de que iba a matar a alguien, a Yeonjun se le ocurrió la brillante respuesta a los diez minutos de empezar el drama por el celular perdido, y comenzó a buscar al menor por toda la casa, hasta encontrarlo, en su cuarto, con el celular de Soobin entre sus manos.

Vió con una sonrisa como jugaba con la funda de esta, era de color azul claro, tenía agua y brillos flotando en esta, Soobin era un idiota si creía que Beomgyu no se quedaría con la funda y el celular incluído.

Con algo de nervios, se agachó frente a él, para hablarle por primera vez.

— Beomgyu, eso no es tuyo— los deditos del menor se detuvieron, supo que lo había escuchado, estiró sus manos hacia él teléfono y lo tomó con suavidad, sin hacer fuerza, sólo apoyando sus dedos sobre este, no sabía cómo reaccionaria el pequeño al contacto físico —. ¿Me lo das? Soobin lo está buscando.

Beomgyu comprendió y dejó que tomara el teléfono, pero después se dió cuenta que lo quería y que no podía dejarlo, se estaba entreteniendo demasiado, un sonido quejoso como un pequeño llanto escapó de él al frustrarse, sin poder dejarlo ni quedárselo.

— Muy bien, Beom, muy bien — dijo el mayor, y con un leve tirón se llevó el móvil, una vez que ya no estuvo en sus manos. Beomgyu se sintió mejor y en un reflejo alzó la vista hacia él.

Por primera vez en su vida, Yeonjun y Beomgyu se miraron a los ojos, los ojitos del menor eran marrón chocolate, los del mayor eran negros.

Yeonjun vio a Beomgyu sonreír, sus ojitos se hicieron dos líneas y sus manos se agitaron de felicidad.

El mayor no pudo evitar sonreir con él, totalmente encantado de esa primera vez que Beomgyu conectaba con él.

Beomgyu sintió su rostro más caliente al verlo hacer aquel gesto, no sabía por qué, era esa sonrisa con encías y esos ojitos que le provocaron emociones que le gustaron, llevó sus manos hacia sus mejillas con fuerza para apagar ese calor, al golpearse sintió dolor pero estaba acostumbrado a regularse con eso, así que se sintió más aliviado, pero quién no entendió aquello fue Yeonjun, que su sonrisa se borró.

— Beomgyu, no te golpees así... — llevó sus manos a las del menor, acariciandolas suavemente, los ojitos de Beomgyu lo volvieron a mirar pero se sintió extraño, como si lo mirara con miedo, así que se separó de él, llevándose el celular de su amigo, al voltear de nuevo hacia él antes de salir del cuarto, Beomgyu ya había vuelto a su mundo.

Fue hasta el cuarto de Soobin, donde él seguía molesto y no le hablaba a nadie mientras miraba el suelo cruzado de brazos.

— Toma— dijo Yeonjun extendiendo el celular hacia él.

— Si lo tenías tú, idiota, te odio, ¿Todo el puto día-?

— Lo tenía Beomgyu, no me jodas, ¿no se te ocurrió que tú funda le iba a gustar demasiado y se lo llevaría?

— ¿Qué tiene mí funda? — Soobin la miró, viendo el líquido y los brillos algo desacomodado aún por el resiente toqueteo.

— Es azul, a Beomgyu le gusta mucho el azul, tiene brillos y a él le gustan las estrellas, y además se puede quedar horas jugando con el agua que tiene, estaba haciendo eso cuando lo encontré.

Namjoon se quedó mirándolo un momento, y se preguntó de dónde sabía tanto de su hermano, muchas veces Beomgyu era un misterio para los demás y no podrían comprenderlo por más que intentaran, estaba algo sorprendido.

— Bueno, tienes razón— le dijo, finalmente, miró la carcasa y suspiró—. Toma— la quitó rápidamente—. Dásela a Beom.

— ¿Yo?

— Sí, tú— dijo Soobin, se ve que seguía estando enojado, Yeonjun rodó los ojos con fastidio, tomó la funda y fue por segunda vez al cuarto del menor.

Beomgyu seguía allí, ordenando sus cositas de color azul en la estantería, tenía muchísimas cosas diferentes, le gustaban las cosas pequeñas porque podía juntar muchas, tenía desde tapas de botellas, dinosaurios de juguetes, accesorios como anillos y aros, útiles escolares y un par de flores azules también, pero solía tirarlas a la basura cuando se marchitaban y cambiaban a color marrón.

— Beomgyu.

El menor no reaccionó a su voz, así que Yeonjun se acercó a él de todas formas, colocándose a un lado y mostrándole la funda de celular que tanto le había gustado, poniéndola a la altura de sus ojos, haciendo que Beomgyu lo viera enseguida.

Lo vio sonreír de nuevo y tomó la funda entre sus manos, y por un momento se quedó allí, esperando que lo mirara, pero no lo hizo.

Sonrió con algo de pena, en verdad le encantaría conectar con él, pero no era muy fácil.

— De nada, Beom— dijo Yeonjun, al retirarse.

— Gra-cias.

En verdad no esperaba que hubiera una contestación, y tuvo que detenerse un segundo para mirarlo sin creer que había escuchado su voz después de tanto tiempo de sólo silencio.

Con una sonrisa, conforme, demasiado feliz por algo que no debía de ser para tanto, se fue a su casa sintiendo como si hubiera ganado un premio.

sarang ★ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora