Macabra muerte para un charlatán

58 5 0
                                    

Durante mucho tiempo el hombre ha tratado de encontrar pruebas de que existe algo más allá de nuestras vidas. Muchos han fallecido en el intento, otros se dedicaron a la charlatanería. Ése fue el caso de Fabián Morales Cruz, nacido el 13 de febrero bajo el signo de Acuario. A los 20 años se dió cuenta de que la gente le temía a los poderes sobrenaturales y que a muchos les gustaba consultar las cartas y los astros para predecir su futuro. Fabián creyó que era la manera más fácil de sacarle dinero a los incautos y así se hizo pasar por eminencia en cualquier asunto sobrenatural. Puso una pequeña tienda de esoterismo y ahí se dedicó a embaucar a cualquier incauto, sacándole el mayor provecho posible. En su avaricia aquel hombre se volvió tan insensible al dolor ajeno, que muchas veces causó tragedias y hasta la muerte de algunos clientes.
Una vez le invento a una mujer embarazada que su hijo era el engendro del demonio. Hizo todo un espectáculo con luces de colores imitando las visiones del infierno. La desdichada se horrorizó tanto que al otro día perdió a la criatura de la angustia que vivió. Fabián no creía en Dios, ni en el Diablo. Era sínico y se burlaba de todo el que tuviera una religión.
Hasta que la noche de brujas, se enfrentó al más allá... Ese día se quedó hasta las doce de la noche en su tienda, ya que tuvo muchos clientes. Como de costumbre, inventó cosas horrendas, inspirado en la celebración de los muertos. Cuando el reloj del local dió las doce campanadas, Fabián empezó a alistarse para salir, entonces escuchó unos estremecedores quejidos. Primero se asustó pero luego rió sarcástico y fue hacia la grabadora que tenía escondida en un armario, estaba encendida y la apagó. Minutos después se fue la luz y a ciegas empezó a buscar una vela. Cuál fue su sorpresa cuando las cuatro veladoras negras que estaban alrededor de la mesa se encendieron solas, entonces las cartas del Tarót se movían enloquecidas y todas eran la carta de la Muerte.
El embustero se acercó a ellas sin poder creer lo que estaba presenciando. La pluma que estaba en la mesa se levantó y velozmente se depositó sobre un papel. Fabián la miró incrédulo mientras ésta escribía una frase en varios idiomas. Los primeros no los entendió, pero cuando las palabras comenzaron a formarse en castellano, un frío sudor escurrió por su frente y comenzó a temblar de horror.
"Por tu maldad vas a pagar" -decía la frase- "Y el Infierno te va a mostrar sus entrañas".
Cuando la pluma dejó de escribir, la habitación empezó a empequeñecerse más y más. Fabián trató de escapar, corrió hacía la salida agarrándose de las paredes para no caerse. Entonces sintió algo palpitante bajo sus manos y al ver en lo que se estaba recargando gritó aterrado. Todo era vísceras y sangre. Su tienda se había convertido en un enorme estómago que se apretaba sobre su cabeza. Antes de ser aplastado, el charlatán lloró pidiendo perdón, pero era demasiado tarde, lo succionaron con fuerza descomunal. Al amanecer, la tienda ardió en llamas y nadie pudo explicárse cómo sucedió el incendio en plena lluvia. Algunos cuentan que cada año, en la noche de brujas se ve el fantasma de Fabián y ahora su alma vagará condenada al sufrimiento por la eternidad.

HISTORIAS DE HORROR IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora