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Tokio era una ciudad tranquila, mayormente abochornada por el bullicio de sus habitantes en el centro y callada en las afueras, con tantos habitantes y su abrupto crecimiento, solo era cuestión de tiempo para que algo pasara

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Tokio era una ciudad tranquila, mayormente abochornada por el bullicio de sus habitantes en el centro y callada en las afueras, con tantos habitantes y su abrupto crecimiento, solo era cuestión de tiempo para que algo pasara. La ciudad casi no dormía en la noche, los habitantes de la metrópolis aprovechaban con el alcohol y las drogas en el fondo de la ciudad. Poco a poco cuando la ciudad comenzó a creer también lo hicieron estos negocios. Muchas cosas podían pasar desapercibidas con un buen gajo de billetes y todos los sabían.

Entonces un día simplemente pasó, en la zona de Kanto un descubrimiento ha saltado, nadie lo es para y pocos tuvieron el estómago para saber de qué se trataba. Pero las noticias no tardaron en propagar lo que los mirones y m policía no. Un cadáver se había encontrado en uno de los muelles de la ciudad, con señas características, muestras de un asesinato muy metódico, ni una sola señal de falla.

Cortés precisos, muestras de tortura y un tiro de gracia en la cabeza, resultando entre su piel grabado con un cuchillo alguna especie de ecuación en la piel del estómago. Desagradable por qué le faltaba el corazón, el cual había sido completamente extirpado. Fue poco en realidad después de haber se revelado aquel metódico asesinato, apenas una semana después aprecio otro más. Mismo método pero con otra extraña secuencia de números clavados es su espalda, poco a poco la zona de Kanto se vio bañada en múltiples asesinatos, algo que jamás se había visto. Cada semana, sin falta aparecía un nuevo cuerpo, todos de una edad de entre los quince y los treinta.

Entonces la policía extremo medidas y declaró que después de las nueve ningún habitante en la zona de Kanto debería salir, ya que se estimaba que la mayoría de las personas víctimas del asesino parecían haber muero apneas unas horas antes, por lo que podían identificar que casi en el mismo momento del secuestro pasando la tortura y el retiro del corazón, los cadáveres eran desechados.

Lo que la policía no es paraba era que poco después de extremar medidas al menos por dos semanas todo fuera calma... Hasta.

En la zona de Shibuya todo se había ido por la borda, pues un día que una mujer camina muy tranquilamente de regreso a casa, distinguió a una peculiar persona sentada cerca de un basurero, se veía tan mal que quiso ayudar pero cuando se acercó noto que a esta le faltaba la mitad del rostro, horrible a sus propias palabras soltó el grito más fuerte de toda su vida y llamó a la policía.

Lo cuales horrorizados por ver la crueldad con la que la víctima fue asesinada, dieron parte a que se trataba de nuevo del maniático de Kanto, pero al abrir el abrigo que el cuerpo llevaba no había nada. Literalmente hablando, solo eran huesos y no más, al tipo le faltaban todos los órganos y mucha de su carne había sido arrancada de los huesos. Ahí fue cuando se dieron cuenta que no podía tratarse del mismo asesino. Perdidos en el miedo dieron informe a los medios locales.

Sin embargo cuando el cuerpo fue a los estudios correspondientes se denominó que aquella mordida que tenía en el cuello fue la causante de su muerte, pues esta había sido la que me había arrancado la carne hasta de sangrar lo, entonces en ese momento los medios hicieron un revuelo, pues el cuerpo presentaba señas de “Canibalismo”. Todos los que lo escucharon sintieron el estomago revuelto, también fueron presas del pánico, pues se declaró “En Shibuya hay un caníbal”, tonto porque si era un método de alimentarse este no estaría de caceria  tan seguido como los asesinos comunes.

ONE BULLET, ONE BITE (HANKISA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora