𝐿𝒶 𝐵𝑜𝒹𝒶

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Todo había resultado bien para la madre del joven Alfa, ella había organizado la boda de su hijo menor. Con ayuda de una excelente organizadora y gente experta en el tema, era la boda de su hijo y tenía que lucirse.
Ella era la más entusiasmada entre todos, su esposo también lo estaba, pero era más del tipo de persona que solo observaba las cosas desde un lugar no muy lejano.
Las invitaciones ya estaban repartidas hace una semana, la prensa ya estaba informada hace unos días, y los amigos más a llegados a la familia también habían sido invitados.

Mew estaba algo estresado con eso, y no era para menos. Ahora mismo le pesaba el hecho de tener que ponerse un traje echo a media exacta, de color negro con una camisa blanca, un moño negro y un peinado bien arreglado. Estaba listo para su boda.
Lo que, estresada al joven Alfa, era tener que estar con buena cara todo el tiempo para que nadie sospeche nada, y tener que soportar las habladurías de las demás personas.

¿Cómo un Alfa tan respetado cómo es el joven Mew Suppasit, se puede casar con un Omega sin beneficio?

Esas era una de las muchas habladurías que había al rededor, y él tenía que fingir que no las escuchaba y sonreír con amargura para no explotar y botar a todos.

No ahora al menos, ya que sus padres estaban siendo visitados por gente muy importante. Y, sobre todo, en pocos días tenía que haber negocios con esos empresarios.

Por otra parte, Gulf estaba siendo arreglado los últimos toques. Él vestía un traje blanco echo a medida también, con un mocho negro y camina del mismo color que su saco blanco. Estaba nervioso, y no precisamente por felicidad, sino todo lo contrario, mentiría frente a un altar, frente a muchas personas, más que nada, frente a la familia del Alfa que lo había contratado por unos tres meses.

Ahí frente al espejo, ya listo completamente. Se miró a sí mismo, lucía tan real todo ello.

Su traje de matrimonio, su pequeño ramo de flores reales, su cabello bien arreglado y su muy buena apariencia como un novio a punto de ir al altar.

Pero nada era real, todo era falso. Una mentira que ahora mismo llevaba a sus espaldas y era mucho peso en ella, tener que ver la cara de todas esas personas desconocidas y escuchar quizás las burlas que se harían hacía él.

Sabía muy bien que estaba mal todo eso, su conciencia le condenada a diario con el hecho de saberlo.
Pero, ahora mismo ese era su trabajo, fingir ser el Omega de un joven Alfa multimillonario y con la necesidad de conseguir el puesto de CEO, cosa que ya estaba más que asegurado después de la boda.

Hace dos días exactamente, la madre de Mew había ido a buscarlo para que le saquen las medidas para su traje. Incluso le preguntaron de qué color quería el suyo, pero tenía que hacer juego con el del Alfa.
Él al escuchar que el traje de Mew sería negro, sin pensarlo mucho, eligió el color blanco. Después de todo uno de sus sueños de niño, era casarse de blanco algún día. Pero ahora eso no sería cien por ciento real, pero al menos se daría el gusto de ir de blanco.

Miró su relajo de mano, no se lo había sacado, era un regalo de Mew y le gustaba usarlo. Sin darse cuenta, sonrió al tocarlo, al tocar ese objeto que era muy caro, pero para él, era muy significativo.

—Estoy a menos de una hora, o quizás menos que eso— se dijo así mismo, aun mirando la hora con una sonrisa boda— ¿Estará bien lo que hago? — dejo de tocar el reloj y miró su mano, ahí donde va el anillo de matrimonio. Ah~ no, claro que no... Pero necesito el dinero.

¿Estás hablando sólo?

Gulf dejo de ver su mano y alzó la mirada en dirección de dónde venía esa voz que ya cónica de memoria.

💖𝔘𝔫 ℭ𝔬𝔯𝔞𝔷𝔬𝔫 𝔇𝔬𝔪𝔦𝔫𝔞𝔫𝔱𝔢💖ⒶⒹⒶⓅⓉⒶⒸⒾⓄⓃ(𝑀𝑒𝓌𝒢𝓊𝓁𝒻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora