Cicatrices

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Lo primero en la mente de Yibo tan pronto como parpadeó y abrió los ojos es cómo tal vez se quedaron dormidos. Gruñó en un tirón, en silencio, para no despertar a la forma dormida a su lado, antes de girar la cabeza para mirar.

Xiao Zhan literalmente lo besó hasta el olvido.

Yibo estaba marinando en la idea de Xiao Zhan haciendo excepciones para él, invirtiendo en sentimientos, como dijo el hombre, cuando Xiao Zhan lo atrajo hacia abajó besarlo. Yibo pasó por un leve estallido de emociones. Después de eso, fue solo la sensación de las manos y los labios de Xiao Zhan sobre él.

No podía recordar cuándo se dieron la vuelta y cambiaron de posición, por lo que estaba debajo de Xiao Zhan, mirando a sus ojos oscuros cada vez que se separaban por poco aire. Ni siquiera estaba seguro de cuándo se detuvo el beso, o si realmente lo hizo, porque en el sueño de Yibo todavía estaba siendo besado tan suavemente por Xiao Zhan.

Inclinándose sobre sus codos para mirar mejor a Xiao Zhan, Yibo extendió la mano para trazar muy ligeramente las cejas del otro con un dedo. Sus entrañas todavía estaban hormigueando. Ese sentimiento nunca desapareció desde que Xiao Zhan, tan tentativamente, le dio flores. Yibo simplemente no podía, no podía, no podía esperar ese momento cuando se despierte así todas las mañanas con Xiao Zhan a su lado. Espera que no pase mucho tiempo, ya que Xiao Zhan ya reconoció tener sentimientos por él, fue una especie de gran salto a la felicidad. Nunca pensó que tendría una persona como Xiao Zhan en esta vida suya.

Yibo se sentó, dejando que las sábanas subieran por sus muslos mientras las tiraba contra su pecho, con los brazos apoyados en sus rodillas. Tocó las cicatrices en cada una de sus muñecas, luego la futura cicatriz debajo del vendaje en su mejilla. A pesar de tenerlos, Xiao Zhan todavía pensaba que era digno de tener sentimientos por él.

Xiao Zhan lo salvó de todas las maneras posibles, continuó haciéndolo todos los días, y Yibo no lo querría de otra manera.

~

Antes de volver a la sala de estar, Yibo se quitó el delantal y desenrolló las mangas de la camisa abotonada de Xiao Zhan de ayer que se volvió a poner para usar mientras preparaba el desayuno.

Los pelos en la parte posterior de su cuello todavía reaccionaban cada vez que recordaba cómo Xiao Zhan lo miraba tan posesivamente cuando usaba la prenda la noche anterior. Tenía poder sobre él, eso es lo que dijo Xiao Zhan. En cuanto a qué tipo de poder, Yibo no está seguro.

"Zhan-zhan ..." Yibo se arrastró sobre las sábanas dispuestas para arrodillarse junto a Xiao Zhan. "Xiao Laoshi ..."

"Hmm ..." Xiao Zhan se agitó un poco, acercándose a donde sintió el calor en su costado.

Sentado sobre sus talones, Yibo se inclinó para besar las cejas arrugadas de Xiao Zhan. "Xiao Zhan ... Despierta ..." Le dio un beso a su pómulo y luego a sus labios. "Zhan-zhan ..."

"Estoy despierto". Xiao Zhan susurró con voz ronca, atrapando la mano de Yibo que estaba frotando su torso.

"Preparé el desayuno".

Sin poder abrir los ojos todavía, Xiao Zhan se retorció y se inclinó hacia un lado, descansando en el regazo de Yibo, presionando su rostro lo más cerca posible del cuerpo de Yibo. Abrió los ojos, mirando a Yibo, luego a la camisa a cuadros.

Yibo sonrió. La cara de Xiao Zhan parecía un poco hinchada por el sueño, y su mejilla se aplastó sobre su regazo cuando Xiao Zhan extendió la mano para deshacer los botones de la camisa.

Tan pronto como el último botón se soltó, Xiao Zhan deslizó sus manos a través de la prenda separada, escondió su rostro contra el vientre de Yibo y cerró sus brazos alrededor de la cintura de Yibo.