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Gulf recibió el mensaje que tanto temía recibir:

reunión familiar en la casa del lago...

Guardó el celular sin responder. Y suspiró. Y mientras caminaba con desgano hacia su próxima clase, el campus de la univerdidad estaba casi vacío, le vinieron a la cabeza los comentarios, repetidos hasta el hartazgo, en la última reunión familiar:

"Tu padre sólo quiere el bien para ti. Por eso ha arreglado esta unión con una de las mejores familias del país..."

"Tu madre cree que sólo es cuestión de adquirir nuevos hábitos. Es sólo cuestión de acostumbrarse..."

A lo que la madre y el padre de Gulf querían que su hijo se acostumbrara era...a ser hétero...
El matrimonio ya estaba arreglado. Y le daría a su familia el status social por el que tanto habían trabajado. Y sobre todo, le daría a sus padres el alivio de ya no tener que explicar que su hijo no era gay, que aquellas fotos eran editadas, y que en realidad Gulf tenía más novias de las que podía admitir.
Gulf sabía que volvería a ser el centro de las conversaciones en esa próxima reunión familiar. Y también sabía que una joven y bella heredera se sentaría a su lado durante la elegante cena y le hablaría de carteras, zapatos, cirujías plásticas y sus últimas vacaciones en Ibiza.
Gulf no tenía nada en contra de Ibiza. A Gulf le interesaban otras cosas: el cambio climático y los médicos sin fronteras. Y mientras esa joven heredera se bronceaba en un yate frente a las doradas y caras costas de Ibiza, Gulf pasaba sus vacaciones  de voluntario apadrinando escuelas rurales.
Gulf volvió a suspirar. Levantó la mirada y todos sus turbulentos pensamientos quedaron congelados.
La boca se le secaba y los labios le ardían cada vez que lo veía.
Mew, un joven estudiante becado, estaba al costado de la calle, maldiciendo por lo bajo, a su vieja motocicleta, que otra vez parecía no querer arrancar.
Gulf volvió a suspirar arrebatado. Porque, además del cambio climático y lo demás, a Gulf le interesaba Mew.
Y Gulf sabía que era más sencillo revertir el cambio climático que lograr que aquel joven alto, atlético y con los labios más sexys del mundo, se fijara alguna vez en él.
Gulf cruzó la calle esa mañana, en dirección opuesta a donde estaba Mew, sin imaginar que estaba más cerca de cumplir su sueño de lo que él hubiese creído alguna vez...

HAGAMOS UN TRATO...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora