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Una mañana normal en verano: El sol brillaba, proyectando un brillo cálido y reconfortante que envuelve todo lo que hay debajo. El aire se sentía ligero y acogedor, llevando una suave brisa que susurra a través de los árboles.

Y en ese día tan alegre y tranquilo, se encontraban Changbin y Chaeryeong. Ambos estaban en la puerta de la aerolínea Korean Air. ¿El motivo para estar ahí? Chaeryeong se tomaría su vacación de verano e iría a Las Vegas para celebrar el aniversario de sus padres.

Los empleados del aeropuerto se estaban encargando de sacar el equipaje de la familia Lee. El padre, el señor Chung-hee, se aseguraba que el equipaje no sea ultrajado y que lo traten con cuidado. Por el otro lado, la madre, la señora Eun-ji, quería irse lo más rápido de Seúl para al fin poder descansar de varios días de un arduo trabajo. Y la hermana mayor de Chaeryeong, la joven Chaeyeon, se encontraba sentada aún en el carro de la familia leyendo un libro un poco interesante mientras llegaba la hora de entrar finalmente a la sala espera del vuelo.

La pareja de adolescentes estaban tomados de la mano desde que se habían llegado al lugar. Después de todo, no se verían dentro de dos meses y medio. Era la primera vez que se separarían por tanto tiempo y ya se estaban volviendo locos pensando en que harían sin su otra mitad.

—Creo que ya está todo listo— el señor Chung-hee anunciaba mientras se acercaba a su esposa. —Chaeryeong, ¿podrías decirle a tu hermana que salga del carro? Ya tendríamos que estar adentro—

—Está bien, pa— la pelinegra responde y se suelta de Changbin para ir donde estaba su hermana.

El pelinegro quedo solo con los padres de su novia y no se sentía una tensión tan fuerte, de hecho, ellos se llevaban bien con él. Siempre les había demostrado ser un buen chico para su hija y eso los tranquilizaba mucho.

—Entonces, vacaciones en Las Vegas— exclamó el joven, moviendo sus pies y con la mirada en el suelo.

—Así es. En ese lugar fue donde conocí a mi querida esposa— respondió el mayor dándole una dulce mirada a su mujer.

Changbin solo observaba el dulce momento de la pareja de casados, deseando que en algún futuro, él y su novia se vieran de esa forma. Luego de ese momento, el pelinegro dirigió su mirada a Chaeryeong, quien estaba acercándose con una gran sonrisa y en compañía de su hermana.

Él la estaba observando con ojos cariñosos, como si fuera la vista más hermosa que sus ojos hayan visto. Sus ojos la seguían en cada paso que daba, apreciando la forma en la que se comporta. Era obvio que ella ocupaba un gran espacio en el corazón de él, ya que no puede evitar admirarla con una adoración innegable.

El señor Lee observó esa suave sonrisa en la cara del joven Seo, como si hubiera encontrado un tesoro en su hija. En ese momento, el mayor pudo sentir la sinceridad y el profundo cuidado que el novio tenía por su preciosa niña.

—Tranquilo, Changbin. Ella no encontrará a nadie más durante dos meses, yo me aseguraré de eso. Además, tú eres su adoración...— confesó Chung-hee, rodeando su brazo en los hombros del chico mientras también observaba a su hija. —No cometas alguna locura de verano, te lo advierto—

De repente, el ambiente se sintió tenso. El señor Chung-hee nunca había hablado de esa manera con Changbin, o al menos nunca le había aconsejado ese tipo de cosas. Changbin lo único que pudo hacer en ese momento fue sonreír nerviosamente y asentar con su cabeza.

—Prometo no fallarle, señor— respondió él, con un poco de titubeo con manteniendo su palabra como siempre lo había hecho.

—¿De que hablan ustedes dos?— Al fin llegó e intervino la joven, dándole un beso a su novio, quien respondió al beso, y un abrazo a su padre.

𝐆𝐞𝐭𝐚𝐰𝐚𝐲 𝐂𝐚𝐫 - ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora