Un día más empezaba. El sol salió. Se sentía una vibra agradable en este día, como si algo bueno iba a pasar. Felix, ya despierto, seguía envuelto entre las sábanas de seda fina de su cama, hasta que sintió pequeños rayos de sol golpeando bruscamente su rostro. Entonces, decidió levantarse de su cama para empezar otro viernes más.—Necesito un café— susurró para si mismo.
Buscó un abrigo dentro de su armario, se lo puso y bajó a la cocina, que para su suerte, estaba vacía, así evitaría el regaño de alguno de sus familiares al verlo tomar café a su edad, ya que según ellos "él era un ser de energía que no necesitaba el café y que era algo dañino para él." Al rubio ni siquiera le importaba, solo le gustaba el sabor de la cafeína junto con una mañana así de callada y tranquila.
Felix preparo su café y se sentó en la gran mesa, solo... Hasta que escuchó ese molestoso canto mañanero que su hermano hace cada que amanece en casa, que son muy pocas las ocasiones desde que entró a la universidad. Además, la noche anterior iba a estar en una fiesta, ¿por qué está en casa tan temprano? ¿acaso no fue a la fiesta?
—¡Buenos días, Lix!— saludó casi gritando y le dió un gran abrazo al rubio.
—Pensé que seguías dormido en la cama de alguna linda chica— dijo mientras intentaba soltarse de su hermano.
—Eres un odioso— respondió, soltó a su hermano y se sentó a lado de él. —Para tu información, llegué temprano a casa y dormí muy a gusto en mi cama—
—¿Ninguna chica le hizo caso a tus grandes encantos?— insinuó el menor, con una gran sonrisa burlona.
Chris era muy conocido por ser un jugador con los corazones de las pobres e ingenuas chicas que caían en su juego sucio, y para Felix, no era sorpresa que su hermano estuviera en todos los lugares, menos en casa.
—Se acercaron, pero todas eran unas fáciles y sabes que a mi no me gustan de esas— confesó el pelinegro cruzando sus brazos y resopló.
—Tal vez tú eres el fácil y no ellas, ¿no has pensado en esa posibilidad?— soltó sin miedo y río muy fuerte a lo que Chris le devolvió la risa, pero de manera hipócrita.
—Eres todo un tímido para hablarle a otras personas, hasta incluso empiezas a temblar como un maldito miedoso, pero conmigo, intentas ser muy valiente, retarme y hacerte el gracioso— el pelinegro respondió con una sonrisa que solo con verla daba inseguridad.
La casa se quedó en silencio. Felix agacho su cabeza y miro su taza de café. —Iré a mi habitación— dijo con un tono bajo, claramente notando su disgusto hacia el comentario del mayor.
Se levantó de su asiento junto con la taza, de dirigió a la cocina que se encontraba a pocos metros de donde estaba el comedor, vertió el café restante en fregadero y sin mirar a Chris, subió a su habitación. Felix no tenía que soportar sus típicas bromas pesadas ese día.
Entró a su habitación y fue directamente a recoger su celular que se encontraba encima de la mesita de noche, la cual estaba a lado de su cama. Abrió sus notificaciones recientes, y se encontró con algo que no esperaba. Su corazón empezó a latir rápidamente, Changbin lo había llamado...
El chico se emocionó tanto que soltó un grito ahogado de alegría y se lanza hacia atrás, cayendo en su cama con un golpe suave. Sus mejillas se volvieron rápidamente de un tono rosa intenso mientras su corazón comienza a latir con fuerza.
El pelinegro no se había comunicado con él para acordar los detalles de la fiesta, y eso en el interior de Felix lo estaba matando lentamente. Se sentía como alguien del que todos pueden olvidarse, alguien que no era del todo "cool" y dulce. Pero su alma había vuelto a su cuerpo al ver que razón de vivir lo había tomado en cuenta para formar parte de su círculo de amigos. El rubio abrió la aplicación de Instagram y deslizó sus dedos primero por su chat con Seungmin
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𝐆𝐞𝐭𝐚𝐰𝐚𝐲 𝐂𝐚𝐫 - Changlix
FanfictionDos adolescentes, un amor de verano que los marcará de por vida.