Capítulo ¹ | Ángel

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Jungkook se encontraba en su hogar, había regresado de su trabajo luego de un día tan agotador, ser un cantante no era para nada fácil, sus amigos lo apoyaban en sus decisiones, nunca lo dejaban solo, menos aquel rubio de quién se estaba enamorando

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Jungkook se encontraba en su hogar, había regresado de su trabajo luego de un día tan agotador, ser un cantante no era para nada fácil, sus amigos lo apoyaban en sus decisiones, nunca lo dejaban solo, menos aquel rubio de quién se estaba enamorando.

En Corea del Sur, no veían normal a las personas homosexuales, pero eso a él no le importaba, la sociedad en sí, era una mierda. Tenían una perspectiva demasiado anticuada y estúpida con respecto al tema de la homosexualidad, como si fuera una enfermedad similar a una pandemia que se propaga con solo tener un pequeño roce. Aún así, el pelinegro pensaba distinto, jamás se limitó a realizar lo que realmente amaba; hace meses se había tatuado las iniciales de sus fans en la mano, tenía una hermosa relación parasocial con ellos, ya que se sentía realmente amado, a pesar que no todos pensaban lo mismo, él amaba a las personas que lo seguían y admiraban su trabajo. Jeon era una persona reconocida por ser carismática y amable con las personas, también considerado el hombre más sexy del mundo, aunque el mencionado sentía que nada de eso valía la pena, aún así, forzaba una sonrisa cuando tenía momentos malos o donde simplemente el estrés ganaba en esa batalla.

—Bam, ¿Crees que Jimin será indiferente a lo que siento?—su perro solo pudo ladrar ante lo que decía su dueño, aunque todos los caninos tenían una mente muy brillante, entendía como se sentía su humano con solo oler su aroma, eso era algo particular en Bam.

—Sabes, algún día le diré lo que siento, mientras tanto, me dedicaré a crear más canciones, ¿No lo crees?.

Dejó un casto beso en la cabeza de su mascota y tomo asiento en su sillón, tenía ganas de hablar con sus fans aunque esté sintiera como si un camión hubiera pasado sobre él, pero es que cuando hablaba con Army y solo pudieran responderle en comentarios o dándole un corazón en los lives que él realizaba, eso lo hacía felíz.

—Creo que haré un live para Army, hace mucho no las veo...










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El pelinegro se encontraba hablando con sus fans aunque estas sólo pudieran verlo a través de una pantalla, sentía que las veía como en los fanmeeting anteriores. Ahora Jungkook se encontraba enseñandoles una receta con ramen, tenía cierto interés en aprender a cocinar y vaya que le quedaba muy bien.

—Ahora tengo que agregar la llema del huevo y revolver esto. ¡Listo! —probó un poco de su creación gastronómica pero no le agrado tanto el sabor, aún así decidió agregar un poco de salsa inglesa y pareció fascinarle el sabor. —Saben, esto está delicioso si agregas esta salsa, en cuanto termine el live, les subiré la receta.

Así siguió toda la noche hasta la madrugada, Jeon Jungkook no era como los demás artistas, él realmente amaba a sus fans, había unas que sobrepasaban su límite en cuestión a su privacidad, sabía que no todas eran así de inmaduras, él era un amor de persona, como un ángel sin alas. Sin embargo, aún sentía un pequeño vacío en su corazón, como si le faltara algo, aunque tenía respuesta a ello, tenía miedo. Era inseguro, pero no en su aspecto físico o mental, más bien sentimental. Park Jimin rondaba su mente y corazón todo el tiempo, no sabía en qué momento, aquel rubio con rostro de ángel y aura sexy, se robó su corazón totalmente. Antes lo veía como un amigo, como su hyung que lo ayudaba en sus tareas, jugaba con él e incluso dormían juntos cuando ambos se sentían solos. Pero desde aquella vez que lo vió bailar tan sensual, sintió algo más que una simple amistad, un click que jamás en la vida había sentido, era como si mariposas revolotearan en su estómago cada que veía a Jimin, más al sonreír, esa sonrisa tan característica de él que hacía verlo tan tierno y dulce, dónde Jeon se sentía desfallecer y suspirar con un agradable sentimiento, algo que solo un chico guapo como su hyung, lograba hacer.
Salió de sus pensamientos cuando su perro ladró, estaba sumergido en ellos que no recordaba el live que estaba haciendo.

—Me despido Army, iré a dormir. Cuidense, duerman bien y descansen. Las amo.

Terminó el en vivo y decidió ir a acostarse, se sentía muy agotado por tanto pensar.

¿Algún día le confesaría sus sentimientos a Park Jimin?









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Jimin estaba ensayando para la coreografía de Like Crazy, su canción en solitario. Aún no debutaria como solista, pero quería que esa canción estuviera en el álbum que saldría este año, estaba contento por como estaba quedando todo, además de su coreografía. Seguía practicando, haciendo movimientos ágiles y algunos, con cierta delicadeza, hasta que sintió una presencia en aquella sala, volteó y se encontró con unos hermosos orbes de color negro, amaba sus ojos penetrantes, sentía que podía ver más allá de ellos. Su pequeño maknae se encontraba observándolo bailar, no le extrañaba verlo ahí, siempre le había dicho que cuando se sintiera aburrido, fuera a verlo, además de que Jeon le fascinaba la idea.

—Bailas muy bien Jimin-shi. —sonrío haciendo que pequeñas arrugas aparecieran en cada lado de sus ojos.

—Siento que me falta un poco más de práctica, pero por el momento, descansaré un poco. —asintió.

—Pues a mi me parece que lo haces realmente bien, admiro eso de ti. —el rubio solo pudo sonrojarse ante lo dicho, sus mejillas regordetas tornaban ahora de un lindo tono rojizo claro.

—Lo dices solo para animarme.

—Mmm, un poco. —río y Jimin lo miro ofendido. —Es broma. A lo que me refiero, es que no hay nada que te haga falta, eres el mejor bailarín que he conocido en danza contemporánea, además de Hobi, en verdad, admiro cada paso y baile que haces.

—Muchas gracias Jungkook- ah, lo tendré presente. —el pelinegro asintió.

—¿Te apetece ir a cenar? Yo invito. —sonrió mostrando sus lindos hoyuelos.

—Me parece bien, mi estómago no deja de gruñir.

Jeon estuvo muy feliz con la respuesta de su querido rubio. Ambos salieron de aquella sala de ensayos y se encaminaron hacia el lugar donde el pelinegro lo invitaría a cenar.

 Ambos salieron de aquella sala de ensayos y se encaminaron hacia el lugar donde el pelinegro lo invitaría a cenar

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¡Hola!, ¿Cómo están? Espero que bien.
Les traigo el primer capítulo de esta historia, me emociona mucho hacerla, espero les agrade mucho como a mi.

Las amo mis kookminas, nos leemos pronto. 💗

𝐓𝐇𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 |𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora