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Desde el primer día que había conocido a Cellbit le había llamado la atención, más cuando la Isla parecía conspirar en contra de él por su llegada. Su fuerte era el misterio y los enigmas, se deslumbró cuando supo su investigación secreta junto a Maximus y Badboy, parecía que realmente el hombre era un prodigio, su inteligencia era de un nivel bastante elevado, le ponía ojo a cada detalle incluso a los más pequeños, entendía códigos morse y binario, trabaja día y noche, lo tenía más que claro ya que cada vez que iba a visitarlo estaba activo en su estudio, ponía notar su cansancio pero aún así él parecía rechazar la idea de descansar al menos una noche, necesitaba encontrar la respuesta. De vez en cuando se paseaba para ayudarlo, quizás con acontecimientos y algunos terminos, eso lo mantenía al tanto para tenerlo al lado, pero de todos modos se encaminaba por esos lados para ver a Richarlyson, el pequeño parecía ser más dueño de hogar que un simple bebé, y esto también tenía preocupado a Roier.

Fue bastante angustiante verlo estas últimas noches, desde que hizo otra sala de computación parecía más fatigado, incluso ya podía notarle ojeras muy oscuras.

ーGatinho. ーEl ingreso a su centro de investigación era bastante simple para los integrantes del grupo ya que sabían el escondite de memoria, aunque aún no podían del todo entrar a la última sala que hizo, esta parecía aún más privada que las demás y lo entendía, desde que Cucurucho se le presentó ha mantenido sus ocupaciones bajo la manga para no ser revelado.ー ¿Gatinho?

ーOh, guapito, pensé que vendrías más tarde. ーLa somnolienta voz del brasileño le hizo fruncir el ceño, no entendía porque se exigía tanto cuando el mismo sabía que necesitaba un descanso. Se escucharon los pasos hasta la puerta de seguridad e ingreso el código para que su compañero pudiese pasar.ー Entra, entra.

Roier obedeció a su palabra pero en silencio, esto le pareció extraño al investigador pero al momento que entró, cerró la puerta automáticamente y fue mirándolo con curiosidad por tal actitud.

ーEscúchame bien, Cellbit. ーEl mencionado trago saliva, por el tono de voz y la forma de dirigirse entendió que esto era un regaño y era lo último que quería del menor, por lo que con timidez fue bajando su menton para mirar el piso.ー No, no, mírame cuando te hablo. ーY así lo hizo, no quería tampoco faltarle el respeto a su visita. Observo esos encantadores orbes café y pudo sentir esa pesadez en su mirada.ー ¿Cuántas días llevas aquí encerrado, eh? ¿Te haz al menos alimentado bien? ¿Haz alimentado a Richarlyson?

Ouch. Incluso había olvidado por completo su gran responsabilidad por detrás, sabía que su pequeño tenía más padres de los cuales perfectamente pueden cuidar pero sabía que la convivencia era lo más importante, ya ni recordaba la última misión que hizo junto a su hijo, solo escuchaba como Forever se lo llevaba y no sabía nada más de él, cayó tan bajo que se avergonzó pero su estómago lo expuso más, este sonó inevitablemente al pensar en "alimentarse" ya que lo único que realmente hacía era beber café y fumar, para nada sano pero necesitaba estar despierto. Roier al no tener una respuesta suspiró y se acercó a su mayor, sabía que no debía ser tan insensible con él, después de todo esto era lo que le apasionada y cualquier persona que gusta de un pasatiempo se vuelve un hobby, pero esto no tenía control, ya parecía un vicio, necesitaba un apoyo.

ーDe tanto cargar los problemas de la Isla tendrás dolor de espalda, lindo. ーSusurro con más suavidad en su voz, esto logró que el regañado se sintiese más aliviado, ese era su Roier, tan encantador y atento. Sabía que podía actuar como una madre preocupada y sobreprotectora, lo tenía más que claro sabiendo como es con Bobby pero el ya tenía sus años, no podía ser una carga.ー ¿Sólo haz tomado café? ¿No te gustaría mis tostadas, mi amor?

Entre ellos era común tratarse con sus apodos iniciales pero Roier elevaba más su cortejo para Cellbit, este aún se le era algo complicado ese tipo de coqueteo pero era una experiencia tan bonita, sentir algo más allá que preocupación por la Isla, esas cosquillitas en su estómago y tener su corazón agitado por culpa del menor, enamorarse era lindo cuando se trataba de Roier.

ーClaro, Guapito. ーAcepto con gusto, el olor a tostada era tan exquisito y familiar en Roier que jamás se negaría a ser alimentado por él.ー Antes Maximus vino también aquí pero con más códigos e información. ーInicio su típica conversación pero para Cellbit era fundamental compartirles todo a su compañero, más cuando él se preocupaba tanto.ー Y Badboy también, pero si tratamos de entender las dos partes se me hace un poco confuso con mis cosas, digo, no quiero decir que no se me haga de ayuda, sino más bien creo que Cucurucho nos está confundiendo más de la cuenta, ¡Además de que saque algunas fotos de él!

Y siguió hablando mientras el más bajo lo oía atentamente con la mirada pérdida en él. Era extraordinario ser oyente de este fiel conocedor, sentía tanta atracción por su inteligencia que no podía aguantarse en no mirar sus labios, ver como estos se movían y se remojaban cada vez que se secaban por tantas palabras que desprendía de ahí, agradecía tanto ser recibido en su sala privada y ser el único que podía estar, no sabía exactamente si se debía por su gran cercanía o por la extraña tensión que tenían desde el primer día que piso la isla el brasileño, que aunque sea a veces difícil comunicarse, de apoco ambos iban conociendo y aprendiendo el uno del otro, tal como lo hacía Roier en estos momentos, sabía que esto hacía sentir bien a Cellbit, quizás poderoso por su intelecto superior pero era tan jodidamente atractivo.

ー¿Estas escuchandome? ーSu burbuja se reventó ahí, veía como la figura de Cellbit estaba enfrente de él y movía su mano encima de su cara queriendo que se despegará.ー Creo que alguien necesita unas clases especiales para que te concentres, Guapito. ーY fue a sentarse en su gran silla que creaba magia.

Ahora el que se encontraba avergonzado era Roier, quien se enrojecio bastante y ocasiono unas pequeñas risitas en el contrario. No estaba acostumbrado a que alguien le devolviera los coqueteos.

ーNo soy pendejo, culero. ーSe trató de defender pero solo siguió escuchando la bonita risa del brasileñoー Supongo que Maximus solo fue a tu centro y no a esta sala, ¿Verdad, Gatinho? ーNo estaba celoso, la verdad solo había escuchado el principio de su gran relato.

ー¿Uh? Sabes que solo tú puedes entrar. ーRespondió inmediatamente queriendo otorgarle la seguridad a su chico, no quería que se preocupara por cosas que no eran importantes del todo pero si se había puesto nervioso por la posición que habia optado.ー

ー¿Ah, si? ーEl cuerpo de Roier fue buscando más cercanía, sabía por Richarlyson que su padre era bastante débil a sus encantos pero quería también jugar un poco, quizás alegrar a su líder de investigación, dio ligeros pasos hacia la silla.ー ¿Soy exclusivo para ti, mi amor? ーY se sentó con cuidado en el regazo del mayor.

ーRoier...ーSentenció un tanto bajo, no recordaba si había dejado una cámara de seguridad en la sala pero no le preocupaba tanto eso, sino por la peculiar cercanía que estaba generando, no estaban los niños ni mucho menos los demás integrantes del grupo. No se lo esperaba para nada.ー Ten cuidado hacía donde te estas dirig-

Ronroneo cuando el menor comenzó a hacerle masaje en sus hombros, detuvo completamente sus palabras pero tampoco se iba a quejar. Necesitaba tanto aliviar sus musculos y parecía que aquellas manos bendecidas era un paraíso para él, no quería pedirle a alguien ese tipo de cosas ya que no le parecía necesario pero era reconfortante que su Guapito se tomara el tiempo para hacerlo sentir bien tanto emocional como físicamente sin decírselo, era tan detallista y fascinante. Su estómago estaba lleno, su cuerpo iba restaurandose y su ánimo había subido completamente, se sentía tan feliz a su lado que apreciaba cada instante junto a él, desde que había iniciado su búsqueda del bien nunca pensó que el niño bonito vendría a seguirlo y ayudarlo, a pesar de que no era tan participe en descubrir los inmensos códigos que lidiaba día tras día, estaba satisfecho con saber que al menos intentaba todo para acercarse y darle aunque sea un granito de arena de información, no era tan tonto, podía descifrar sus intenciones solo que era débil cuando se trataba de una alma tan bella como la de Roier, tan agradable y acogedora.

Las manos del mayor se dirigieron a la cadera de Roier e inicio pequeñas caricias, la figura del chico era tan magnífica, él era un gran aventurero, constructor, padre, pintor, parecía que todo lo que hacía era perfecto, cuando tomó su mano por primera vez sabía que estaba dispuesto a hacer lo posible por verlo feliz junto a él.

Era privado pero no un secreto lo que ocurría entre ellos, y les encantaba.

GuapoDuo ♡ little writingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora