III

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—¡Zaynie! ¡Mira! ¡Hay helados de todos los colores! —exclamó Safaa cuando logró soltarse de mi mano, corriendo hacia la vitrina, donde había un sin fin de sabores de helados.

—Cuidado, no toques el vidrio que asustarás a los helados, ¿cual elegirás?—le dije entrando a la heladería junto a ella.

—¿Qué? ¿Sólo puedo elegir uno? —preguntó frunciendo el ceño—. Pero si todos se ven deliciosoooooos —exclamó mientras cruzaba sus brazos y hacía un puchero—, eres malo—murmuró.

—Si, si, lo sé. Soy la persona más malvada, el mal en persona. Así es la vida —le dije sacudiendo su cabello, pero ella no me escuchó al estar ocupada mirando los helados— voy a ir a una mesa por allá, ¿si? —le indiqué, pero volvió a ignorarme, así que fui a la mesa y me senté a esperarla.

—¿Es tu hermana? —preguntó alguien sentándose al frente mío, era una rubia que miraba a Safaa tiernamente.

—Si —respondí y ella levantó la vista para mirarme.

—Soy Denise —dijo ella sonriéndome amigablemente.

—Zayn, y ella es Safaa —dije de la misma manera señalando a mi querida hermana, la cual corrió hacia nosotros.

—¡Zaynie! —exclamó Safaa parándose a mi lado —ya se que helado quiero, me lo ayudó a decidir un rubio muy lindo—me dijo bajando la voz en la última oración, como si fuera un secreto.

—¿A si? ¿Y quien era ese rubio? —le pregunté, de seguro había sido otro niño pequeño de los tantos que estaban corriendo por aquí.

—No lo sé, pero estaba con un grande y tierno castaño —dijo algo pensativa—¡Pero eso no importa! Quiero mi helado— dijo, y en ese momento posó su mirada sobre Denise.

—Hola pequeña —la saludó Denise.

—Hola...—dijo Safaa, apenas se escuchó su voz —mi nombre es Safaa —se presentó.

—Y el mío es Denise.

—Bueno, voy a ir a comprarle el helado a Safaa y luego nos iremos, un gusto Denise —dije cuando Safaa empezó a jalarme del brazo para que me levantara.

—Lo mismo digo Zayn, adiós chicos —dijo antes de levantarse e irse de la tienda como había entrado.

—Quiero mi helado Zaynie —dijo Safaa haciendo otro puchero al tiempo que volvía a jalar de mi brazo para llamar mi atención.

—Está bien, ¿de qué sabor lo quieres? —Le pregunté, esperando que no eligiera uno muy costoso, pero al parecer hoy no era mi día de suerte.

|Δ|

—No puedo creer que ese helado tuyo costara tanto —le murmuré a Safaa, la cual miraba al lago mientras se terminaba el helado— podrías haberme dejado un poco—le sugerí al menos.

—Consigue el tuyo —dijo mirándome de una mala manera.

—Está bien —dije alzando los brazos en señal de rendición.

—Más te vale —murmuró antes de sacarme la lengua.

—Oh no, Safaa Malik, acabas de meterte en territorio enemigo —le dije al tiempo que me levantaba y la levanté sobre mis hombros, de modo que ella quedara en mi hombro, como si de un costal de papas se tratase. Para su suerte (y para la mía) ya había terminado aquel helado.

—¡Zayn! —logró decir entre risas mientras intentaba hacer que la soltara golpeando mi espalda con sus manos.

—Ah no, ahora te quedas ahí —le dije mientras empezaba a caminar, por nuestra suerte la casa de Harry no quedaba tan lejos, sólo a un par de calles.

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