Todo una vida

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31 de mayo del 2015

- 10:45p.m.


"Ella era tan fría que quemaba y, estaba tan rota que cortaba"


Era tan enigmática, incluso si la mirabas a los ojos no reflejaban su alma, ni sus sentimientos. Era como estar en un lugar obscuro, sin saber si es solo una noche sin estrellas, o tu cuarto a obscuras.

Con un mínimo rose de su piel te quemabas, y si la besabas empezabas a arder a los segundos.

Ella te consumía.


Compartías gustos con ella, las mismas canciones, los mismos libros, el mismo estilo, el mismo dolor. Diferentes historias, donde dos almas perdidas en el inmenso universo, vagando entre las estrellas; se encontraban.


De esas personas que llegan de la nada, que se aparecen en lugares que apenas conoces, que llegan en el tiempo menos inesperado. Ese tipo de personas que sienten pasión por cosas simples, que hacen que el corazón se te valla a salir, de ese tipo de personas que te hacen pensar en porque no habías venido mucho antes a ese lugar.

Ese lugar mágico que te regreso a la vida.


Pero ella estaba tan rota que te daban ganas de intentar repararla, pero al hacerlo, te cortabas con sus pedazos afilados de tanto dolor y negación al amor.

Ella no sabia lo que era el amor, ni lo que era sentir mariposas en el estomago, ella era un cielo sin estrellas, sin luna. Ella simplemente era un mancha negra azulada. No estaba viva, pero estaba contigo, estaba al lado de ti. Respirando, moviendo su boca delicadamente para hablar, tocando la madera de el muelle con la yema de sus dedos, con su cabello moviéndose por la brisa.

Ella no estaba, pero su cuerpo si. Parecía ser feliz, a cierta vista parece ser feliz, hasta que la miras, la comprendes, la escuchas, la sientes. Y justo cuando pasa eso, te das cuenta que ella se estrella contra la realidad y piensa que solo se tiene a ella, y que esta sola.

Pero no es así porque ya te tiene a ti.

Porque ella en tu ojos se miraba tierna y lo cálida que podía llegar a ser, a pesar de su fachada de hielo. Pero también se podía ver lo maldita e hija de puta que naturalmente era con el mundo. 

Aun así solo le pides al destino otro encuentro casual, para ver una vez mas sus ojos. 

Solo una vez mas, y si decide hacerlo mas hermoso, te da todo una vida para conocerla.

Una Hoja De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora