Capítulo 2

5 1 0
                                    


Al despertarme veo a mi tía dormida a mi lado. Recuerdo lo que me dijo antes de dormirme y vuelvo a sentir ese dolor punzante en el pecho. 

Me levanto de la camilla y entro al cuarto de baño. Voy al lavabo y abro el grifo. Me lavo la cara y me la seco con la toalla. 

Todavía sigo asimilando lo que ha pasado. Poco a poco me voy deslizando por la pared, hasta acabar sentada en el suelo.

Me tiro ahí sentada durante un buen rato llorando y pensando lo que pasó antes del accidente.

Salimos del coche y entro a la gasolinera con mamá, para comprar algo de comida para el camino. Papá mientras se queda repostando el coche. Primero vamos al baño para hacer nuestras necesidades y luego nos dirigimos a los estantes de comida. Yo agarro una botella de agua y una bolsa de patatas fritas. Mamá agarra su bebida favorita y una monster para papá. También coge unas bolsas de comida y un sándwich de jamón y queso. Cuando ya lo tenemos todo, vamos a la caja y mamá paga todo. Salimos de la tienda y nos subimos al coche, donde papá ya estaba montado. Un minuto más tarde comienza a llover. Papá se pone en marcha y a medida que avanzamos la lluvia va siendo más intensa. Yo estoy mirando por la ventanilla la lluvia caer, cuando de repente me acuerdo de una cosa que me ha ocurrido en el instituto. Como yo siempre le cuento todo a mis padres y ellos a mí, porque tenemos mucha confianza, les empiezo a contar lo que me ha sucedido. 

Mis padres me están escuchando atentamente, cuando de repente el coche de delante derrapa, lo que hace que vuelque. Papá no pude esquivarlo a tiempo, porque está pendiente de lo que le cuento y porque con la lluvia cuesta mucho ver. De repente, noto como todo el coche se estrella con el coche de delante, haciendo que me estampe contra el asiento de delante. Empiezo a sentir mucho dolor y agonía. Logro mirar a mis padres y viéndoles de esa forma empiezo a llorar.

 Escucho a papá decirme – Mi niña, va a estar todo bien. Te queremos mucho estrellita fugaz. – Dice, costándole hablar. Mamá también me dice – Amorcito, pase lo que pase, siempre te querremos y estaremos contigo vale?. Notaba que mamá estaba haciendo mucho esfuerzo por hablar. Yo llorando les digo No no no, no os podéis ir, aún tenéis que verme graduarme en el instituto y en la universidad. Tenéis que estar en mi boda y conocer a vuestros nietos. Aún nos quedan muchas aventuras por vivir y muchos viajes por hacer. No os podéis ir, os necesito.– Digo con dificultad.– Por favor no me dejéis sola. 

De repente un dolor empieza a hacer que comience a ver todo de color negro y escucho decir a mis padres que me quieren más que a nadie. Justo después, veo todo negro y me desmayo.



– Mara, estás bien cielo?

 Eso hace que vuelva a la realidad y comience a llorar mucho más. Me levanto y voy hacia la puerta. La abro y veo a la tía mirándome con cara de preocupación. Logro decirle:

– No tía, no estoy bien, nada está bien conmigo, ojalá hubiera muerto yo también. Fue mi culpa que ellos murieran, si me hubiera callado ellos estarían aquí conmigo. Les escuché decir que siempre me querrán, eso me destrozó porque sabían que iban a morir y todo por mi culpa. Tendrían que estar aquí conmigo, verme graduarme, ese era el sueño de mis padres, ver a su hija graduarse y ya no están. Papá tendría que acompañarme al altar y mamá ayudarme a elegir el vestido de boda. Tendrían que conocer a sus nietos. Por mi culpa no van a poder hacer todo eso. Duele mucho tía, duele mucho.

– Lo sé mi amor, yo también les echo de menos, pero no es tu culpa lo que pasó.

Cierro los ojos y me abrazo fuertemente a la tía.

Nota de las autoras:

Holaa, aquí tenéis el segundo capítulo. Esperamos que os haya gustado.

Os queremos personitas que nos leen.

Hasta el próximo capítulo.

Saludoss.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora