‹‹ 𝗧𝗿𝗮𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻 :: 𝗥𝗶𝗻𝗦𝗮𝗴𝗶.

00.

- ¿Vas a ir? - Pregunto bajito mientras se acomodaba mejor en la cama, viendo aquel Omega pelirrojo que estaba a su lado y miraba su teléfono donde tenía el chat abierto de su cuñado, los mensajes bien claros, pidiendo la presencia de este el día siguiente en el cumpleaños de su sobrino.

Sae lo volteo a ver.

Hizo una mueca con eso, el muchacho comenzó a deslizar la pantalla hasta llegar un poquito más arriba de los mensajes recién enviados, dónde una foto de su hermano menor con el bebé estaba. Isagi Yoichi se la mando con la excusa de que conociera mejor a su sobrino, tan siquiera por foto, su aspecto, porque para eso lo estaba invitando, para que lo conociera de una manera física.

Obviamente, el estaba consciente de la existencia de ese bebé, las prensas fueron encargadas de que esa notícia se repartiera internacionalmente, ya que decidieron darle el visto bueno al primogénito de los mejores delanteros de Japón, bueno, también sus padres le avisaron de la noticia, sin embargo, su hermano, el que debió haberle informado sobre tal notícia, no lo hizo, el Omega de olor a frambuesa admitía que eso le hirió, mucho; También lo confirmo cuando su alfa llegó un día hablando de que el hijo de Itoshi Rin tenía los mismos ojos turquesas que ellos dos así como sus enormes pestañas, él ese día quedó bañado en sus celos y simplemente decidió ignorar al moreno por eso.

Debía admitir que le enojo un poquito el hecho de que fuera el Omega de su hermano el de la invitación y no el propio.

Pero estaba tan consciente de que esté lo tenía alejado de su vida, que no lo aceptaría tan fácil en ella, no lo merecía - a su parecer -, el simplemente intento que no lo destruyeran como a el lo hicieron, era consciente de que esté era un alfa, que lo tendría fácil por obvias razones, que no tendría su mismo recorrido, no obstante sabía que su hermano pequeño era dependiente, tanto como si de un omega se tratase, tanto que creyó que era necesario todo eso. No sé arrepiente.

Oh bueno, no mucho.

Ahora que miraba esa foto y el como tenía esa invitación si lo hacía.

Habían pasado tantos años dónde tuvo la oportunidad de disculparse, claramente no lo haría, primero su orgullo. Ahora Rin contaba con treinta y dos años, el poseía treinta y cuatro, se supone que ahora al tener una edad mayor, siendo adultos, ya habían madurado.

- Iré.

- ¿Estás seguro de eso? - Alzo las cejas, volteandose a verlo con una sonrisa, Sae no sabía si era de burla o la que usualmente usaba con el.- Te recuerdo que pestañas menor te odia.- Asintió ante sus propias palabras para acomodarse mejor en la cama.- No lo digo con mala intención.

- Lo sé, pero, creo que es justo.- Dijo sin expresión alguna, jugueteando con el teléfono en manos, viendo la foto que el Omega de aquel se atrevió a mandarle. Dejo de hacerlo al escuchar la risa melodiosa de Shidou.- ¿Qué?

- Nada, pestañas, aunque, ¿No es un poco cruel arruinarle el cumpleaños a tu sobrino? - Sonrió ladino, en esos momentos el pelirrojo descubriendo que la sonrisa de este era de completa burla, lo irritó.

- ¿Por qué lo haría? El que me está invitando es Isagi Yoichi. No lo es él. Ni siquiera estoy yendo a verlo a el, estoy yendo por el niño.- Frunció el seño, lamió sus labios inquieto, teniendo en cuenta que sentía como los ojos fucsia los escaneaba lentamente.- Tengo derecho, es mi sobrino, sigue siendo injusto que hasta ya tenga padrino y que ni siquiera conozca al único tío que tenga por sangre.

- Simplemente lo dices porque la idea de ver a Kurona como el padrino del chiquito no es de tu agrado, ¿Hiori si lo hubiera hecho? - Dijo pensativo, la burla siendo marcada en todo el resplandor de sus palabras, el pelirrojo rodó los ojos con desesperacion, dejando el teléfono en su mesita de noche, ignorando a un Ryusei que reía.- ¡Ya! Igualmente, bonito, te lo digo porque dudo en que tú hermano te trate neutral o con normalidad, lo veo cerrandote la puerta cuando vea tus ojos. No quiero verte enojado.

- ¿Triste por qué no? - Alzo una ceja.

- Eres un tibio de mierda, dudo verte llorar por eso.- Se encogio de hombros, negando con su cabeza, con cuidado llevo sus brazos hacia donde el Omega para abrazarlo, atraerlo hacia el y apretujarlo contra su formido pecho, nego con su cabeza.- Sin embargo, te afectará. Tanto como las actitudes que este a tomado a lo largo de los años contigo.

Sae no le contesto, solo se aferró a la piel de su alfa, pues el muchacho no usaba prenda superior a la hora de dormir, decía que le molestaba demasiado.

Y quizás esté tenía tanta razón en sus palabras, pero nuevamente tomemos en cuenta que era Sae el del cual estamos hablando, el nunca admitiría eso, el como las actitudes a tal cual cubo de hielo de su hermano le afectaban, no a gran escala como para decir que cada pensamiento era de eso, pero si lo hacían, sencillamente estos podían aparecer en sus noches de insomnio. El no culpaba al menor por sus actitudes.

Pellizco el pecho de Ryusei con reproche, este siseando por el leve ardor que esto le provocaba, viendo con reproche a su Omega que lo miraba sin gracia.

- Iré.

- No digas que no lo intente.- Se encogió de hombros aún con una sonrisa juguetona, llevo su nariz a los sedosos cabellos del Omega para olfatear su aroma.- Tendré todo listo por si vienes enojado.

- ¿No irás? - Pregunto en susurro, casi siendo un ruego que solo el alfa tenía que escuchar, Ryusei nego con su cabeza y el solo hizo una mueca con sus labios ante el disgusto que esas palabras le crearon.

- No, Rin y yo apenas nos soportamos en el campo, no se cómo el PXG llegó a ser un buen equipo teniendonos a ambos, prefiero evitar que la experiencia sea peor.- Asintio nuevamente, creyendo que en esos momentos estaba siendo hasta más sabio que el propio omega.- Y sobretodo, solo te invitaron a vos.

Sae puchereó y Ryusei se vio obligado a besarlo.

- Te ayudaré a escojer el regalo de Raiden.