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- La bonita casa estaba decorada con colores azules, celestes y turquesa, con dibujos de pequeñas ballenas sirviendo de adorno por todo el lugar, la celebración estaba recién iniciando y ya la casa estaba llena, tanto de sus amigos que habían deci...

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- La bonita casa estaba decorada con colores azules, celestes y turquesa, con dibujos de pequeñas ballenas sirviendo de adorno por todo el lugar, la celebración estaba recién iniciando y ya la casa estaba llena, tanto de sus amigos que habían decidió llegar con sus hijos al lugar como de los propios sin tales, oh, era un día donde lo infantil predominaba en el aire y sobretodo, nada podía arruinarlo, o por lo menos para Rin Itoshi no.

Desde temprano tuvieron a cierto alfa de cabello bicolor así como un beta que desprendía elegancia en su andar, en su hogar, ayudando a colocarla las decoraciones por todo el lugar mientras cierto Omega intentaba retener a un muy inquieto bebé que quería estar en los brazos de sus tíos, también el como todo desde muy temprano fue alegrías, de verdad que todo era felicidad en esos momentos.

— ¡Kurona! Deja de molestar a Raiden.— Grito Isagi al Omega pelirojo que rió con ganas junto al pequeño bebé, que aplaudía.

El muchacho estaba haciéndole cosquillas, dejando la ropita del bebé desarregladas, el trabajo que tuvo que hacer el Omega de ojos azules para conseguir colocarle esas prendas celestes al bebé, fue muy duro, y que ahora aquel Omega de dientes afilados se lo desarreglara tan fácil, le dió un pequeño tic en el ojo.

Lo miro con molestia mientras las risas de este como del bebé resonaban sobre el bullicio que creaban las personas del lugar.

— ¿Qué le estoy haciendo? Isagi, estás demasiado precavido, ni que fuera a venir la prensa a grabar todo esto.— Nego con gracia para cargar mejor al bebé risueño que se aferraba a la camisa del muchacho en esos momentos, Yoichi bufo con enojo mientras extendía sus brazos a su hijo y este pasaba de largo de su madre.

La traición.

Escucho las risas de Kaiser, contó hasta diez para evitar decir una grosería delante de todos sus invitados y simplemente vio con mala cara a Ranze para irse a la cocina donde estaba un Nagi con un Chigiri y Bachira hablando.

Isagi tenía una rivalidad con aquel Omega porque al parecer su bebé prefería el aroma a rosas de este ante que el de arándanos propios, Rin le había dicho que era locura de el, que su bebé siempre estaría enamorado de su delicioso aroma pero el de ojos azules no se lo creía ni un poquito, pues las acciones hablaban por si solas, oh.

La puerta de la casa sonó y vio como su esposo se levantaba para ir a atender la, volteo atento a esta, sintiendo las miradas curiosas de sus amigos sobre el, sudo frío cuando escucho el portazo, dirigiéndose rapidamente a la entrada del hogar donde un alfa de ojos turquesa miraba con seriedad la puerta.

— ¿Tú lo invitaste o como se dió cuenta? — Pregunto enojado, sus ojos buscando una explicación coherente a lo sucedido pero el simplemente bufo ante la estúpida reacción de su esposo.

Ignoro a este.

Fue donde Ranze a tomar al cachorro, acomodo su trajecito y nuevamente la puerta fue tocada, Rin le pidió que no abriera, que dejara a la persona detrás de la madera esperando mientras de tanto esperar se iría respectivamente, que se hiciera el loco en cuestión. No estaba para eso. Definitivamente no.

Le dió una mirada de advertencia al Itoshi menor que simplemente bufo y fue a sentarse como niño regañado dónde Nanase que simplemente sonreía ante la derrota del alfa, el resto de presentes también estaban expectantes a quien sería la persona detrás de esa puerta.

Ya fue la tercera ves que la tocaron.

Dejo espacio en su cuello porque su bebé se acomodo en este, con su mano en la boquita observando la puerta cuando fue abierta se vio curioso ante el Omega que estaba ahí viendo les. Isagi reverenció a la par de Sae que de manera simple le regaló una sonrisa, mirando con cuidado como curiosidad al bebé que portaba las mismas pestañas que caracterizaban a los del apellido Itoshi.

Era igual a Rin. Era su copia exacta solo que con cabello azúl.

— Buenos días, Sae... Lo siento lo de hace rato, de verdad que no fue mi intención que tú recibida fuera así.— Otra ves reverenció ante eso, el Itoshi mayor hizo un gesto con su mano restándole importancia a la mala manera con que su hermano le atendió.

— Está bien... Comprendo a Rin.— Reverenció, parecía demasiado formal en esos momentos pero tampoco sabía cómo actuar ante ese Omega que a pesar de todo nunca le a hecho el desprecio.

El bebé se hizo notar riendo.

Ambos Omegas voltearon al ver al cachorro que reía ante la cara sería de su tío, para la mente del chiquito era igual que su padre de enojón, ¿Tendrá a alguien como su mamá que le quite ese seño todo feo? Raiden quería saber, quería estar en esos brazos, por eso salió del cuello de su mamá para observar mejor al Omega de cabellos rojizos que parpadeo ante sus acciones.

Extendió sus manos, esperando ser cargado por aquel muchacho que volteo a ver a su mamá, la vibración del pecho de el al reír, le causó cosquillas, también rió mostrando sus dientes delanteros.

— Diosa Luna, si es... Adorable.— Dijo Sae viendo con cariño como con asombro a ese bebé, también se notaba que era hijo de Isagi por lo risueño que era.

— ¿Quiere cargarlo? Sino el bebé llorara.— Pregunto con esa información de más esperando que Sae aceptará, porque su cachorro era hasta capaz de lanzarse a los brazos de ese Omega con el fin de cometer lo que quería. El Omega asintió y el con delicadeza le pasó al cachorro.

Ambos Itoshi se observaron, era chistoso al ver la sonrisa de dientes de leche del bebé comprada con la seriedad que daban las pestañas contrarias, pero aún así el pequeño brillo que desprendían los ojos del Itoshi mayor fueron suficiente para saber que estaba encantado con el bebé.

Raiden comenzó a olfatear al otro Omega, buscando su aroma hasta encontrarlo en la manzana de Adán de este, se quedó ahí, olfateandole con necesidad, Sae prestando se para eso.

Isagi sonrió con cariño.— Tío Sae, el es tu sobrino, Itoshi Raiden.

La mirada rápida que le dió el Omega con sus ojos brillantes hicieron que Yoichi lo mirará con gracia, la risa de su cachorro resonó ante eso. No fue mala idea, ¿Verdad?

— Un gusto Itoshi Raiden, eres un bebé muy bonito.— Soltó acomodando el flequillo del cachorro que al sentir las manos del Omega en su cabello rió.

Bueno la primera impresión con el tío fue todo un éxito, ahora debía sobrevivir adentro, sería fácil, ¿No?

Bueno la primera impresión con el tío fue todo un éxito, ahora debía sobrevivir adentro, sería fácil, ¿No?

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‹‹ 𝗧𝗿𝗮𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻 :: 𝗥𝗶𝗻𝗦𝗮𝗴𝗶.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora