En la encrucijada de la amistad y el deseo, me debato entre la incertidumbre y el miedo, quisiera preguntar si estamos más que amigos, pero temo perderlo todo y quedar herido.
Ella dice que somos solo buenos amigos, y en mi interior, guardo un amor escondido, me gusta de verdad, pero no quiero arriesgar, por temor a quedar como un tonto y todo arruinar.
El miedo a confesar lo que siento me consume, prefiero callar y ocultar lo que me abruma, temo que nuestra amistad se desvanezca, si le digo la verdad y su corazón no se me ofrece.
Prefiero seguir sufriendo en silencio y en secreto, a perder lo que tenemos y quedar deshecho, pero en cada mirada y gesto, mi corazón palpita, deseando poder decirle lo que mi alma grita.
Me aferro a esta amistad, tan querida y cercana, aunque en mi interior la pasión se desata, pero si revelo mis sentimientos sin disimulo, ¿qué pasará con nuestra relación, con todo lo que construyo?
Así que me quedo en la ambigüedad del enigma, escondiendo mi amor, sin importar la estigma, prefiero tener su amistad y mantenerla cerca, aunque mi corazón se llene de incertidumbre y flaqueza.
Quizás un día, encuentre el coraje para decirle, lo que por tanto tiempo he querido expresarle, pero por ahora, seguiré siendo solo un amigo, guardando mi amor en silencio, en este eterno abrigo.
Porque la amistad es un regalo valioso y sincero, y aunque mi corazón anhela algo más verdadero, prefiero cuidar lo que tenemos, sin arruinar, nuestra conexión especial, sin temor a desatar.
En esta encrucijada de sentimientos y deseo, me mantendré cerca, sin decirle lo que en mi pecho guardo, porque su amistad es un tesoro que atesoro, y prefiero tenerlo así, antes que perderlo todo.