Capítulo 1

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Bakugou se encontraba caminando por los largos pasillos del instituto junto con su ruidoso y un poco molesto grupo de amigos.

Ellos iban charlando entre si sobre su fin de semana y el cómo lo pasaron, mientras que, como ya era costumbre aquel chico iba con el seño ligeramente fruncido y las manos en los bolsillos, estaba más centrado en sus pensamientos que en esos idiotas que llamaba amigos; Ese era su último año de preparatoria y se acercaba la universidad ¿Qué iba a hacer? ni él lo sabía exactamente, su madre lo presionaba al respecto y el simplemente le daba cualquier excusa para que lo dejara en paz.

Lo único que lo mantenía tranquilo era que al ser el líder y el mejor en el equipo de futbol tenía asegurada una beca, lo único malo de eso es que no podría meterse en problemas que impliquen alguna suspensión o en si temas graves ya que automáticamente perdería su beca.

Era un chico de temperamento fuerte más sin embargo se sabía controlar, además de tener un físico el cual derretia a cualquiera con solo verlo, gracias a eso el cenizo era muy conocido en la escuela además de tener bastante popularidad por su desempeño. No había día en el que no recibiera obsequios o alguna carta con la típica confesión de amor y aquella mañana no fue la excepción.

Los cinco presentes se detuvieron cada uno en su respectivo casillero para asi sacar lo necesario para la primera clase la cual iniciaba en diez minutos, sin embargo el cenizo nada más abrir su taquilla, de esta salieron disparadas un aproximado de 12 cartas.

¿pero qué mierda?....apenas está comenzando el puto día!- Hablo con un notorio tono molesto mientras agarraba sus cosas sin importarle que aquellas cartas estuvieran en el suelo. Su amigo pelirrojo se acercó a él y le toco suavemente el hombro.

—Bakubro... ¿no has pensado aceptar a alguna de esas chicas? quiero decir...no recuerdo la última vez que saliste con alguien.- Hablo con cierta preocupación el dientes de tiburón.

Realmente el cenizo no entendía porque su amigo se ponía de esa forma, después de todo no necesitaba estar con alguien para ser feliz, el creía que esas cosas del amor eran una completa estupidez y perdida de tiempo.

—¿Que mierdas dices pelos de pincho? estoy muy bien asi, además una pareja solo estorbaría en mi camino.- El pelirrojo solo suspiro ante esa respuesta mas no insistió respecto al tema, el cenizo luego de tomar sus cosas cerro la taquilla y sin importarle el pisar aquellas cartas se iría caminando en dirección a su primera clase.

No entendía porque sus amigos le insistían tanto en salir con alguien porque no, el pelirrojo no era el único que le solía hablar de eso sino también sus otros amigos. ¿Cuál era la prisa porque él estuviera en una relación? tampoco es como si su vida dependiera de ello ni mucho menos, disfrutaba de su soltería, bueno... a su manera.

Caminaba a paso lento ignorando sus alrededores pues algunas chicas se le acercaban para principalmente invitarlo a salir pero el solo las ignoraba ya que no era fanático de esas cosas y mucho menos las ¨cursilerías¨ como el las llamaba. En eso alguien pasa corriendo a un lado de él y sin querer le golpea el brazo. El cenizo molesto por aquella acción se dio la vuelta y sin pensarlo le grito a aquella silueta de cabellos verdes.

—¡idiota, fíjate por donde vas!- No recibió respuesta, ni siquiera se detuvo a decirle algo o a mirarlo, al parecer ese chico iba algo apurado, en eso que ve pasar a dos chicos del equipo de fútbol los cuales poco le agradaban ya que eran un par de idiotas que les encantaba molestar a los demás y no sólo eso, el cenizo ya habría tenido anteriormente sus roces con ellos.

Nada más verlos pasar se dio cuenta de algo ¿estaban siguiendo a ese chico?...iba a dejarlo pasar sin embargo algo en su cuerpo lo impulso a seguirlos.

Comenzó a caminar de igual forma a paso rápido hasta que noto como ingresaban en los baños, él se quedó parado frente a la puerta cuestionándose ¿Qué mierda estaba haciendo? después de todo ese no era su problema pero...no podía evitar el querer ayudar después de todo sabía que nadie más iba a hacerlo, la mayoría prefería evitar problemas con los brabucones o cualquier persona popular.

—tks.... ¡hey, ustedes!... ¿¡Qué mierda creen que hacen!?- Pregunto a la vez que ingresaba de forma algo brusca al lugar. Azoto la puerta contra la pared y eso causo que aquellos dos chicos voltearan a verlo con cierta sorpresa.

Uno de los sujetos estaba tras el chico de pelos verdes sosteniéndolo de los brazos mientras que el otro le golpeaba en el abdomen sacándole el aire en cuestión de segundos y causándole leves heridas en aquella zona como lo eran moretones. El pobre chico estaba muy asustado, temblaba en su lugar y sollozaba.

Esos dos chicos habrían comenzado a hacerle la vida imposible desde que inicio la preparatoria con la excusa de que era un nerd, gay y debilucho.

El peliverde sabía que no tenía escapatoria, por más que intentara huir de ellos o esconderse siempre lo encontraban. Robaban sus cosas y lo lastimaban, además de hacerlo sentir una basura con sus comentarios.

Una parte de el ya estaba acostumbrado, después de todo nunca hubo alguien que lo defendiera, pues sus dos amigos no se metían a defenderle, no porque no quisieran sino que el pecoso no quería que les hicieran daño, después de todo ninguno de ellos sabía pelear o defenderse por lo que los intentos serían en vano.

El menor tenía sus ojos cerrados mientras que trataba de recuperarse por el golpe, cuando de repente escucho una tercera voz en aquel sitio, lentamente abrió los ojos y lo primero que diviso fue al mariscal de campo frente a él ¿¡defendiéndolo!?... nunca hubiera pasado por su cabeza que uno de los chicos más populares lo defendería de un par de brabucones, aunque... tal vez solo le dio lastima...si, eso debía ser.

El cenizo por otra parte no dudo en acercarse a uno de ellos, específicamente al que golpeo al pecoso. Tenía un aura la cual daba bastante miedo, tanto asi que aquellos dos chicos se alarmaron dejando al nerd de lado, bakugou era más grande que ellos por lo que era mucho más intimidante.

No pensaba golpearlos, no era estúpido para meterse en problemas pero, si pensaba ahuyentarlos de alguna manera.

—Largo... ¡AHORA!..- Hablo de forma autoritaria y esos dos no lo pensaron ni dos veces y salieron corriendo de ese lugar como un par de gallinas dejando al pobre pecoso tirado en el suelo y a un enfadado cenizo observándole.

Katsuki suspiro pesadamente una vez estos se fueron, se inclinó ligeramente en su sitio y le ofreció su mano a aquel peliverde en busca de ayudarlo a levantarse.























—¿te encuentras bien nerd? 












Mi nerd-KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora