CAPITULO 5

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Hay Dios mío...

Estoy en la cama de Scara y él está junto a mi, después de darle un repaso a todo me di cuenta de que todo esto parecía sacado de un fanfic para adolescentes hormonales.

Después de aquel húmedo beso que mi hizo recordar todo lo que me había hecho, Scara salió de la cama y me acerco mi ropa escondida debajo de la cama, luego me la dejó toda en la mesita de noche.

- ¿Bueno y qué quieres desayunar?¿A mi quizá?- Dijo mientras se apoyaba en el marco de la puerta de forma atractiva.

Me puse toda roja, por un momento me fijé en la figura de cuerpo porque estaba sin camiseta, tenía un torso perfecto y un abdomen bastante marcado, luego me fijé en sus ojos, y luengo en sus labios que esbozaban una sonrisa mojabragas de la que todavía no me he hecho inmune.

- Haz lo que te dé la gana, solo quiero que salgas de la habitación y me dejes vestirme de una vez.

- ¿Y si no quiero salir?

Los puntiagudos ojos de Scaraculo el pesado e insistente empezaron a brillar más que nunca, a si que no me tuve más remedio que ceder al dulce destello de sus ojos y a las palabras que salían de su boca.

Suelo ser bastante tímida cuando un chico intenta ligar conmigo, pero por alguna razón me encanta provocar a Scara asta el punto de hacer que se vuelva loco y no pueda controlar toda su lujuria.

Aproveche que estaba tapada con las sábanas ye puse la ropa interior mientras Scara se quedaba ensimismado hablando.

Después fui dejando caer las sábanas suavemente, todo mi cuerpo estaba al descubierto y la mirada de Scara clavada en el, pero me di cuenta de que lo que más le gustaba de mi cuerpo eran mis piernas, no dejaba de mirarlas, me puse la ropa lo más despacio posible y notaba como a Scaramouche se la hacía cada vez más difícil no intentar tocarme.

Cuando terminé de vestirme me puse frente a él y le dediqué mi sonrisa más adorable, en aquel momento no lo pudo soportar, me rodeo las caderas con sus brazos y puso su cara peligrosamente cerca de la mía, nuestras respiraciónes se mezclaron, Scara me apretó para que nuestros cuerpos se juntasen, solté un gemido casi imperceptible que hizo que se volviera loco, me empujó contra la pared y nuestros labios se juntaron de una vez por todas.

Después de uno de los mejores besos de toda mi vida, nos separamos y bajamos las escaleras para irnos a desayunar, pero me di cuenta que Scaraculo el pesado e insistente todavía apestaba a lujuria y que cuando menos me lo esperase saltaría de nuevo.

- ¿Me vas a hacer el desayuno?
Lo miré por un rato y vi que estaba haciendo unas tortitas con lo que parecía ser miel por encima.

- No, me lo voy a hacer a mi sí quieres puedes comer un poquito.

Me empecé a reír y justo después vino a mi lo que podía ser el mejor desayuno que me habían hecho en toda mi vida.

- Están asquerosas.

- Pues tienes la boca manchada de miel de tortitas asquerosas.- Dijo Scara mientras me limpiaba la cara con una servilleta.

Después del desayuno, Scara me dió una palmadita en el culo y se sentó en el sofá del salón. Eso era lo que necesitaba después de un buen desayuno.
Una palmadita en el culo.

Me senté junto a él en el sofá y me di cuenta de todo lo que habíamos pasado juntos estos últimos días, cuando me salvó de unos matones en le restaurante, la primera vez que entré en su casa para enseñarle matemáticas, cuando me secuestro para cenar con él, cuando justo ayer me volvió a secuestrar para que al final tener sexo y quedarnos borrachos ect...

𝘎𝘦𝘯𝘰𝘤𝘪𝘥𝘦 (Lectora X Sacaramouche)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora