╰► ┋: Estoy hambreado por contenido de ellas por aquí, ok.
➤ mayormente son traducciones de os (one-shots) que me leo en AO3, así que por ende, no son de mi autoría, yo solo los traduzco.
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—Tienes que aprender a llevarte bien con Cheri. —dice Celestia una mañana.
Kirigiri levanta la vista de su crucigrama matutino y mira a la jugadora antes de mirar al gato en cuestión. Grand Bois de Cheri Ludenburg está parado en su plato, comiendo de él como si fuera el rey del universo mismo. Con un tsk, Kirigiri endereza su postura y toma un sorbo de su café, sin gracia. Sabe que Celestia no está bromeando, pero seguramente desearía poder enseñarle modales a su gato. Todo lo que hace es arañar su ropa, morderle los brazos y esconderle los guantes cuando tiene reuniones muy importantes en su trabajo.
Realmente no se siente culpable más que por el hecho de que está saliendo con la azabache.
—Tengo que hacerlo, ¿verdad? —Kirigiri bromea de nuevo. Celestia asiente, cruzándose de brazos sobre la mesa con los ojos cerrados— ¿Y por qué haría eso?
—Lo siento, ¿te gusta que te quite las pantuflas a Dios sabe a qué hora de la mañana? —Silencio— Eso es lo que pensé. ¡Es un buen chico, ¡solo tienes que darle una oportunidad! —Celestia hace pucheros. Honestamente, quería ver que los dos se llevaran bien, especialmente ahora que Kirigiri se mudó a tiempo completo y vivían juntas las veinticuatro horas, siete semanas enteras. Kirigiri parpadea, luego exhala.
—Lo intentaré, supongo. Pero, ¿cómo se supone que me vincularé con un felino? —Ella preguntan, y su novia simplemente tararea.
—Él piensa que eres una amenaza para mí, así que obviamente debes hacer algo al respecto.
Kirigiri asiente. Sienten algo en el tobillo y su expresión se aplana más de lo habitual. Esto no iba a ser una tarea fácil, y Kirigiri ha derrotado a algunas de las personas más hostiles y horribles en el negocio del crimen.
También ignoro las divagaciones de Celestia por accidente, aunque saben que solo está exagerando con su gato, mira debajo de la mesa a la bola de pelo negro por lo que está haciendo actualmente. Vuelve a mirar hacia arriba.
—¿Tal vez podrías intentar abrazarlo? Siempre podría desenterrar ese viejo quita pelusas para ti si no quieres que tu ropa se ensucie para ninguna de tus reuniones muy importantes. Oh, o-
—Celestia.
—¿Hm?
Kirigiri levanta la pierna, exponiendo al gato que la muerde con orgullo.
—Supongo que patearlo es una opción. —ella parpadea, su expresión en blanco— Estoy bromeando. Fue un chiste. —Ella dice.
Celestia no se divierte.
—Entonces, regresaré dentro de un día. Espero que ustedes dos dejen sus diferencias a un lado y se lleven bien. —Celestia reflexiona mientras se pone el abrigo. Kirigiri pone los ojos en blanco internamente y se imagina sacando la lengua. Sin embargo, ella no actúa en consecuencia.
