Todo solo para ti - Gaara

Como era antes - II

︶︶︶ ᡴꪫ   ̟ ˙ Temari! ˙  ̟ ᡴꪫ ︶︶︶

—Por lo visto son muy débiles para vencernos.— Un chico apareció sentado en la rama de un árbol, tranquilo y paciente.

Parecía ser el galán del pueblo, pues apenas lo vieron se pusieron a gritar su nombre como estúpidas, aunque el rubio no parecía muy feliz. Por otra parte, no me sorprendió ver quién era la otra persona, era Raku. Parece que además de ser cantante, era una salvadora de mocosos.

—Grandioso, otro debilucho que me molesta.— Dijo Kankuro.

—Piérdete.— Respondió el chico mientras molia la piedra a casi arena.

—Eres de esos mocosos latosos a los que más odio, con una actitud que no es más que palabras.— Al terminar de decir eso empezó a destapar el cuervo.

—Que? Vas a usar el cuervo por esto?— Sabía que estaba enfadado, pero no que tanto.

—Kankuro. Retrocede.— La voz de Gaara apareció sin aviso, haciendo que hasta Raku se voltee.

El niño todavía estaba en sus brazos, asi que lo bajo con la mayor delicadeza, puso sus manos en los bolsillos y sin decir ni una palabra, observó.

—Estás avergonzado a nuestra aldea.— Dijo Gaara, sorprendiendo a todos, nadie lo había escuchado venir. —Ya olvidaste la razón por qué vinimos aquí?

—Lo sé, lo sé. Es que ellos nos retaron, ellos empezaron esto, en serio, yo no suelo... Ya sabes que soy muy...—

—Cállate.— Dijeron Gaara y Raku al mismo tiempo.

—Acaso eres un niño? Toma la responsabilidad como un hombre y deja de poner excusas, marica.— Prosiguió Raku, Gaara concordo con la cabeza.

—Ademas, si esto vuelve a pasar... Te mató.

—Um, claro... Me salí de control, lo lamento, Gaara.— Kankuro empezó a disculparse con Gaara una y otra vez.

Gaara miró al chico del árbol y luego a Raku.

—Me disculpo por los problemas causados...— Gaara bajo del arbol y continuo —Andando, no venimos aquí para jugar.

Íbamos a salir cuando la chica de pelo rosa nos paró.

—Esperen, oigan. Por sus bandas puedo reconocer que son que vienen de la aldea escondida entre la arena y las nubes. La tierra del Fuego y la tierra del Viento son aliadas, pero ningún Shinobi puede entrar a otra aldea sin un permiso explícito. Así que expliquen su visita, y háganlo bien.

—En serio? Acaso vives bajo una roca o qué? No tienes idea de lo que sucede, verdad? Tenemos permisos. Claro, somos genin de la Aldea de la Arena, nuestro hogar es la Tierra del Viento y estamos aquí para hacer los exámenes chunin, entienden?— Respondí

—Los exámenes chunin? Que es eso? Pues yo nunca he oído de los exámenes chunin, de veras!— Dijo el rubio.

—Lo que notó "de veras" es que es un despistado.

El niño comenzó a explicarle lo que eran los exámenes chunin al rubio, mientras tanto Raku se estaba yendo, probablemente por desinterés. Paso por nuestro lado y Gaara comenzó a irse después que ella, pero el galán del árbol los paro a ambos.

—Oigan, ustedes dos. Identifíquese.

—Mi nombre es Gaara... Del desierto, tu también me das curiosidad, quien eres?

—Soy Sasuke Uchiha.

Entre esa conversación bastante corta, Raku ya se había ido nuevamente y poco después nosotros también.

︶︶︶ ᡴꪫ   ̟ ˙ Raku! ˙  ̟ ᡴꪫ ︶︶︶

Este examen iba a estar más difícil de lo que creía, esos chicos de la aldea de la arena van a traer más problemas de lo que imaginaba. Lo mejor será internar ignorarlos el mayor tiempo posible y aún así, probablemente no funcionará.

Pero ahora tenía que concentrarme en mi equipo, tenía que encontralos a ellos y a mi sensei, hacía un tiempo que no los veía, entonces probablemente estén enojados conmigo o peor.

Luego de caminar un rato los ví sentados en un puesto de ramen, no sabía cómo empezar a hablar entonces me quedé congelada, haciendo que Asahi, uno de mis compañeros me viera. Al principio su cara no fue la mejor, parecía que estaba asustado, pero en menos de un minuto, su cara cambió totalmente y con una sonrisa me grito para que fuera.

Increíblemente, estaba nerviosa... Algo que no me pasaba casi nunca.

—Seiren, Asahi... Yasuo-sensei... Tanto tiempo.— El sensei ni siquiera se volteó, aunque Asahi me recibió con un abrazo y Seiren... Bueno, no dijo nada, solo me miró un tanto sorprendida, para luego empezar a llorar.

—Raku!— Comenzó a llorar en mi pecho igual que una niña, siempre lo había sido.

Estaba feliz de ver qué el equipo no había cambiado, y mucho más de que no estaban enojados conmigo, bueno... Casi todos.

Después de un tiempo, el sensei se volteo para verme con la mayor mirada de desprecio que había recibido en mi vida, se levantó y vino hacia mi lentamente. Jure que iba a darme el mayor sermón de mi vida... O peor, matarme.

Por suerte tan solo me dió un golpe amigable en la cabeza y con una sonrisa que nunca había visto salir de su cara se acercó a decirme algo.

—Para la próxima que seas así de idiota te juro que te pongo a entrenar hasta que se te salgan las extremidades.— El tan amable como siempre... Me dió un abrazo y luego se giró al grupo. —Bien chicos, que les parece un entrenamiento nocturno para recibir a esta idiota?

Ahora si querían matarme, pero al menos había vuelto. Decidimos ir al bosque a entrenar, que mejor que eso?

Cuando llegó la noche fuimos a entrenar y carajo... Realmente hacía un tiempo que no hacía los entrenamientos del sensei, pero me lo merecía después de todo. Era bueno estar devuelta.