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Necesita despejarme, solo necesitaba eso ahora.
Salí del campamento. No sé qué hora era, desde el comienzo del fin, el tiempo había cambiado. Ya no podía averiguarlo con la luz del sol o la de la luna. Todo el cielo estaba cubierto por un manto grisáceo de nubes. Aún lo recuerdo como si hubiese ocurrido hace poco, pero aún que no lo podía saber exactamente, habría pasado al menos medio año según mis deducciones.

Cada cierto tiempo alguien del campamento base salía a cazar lo que había de comer. Normalmente eran bichos ( lo único que quedaba de este planeta) o armons. La nueva generación de animales. Estos eran experimentos fallidos cuyo origen eran laboratorios donde experimentaban con animales que un día fueron normales.

Cuando todo empezó, la tierra vibraba muy fuerte, y eso hizo que todos los cristales de la Tierra explotasen en pedazos ;todos las ventanas, puertas, frascos, vasos, cápsulas u otros objetos de cristal.

Como resultado los animales con los que experimentaban, salieron de sus cápsulas donde flotaban en ácidos y otras sustancias y despertaron para destruir todo a su paso. A consecuencia de sus actos irracionales, pisaron los ácidos que los científicos utilizaban para manipular su genética y pasaron a ser lo que son ahora. Animales mutantes. Seres agresivos y despiadados que lo único que quieren es acabar con toda nuestra raza y todo lo que encuentren.

Un don que poseen y no nos beneficia para nada, es su silencio. No hacen ningún tipo de ruido que provenga de su cuerpo u organismo.

Así que siempre que alguien saliera del campamento, tenía que ir bien armado por su propio bien y por el del grupo. Ya que no éramos muchos en el campamento de supervivientes, había que evitar cualquier riesgo de muerte para que los demás tuviésemos más oportunidades de sobrevivir. Era una de nuestras normas.

Nos alimentabamos de bichos y armons, pero a veces los armons aún contenían ácido tóxico en algún lugar cerca de la carne y había que limpiarlo o en muchas ocasiones tirarlo, ya que nos podía intoxicar.

En cuanto al campamento, se basaba en un hospital abandonado, que algunos pisos ya casi estaban en ruinas, pero eso era lo que hacía que fuese seguro.

El hospital era el lugar perfecto donde nos podíamos esconder ya que contaba con suficiente material médico para nuestra heridas.

Como ya he dicho, no soy yo sola contra el mundo. Tengo amigos y con ellos intento sobrevivir al fin del mundo.

Nuestro grupo consta de: Leko;una chica tímida pero ágil a la hora de luchar contra los armons o contra ellos, Nayti; una chica africana extremadamente valiente e inteligente, Joel; el más joven del grupo y único hombre. Y a pesar de que tiene 6 años, es el mejor cazador que conozco.
Desde el primer momento en el que lo encontré empecé a enseñarle para en el futuro no estorbar y ayudar.

Y, obviamente, yo. Me llamo Renja pero todos me llaman Ren. Soy la mas mayor del grupo, y la líder.

Mientras caminaba, miraba al frente pensando de nuevo la opción que ya tanto había pensado. ¿Y si no somos los únicos humanos en lo que queda de este mundo?

¿Y si hay más pero solo hay que buscarlos?

Si encontramos a más sobrevivientes, más probabilidades de sobrevivir.

Entonces, fue cuando oí un ruido a mí alrededor. Me giré, pero no vi nada extraño. Aún que no hubiera visto nada me puse en guardia. Nunca había que distraerse porque en cualquier momento... Volví a oír un ruido pero esta vez más fuerte, y que si sabía de que zona provenía.

Miré hacia la copa de los pocos árboles que quedaban y de pronto lo vi.

Vi la silueta negra que me observaba con furia. No tardo más de dos segundos en abalanzarse hacia mi con rabia y odio.

Reaccioné.

Pero tarde. El mutante ya había clavado dos de sus garras en la piel de mi hombro izquierdo.

Chillé de dolor. Rápidamente me llevé la mano a mi hombro. No deje que el dolor me invadiera por completo. Empuñé mi bate de clavos y corrí hacia él, le intenté golpear pero el vio mis intenciones de defenderme y lo esquivo.

Volví a intentarlo. Esta vez, fui más rápida que él y le clave en su pecho deforme el bate. Mientras el se contemplaba la herida tan reciente, aproveché para volver a lastimarlo y le di de lleno en la cabeza, dejando un gran rastro de sangre.

Esta vez, si que cayó al suelo gruñendo de un dolor irreparable. No volvió a moverse. Tampoco volvió a respirar.

Di por acabada la pelea y cargué con el cuerpo como pude hasta la entrada del hospital. Llamé al resto del grupo para que me ayudasen a subir el cuerpo al interior del hospital.

-Hoy si que te lo has currado, ¿eh Ren? - Dijo Nayti a mi espalda contemplando mi profunda herida del hombro.
-Me pilló desprevenida desde la rama de un árbol. - Respondí sin más.
-Pues ya tenemos cena para hoy y puede que para mañana.

Asentí.

* * * * *



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