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─ Por acá vas a encontrar las piezas de nosotros nomás

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─ Por acá vas a encontrar las piezas de nosotros nomás. ─ el colorado daba indicaciones mientras seguían caminando.

Ella asentía a la par que él le decía algún que otro dato de total relevancia.

─ Y acá... La salida que buscabas... ─ la voz del chico se suavizó cuándo la luz encandilante chocó con la piel pálida de la rubia.

Ella mostró su cara aliviada al dirigir su vista al hombre que estaba sentado con ambos platos en la mesa del fondo, todavía la esperaba, era una buena señal.

─ Gracias Valen... Tin. ─ Sofía le agradeció mientras seguía pendiente a la mirada de su padre, quería irse a sentarse con él, pero sin dejarle una mala impresión a su acompañante.

Valentín entendió a la perfección, notaba esa incomodidad en el ambiente, no quería entretenerlas demasiado ya que luego habría tiempo para las presentaciones más formales.

─ Andá tranqui, no quiero que después el entrenador se la agarre conmigo. ─ bromeó señalando con su cabeza a su director, invitándola a retirarse.

Ella asintió con una sonrisa y lo abandonó en la puerta del comedor, dirigiendose solamente a su mesa. Dejó caer todo su peso en la silla plástica que poseía su mesa y olfateó el aroma del platillo elegido.

Mascherano no hacía más que mirar atentamente el movimiento de su hija, observar que sería lo primero que agarrase en la mesa luego de tal escena y escucharía detenidamente el primer chamuyo que saldría de su boca.

─ Qué pintón que tiene ésto. ─ ella acercó el primer bocado de fideos a su boca, en el camino levantó la mirada y se chocó con la de su padre, quién aún no decía absolutamente nada. ─ ¿Qué?

─ Nada, que ya conociste a los pibes. ─ él despreocupado le dió un bocado a su plato, rompiendo el contacto visual entre ambos.

Sofía intentó no atragantarse con el tuco, no podía creer que no llevaba ni un día y su papá ya le estaba haciendo una escena de celos.

SIN CULPA ── giay & barcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora