2: ¿Conocerte?

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El silencio dominaba entre el castaño y el pelinegro, pues ninguno sabía cómo tratar al contrario.

No sabían nada de ellos, quizás podían empezar por conocerse más.

— ¿Estamos aún lejos de tu casa? — se adelantó a preguntar el menor de los dos. Esperaba que no hubiera cagado el momento a decir verdad.

— Eh, no, ya casi llegamos.— Cellbit suspiro levemente al ver la sonrisa del más alto.— ¿Eres omega...? ¡Osea lo digo por tu olor!

Los nervios aparecieron en el más alto al pensar que se había visto muy metiche. Una de sus manos fue a su nuca rascando levemente. El castaño solo rió levemente al ver lo exaltado que estaba Vegetta.

— Si, si lo soy. Imagino que tú eres alfa ¿No?

Vegetta asintió ante la pregunta. Estaba más tranquilo al saber que su pregunta no había incomodado.

— Ya llegamos.— sonrió con orgullo el mayor al ver su obra maestra que era su casa. El menor miró con sorpresa e ilusión la gran construcción.

Solo alguien con mucho tiempo libre podía hacer eso.

— ¿Tú lo hiciste? ¿Solo?— preguntó con sorpresa Cellbit.

— Sí, yo solo hice está obra maestra. La verdad no fue tan difícil, lo difícil fue encontrar una montaña.

— Te gustan mucho las montañas al parecer ¿No?

— Claro. Nadie te molesta cuando estás en una montaña, aunque después dicen que eres el loco de la montaña.

— No te ves como un loco.— dijo Cellbit sin entender porque le decían loco, pero él era un tipo genial, un poco misterioso, eso sí.

— Cuando me conozcas más verás porque dicen que soy el loco de la montaña.

Cellbit ya no pudo responder, pues Vegetta se adelantó a abrir la puerta. Ambos entraron sin más.

Una vez más el silencio dominó el ambiente, aunque está vez no era un silencio incómodo, sino uno más bien "cómodo" por así decirlo.

El pelinegro se mantenía en silencio, apreciando y deleitándose con el olor que desprendía Cellbit. Se sentía mal, pues en si ya tenía a un omega en su vida, pero ahí estaba él, dejándose embobar por un chico que recién conocía.

— ¿Cuántos años tienes?— indagó vagamente el menor, el contrario sostuvo su mentón con una de sus manos, haciendo la ilusión que estaba pensando.

— 27...— el castaño alzó la ceja con ironía. Ya había escuchado de parte de unos de los integrantes que Vegetta tenía la manía de mentir sobre su edad.— Está bien, no me mires así, tengo 34. ¿Y tú?

— 26. Sin pareja ni hijos, por si lo pensabas.— en la boca de Vegetta se formó una "o".— tu si tienes pareja ¿No? Foolish sino mal recuerdo...

— Ah sí, es mi "esposo" por así decirlo. Nos hicimos amigos desde que llegué aquí, pero después de que nos dieran a cuidar a los huevos de dragón formalizamos nuestra relación.

— ¿Pero no es muy pronto? Osea no quiero sonar entrometido, pero apenas se conocen de unos meses, o eso tengo entendido.

— Si, quizás tengas razón. La verdad estas semanas no me ha sentado bien la relación. Mi sueño es formar una familia, pero Foolish, es como decir, es alguien "delicado" por así decirlo.

— Hum, — Cellbit se quedó pensativo.— ¿Corre riesgo si se embaraza?

Vegetta asintió. Después de eso se fue a buscar algo entre sus cofres sin decir más.

¿infidelidad? [Vegetta x Cellbit) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora