Plano mental de Takari.
"¿Dónde me encuentro?" se cuestionó el pelirrubio mientras observaba minuciosamente aquel lugar.
Era un espacio blanquecino, vacío, tranquilo y acogedor. Sin embargo, en medio de tanta serenidad se percibía una dolorosa sutileza, una maldad latente, un cierto temor.
"Humano, tú... aquel que anhela albergarme en su cuerpo..." Takari escuchó desde lejos, procedente de una luz rojiza. "¿Estás dispuesto a permitir que yo mute y nos fusionemos en pos de la superioridad? ¿Entregarás tus recuerdos, tu fuerza, tu voluntad? ¿Me brindarás la oportunidad de hacerte renacer, más poderoso que nunca, quizás como el ser más formidable de tu planeta, para así lograr vencerlo?" Una voz resonante, grave y poderosa, solo conseguía infundir impotencia e inferioridad.
En el plano mental de Takari, un mar de dudas inundaba su mente mientras observaba atentamente el entorno desconocido que lo rodeaba. "Y-yo... ¿Qué eres? ¡¿Eres el virus?! ¡¿A quién pretendes vencer?!" preguntó Takari, su voz temblorosa reflejando una mezcla de temor y curiosidad. Decidió acercarse, moviéndose con cautela, pero de repente, retrocedió instintivamente al percatarse del penetrante olor que empezaba a emanar del virus.
En ese instante, una voz surgió del fondo, pronunciada con serenidad pero con un matiz penetrante: "A mi creador... Aquel que me envió aquí", respondió el virus. Una luz rojiza titilaba mientras hablaba, llenando el espacio con una intensidad cautivadora. "Eres el primer humano que desborda esa aura de ingenuidad, propia de un ser en pleno crecimiento y con pocos años de vida. Eres... puro. Tanto que alimentas mis ansias de ayudarte. Daría todo lo necesario para que me aceptes...", pronunció el destello rojizo, sus palabras resonando en el aire, cargadas de un misterio seductor. "Desprendes calor... El calor que necesito sentir". El destello comenzó a moverse con gracia y agilidad alrededor de Takari, creando una danza hipnótica que parecía envolverlo por completo.
La confusión se intensificaba en el interior de Takari, su mente inmersa en una vorágine de preguntas sin respuesta. "¿Creador? ¿Alguien te envió? ¡No logro comprenderte!" exclamó Takari, su voz reflejando una creciente intimidación. Fragmentos de las palabras de su hermano resonaban en su memoria, cobrando un significado incierto en ese momento crucial. "¡No tengo mucho tiempo! ¡Necesito volver! Takahashi partirá en cualquier momento", susurró el muchacho con indecisión, sintiendo el peso de la urgencia en su situación. "Y-yo... Deseo aceptar esto. ¿Cómo puedo hacerlo? ¡Compárteme tu fuerza!" Gritó Takari, en un intento desesperado por encontrar respuestas en medio del torbellino de emociones que lo abrumaba. La explicación de Takahashi le pareció ambigua o quizás, simplemente, no la había escuchado en su totalidad.
"Debes... Aceptarme... Fusionarte conmigo..." pronunció aquella misteriosa esfera, elevándose hasta la altura del joven pelirrubio. Por alguna razón desconocida, parecía deleitarse con la idea de ser controlada.
Las palabras resonaron en el aire, envolviendo a Takari en una nebulosa de incertidumbre. Dudando entre la confianza y el escepticismo, el joven extendió ambas manos hacia el ser en busca de respuestas. A medida que sus manos se acercaban, una atracción magnética pareció envolverlas, como si estuvieran tocando una etérea niebla que se filtraba entre sus dedos. A cada contacto, una sensación penetrante se apoderaba de Takari, adentrándose en lo más profundo de su ser. En las yemas de sus dedos, percibió la proximidad de algo tangible, algo firme y real. Era como si estuviera a punto de alcanzar algo de gran importancia.
"Ese es el meteorito... Solo acércalo a tu pecho..." susurró la neblina con un tono enigmático. Takari, sintiendo una mezcla de curiosidad y una extraña conexión, decidió seguir las instrucciones. Aceptó el llamado de la neblina y, con una mezcla de determinación y temor, acercó el objeto a su pecho. En ese mismo instante, su cuerpo se estremeció, como si una corriente de energía poderosa comenzara a fluir a través de él.
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Voy a arreglar mi destino
De TodoIntentando cambiar su destino, tras una vida de mierda... Tuvo una nueva oportunidad.