Paul se escondió en el armario. Permaneció oculto hasta el anochecer. Cuando Flake llegó no pudo hacer más que sollozar, sólo para que su amigo pudiese notar su miserable presencia. Le sudaban las manos y cada que cerraba los ojos pensaba en Huma. H-U-M-A. Qué era el mundo sin Huma. Qué era él sin Huma. Qué era su corazón sin Huma.
Se acurrucó entre la ropa e imaginó que era un niño de nuevo, cuando todavía no comprendía qué era el amor. Pensó en todo: en su familia, en su hijo, en sus amigos, en su futuro no tan prometedor. Eran todos unos punks jugando a que el mundo era suyo. En eso, Flake abrió la puerta, sacó un abrigo y la volvió a cerrar. Paul salió del clóset profundamente ofendido.
– Oye, ¿qué te pasa? ¿No me vas a preguntar cómo estoy? – preguntó, arrastrándose por el suelo.
– Perdón, es que tienes rituales muy raros – contestó Flake.
– ¿En serio no me vas a preguntar qué me pasa? – insistió el enano.
– ¿Qué te pasa? – preguntó Flake en voz muy bajita.
Paul apretó los labios, no quería defraudar a su amigo pero es que lo sentía todo. Parecía que su pecho iba a explotar de tanto que sentía, le temblaban las manos, había electricidad en las yemas de sus dedos.
– Estoy enamorado y no quiero que te enojes porque fue algo que no planeé. Yo sé que tú la amas a ella, pero es que quiero que entiendas que por ella yo sería cualquier cosa, haría por ella cualquier cosa, yo podría ser su osito y vivir en sus sueños – Paul se hincó –. ¡Quiero ser su caramelito y quiero que ella sea mi fantasía porque es todo lo que necesito! Huma no es como las otras chicas, quiero mirarla a los ojos y decirle que es la indicada.
Flake se quedó congelado, boquiabierto. No sabía qué decir.
– Quiero que sepa que yo soy su único chiquito – confesó Landers –. ¡Es como mi motor para seguir viviendo!
En eso, levantándose del suelo, apareció Huma. Sorprendida.
– ¿Paul? – dijo ella.
Flake se puso las manos sobre la cadera, esbozando una sonrisa incómoda.
– Todo lo que dije... – murmuró Paul.
– ¿De verdad quieres ser mi chiquito? – preguntó Huma, esbozando una sonrisa.
Paul asintió, con mucha vergüenza.
– ¿De verdad crees que no soy como el resto de chicas?
Paul volvió a asentir.
– ¿En serio quieres ser mi caramelito y vivir en mis sueños?
Paul se levantó.
– Chi.
Paul y Huma se observaron a los ojos. Sonriendo.
– Oh... ¡Paul! – ella soltó una alegre carcajada –. ¡Qué tierno!
– ¡Ya sé, qué pena! – vitoreó Paul.
Flake seguía ahí en medio, pero nadie le prestaba atención.
– Paul...
– Qué...
– Paul, creo que sí soy lesbiana – le confesó Huma.
Paul quedó sonriendo como pendejo.
– Ahí va una pequeña inconveniencia – apuntó Landers.
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HUMA [ Paul Landers ]
FanfictionCorre el principio de los 90s. El guitarrista de Feeling B, Paul Landers y Flake Lorenz, su amigo tecladista, se topan con una misteriosa chica al perderse un concierto de Nina Hagen.