«XXIV»

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Suspiré y miré a Aemond para decirle que iría a buscar a Rhaena para ver a Baela, ya que no la habíamos visto desde hace tiempo y ya la extrañaba demasiado.

—Aemond, ¿te importa si voy un momento a buscar a Baela? Hace tiempo que no la veo —él asintió.

—Ten cuidado y cualquier cosa acude a mí de inmediato. Te espero en mi habitación —asentí con una pequeña sonrisa y le di un beso en la frente para ir a buscar a Rhaena.

Gracias a los Dioses la vi caminando por los pasillos, seguramente en busca de Baela.

—¡Rhaena! —ella se giró con una sonrisa al verme y me esperó hasta llegar a su lado y agarrarla del brazo para comenzar a caminar las dos juntas— Vas en busca de Baela, ¿verdad?

—Si querida hermana, vamos a buscar a nuestra hermana —asentí con una sonrisa y juntas caminamos mientras hablábamos de cualquier cosa y de vez en cuando reíamos. 

Unos minutos después vimos a Baela acceder al castillo, seguramente había estado en los jardines.

—¡Baela! —gritamos Rhaena y yo al unísono mientras corríamos hacia la mencionada que nos esperaba con una gran sonrisa y los brazos abiertos.

Las tres nos fundimos en un fuerte abrazo.

—Os he extrañado demasiado —nos dijo ella una vez que nos separamos.

—¿Y nosotras a ti? —habló esta vez Rhaena.

Baela me miró con una sonrisa para luego acariciar mi vientre con cuidado.

—Va a ser el bebé más consentido del mundo —las tres soltamos una risa.

De pronto mi madre se acercó hacia nosotras con una sonrisa.

—Hola mis niñas —miró a Baela— ¿Has visto a tu abuela?

—Sí, en los jardines —mamá asintió con una sonrisa y nos miró a Rhaena y a mí.

—¿Me acompañáis? —asentimos y nos despedimos de Baela para seguir a mi madre hasta los jardines. 

Vimos a mi abuela dándonos la espalda.

—Abuela —hablamos Rhaena y yo al unisono con una sonrisa. Ella se giró con una gran sonrisa.

—Rhaena, Emma —sonreimos aun mas acercandonos a ella—, mis niñas preciosas. Nos dio la mano a cada una.

—Te extrañé —susurré.

—Yo más a ustedes. 

—Baela dijo que estarías aqui —todas miramos a mi madre—. Vuestra tutela le ha hecho bien, la habeis criado admirablemente.

—Me honrais princesa.

—¿Nos permitís que hablemos a solas Rhaena, Emma? —las dos asentimos y yo me acerque a mi abuela para darle un pequeño beso en la mejilla antes de tomar la mano a Rhaena e irnos de ahí.

—¿Qué crees que le dirá tu madre?

—No tengo ni idea, pero espero que no acabe mal —ella asintió y estuvimos un rato más juntas hasta que decidimos que lo mejor era descansar, ya que mañana sería un día bastante intenso.

Caminé por los pasillos viendo todo y sinceramente no me gustaba andar sola por aquí, pero vi a lo lejos a Aemond acercándose a mí.

—¿Qué ocurre? —le pregunté confundida, pensé que nos veríamos en su habitación.

—No podía quedarme tranquilo, así que vine a buscarte para ir juntos —asentí con una pequeña sonrisa mientras él me tomaba de la mano y me daba un beso en la frente—. No deberías caminar tanto y más en tu estado, se supone que debes descansar.

Black Forever ||Aemond Targaryen||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora